En el sur del estado de Chihuahua, México, una comunidad de apasionados motociclistas rinde homenaje al icónico líder revolucionario Pancho Villa, a través de un club que ha trascendido fronteras y ha dejado una huella indeleble en las festividades de Jornadas Villistas. Hablamos con Alonso Castañeda, presidente nacional de Pancho Villa Motoclub, quien nos relató la emocionante historia detrás de este movimiento y su contribución al desarrollo del turismo en la región.
Esta comunidad se originó con un pequeño grupo de entusiastas motociclistas locales, y ha experimentado un crecimiento sorprendente. Actualmente cuenta con alrededor de 136 miembros activos, todos unidos por el amor a las motocicletas y el espíritu de Pancho Villa, quien dejó una marcada influencia en la zona sur del estado de Chihuahua, especialmente en Parral, donde vivió gran parte de su vida y encontró su última morada.
El club es un tributo al general revolucionario, cuya famosa frase “Parral me gusta hasta para morirme” inspiró a estos motociclistas a identificarse con su legado y a mantener su memoria viva a través de sus recorridos en motocicleta.
La relación entre el club y las festividades de jornadas villistas ha sido crucial para ambas partes. Desde sus inicios, Agustín Villa, nieto de Pancho Villa, ha sido un colaborador cercano y recurrente en las celebraciones, viajando en su motocicleta para visitar la tumba de su abuelo. Esta asociación contribuyó al aumento de motociclistas locales que comenzaron a unirse al club, dando lugar a una concentración anual que ha alcanzado incluso nivel internacional.
La principal actividad de esta comunidad, es el mototurismo, donde los miembros realizan viajes a diversos puntos turísticos y ciudades, participan en eventos y visitan otros clubes
A pesar de las emocionantes experiencias que el mototurismo les brinda, estos intrépidos viajeros enfrentan numerosos desafíos. Las inclemencias del tiempo, como la lluvia, el frío y el calor, pueden ser difíciles de sortear, ya que su única protección son sus pieles y su propia carrocería. Además, deben estar preparados para descomposturas y ponchaduras en sus travesías, y lamentablemente, han sido testigos de imprudencias que han llevado a trágicas fatalidades.
Chihuahua, con su geografía diversa, ofrece a estos apasionados motociclistas un sinfín de opciones para explorar, desde sus sierras hasta sus desiertos, y su acervo histórico relacionado con la Revolución Mexicana.
A pesar de estos desafíos, los miembros de Pancho Motoclub se sienten afortunados de vivir en el estado de Chihuahua, un destino turístico excepcional para los amantes del mototurismo. Sus carreteras sinuosas y con curvas ofrecen un atractivo desafío para los conductores, y el club ha sido un factor clave en el impulso del turismo en la región, generando importantes beneficios económicos para las localidades que visitan. Al recorrer diferentes ciudades, los motociclistas contribuyen a la economía local al cargar gasolina, hospedarse en hoteles, visitar restaurantes, talleres y otros servicios.
Sin embargo, no todo es idílico. Alonso Castañeda destaca dos desafíos importantes que enfrentan día a día: en primer lugar, la falta de mantenimiento de ciertos tramos de carretera ha sido una tendencia constante, lo que puede poner en riesgo la seguridad de los motociclistas. Y la falta de cultura vial y el respeto hacia los motociclistas son problemas que persisten. La concientización y la educación son fundamentales para cambiar esta realidad, y algunos miembros del club han tomado la iniciativa de promover el respeto mutuo y la seguridad en las carreteras.
Para Alonso Castañeda, ser presidente de Pancho Villa Motoclub es más que un título; es una responsabilidad y un compromiso. Su visión de mantener la hermandad y el crecimiento del club, mientras conserva la esencia de su pasión, guía su liderazgo y es un ejemplo para todos los miembros. Con 30 años en el mundo del motociclismo, Alonso sigue apasionado y comprometido con la vida sobre dos ruedas.
Así, el club continúa rindiendo tributo a la figura legendaria de Pancho Villa, cabalgando en sus caballos de acero, recorriendo caminos y dejando su huella en el mototurismo de Chihuahua. Su amor por las motocicletas y su espíritu de aventura han forjado una comunidad unida, lista para enfrentar nuevos desafíos y seguir compartiendo la pasión por la libertad que solo una moto puede brindar.