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MARU CAMPOS, TERE JIMÉNEZ Y LIBIA GARCÍA, LAS 3 MUJERES QUE SON LA ESPERANZA DEL PAN
Después de la reunión con Consejo Nacional del PAN el pasado fin de semana, quedó claro que los liderazgos de tres mujeres son los únicos que podrán sacar adelante a la anquilosada y “padronera” dirigencia que encabeza Marko Cortes y pensar en una autentica refundación.
El panorama es sombrío, es de grandes retos para la oposición en México, pero Acción Nacional por el momento es el único partido que puede reagruparse y ser una opción real para los mexicanos, si no hay un reconocimiento de los errores y una profunda consulta de cara a la sociedad y a todos los militantes, en el corto plazo seguirá la misma ruta del PRD.
La presencia de Maru Campos, Gobernadora de Chihuahua, de Tere Jiménez, Gobernadora de Aguascalientes y de Libia García, gobernadora electa de Guanajuato dan esperanza a esta profunda reforma que pretende realizar el PAN en México.
FEELING VS INDICADORES; GOLPE DE TIMÓN
Que difícil ha de ser para Karla Ramos coordinar al gabinete estatal e interpretar los indicadores de desempeño gubernamental y analizar su tablero de control para entregar cotidianamente los avances del sexenio 2021-2027 que está ya inmerso en su segundo trienio; el anterior jefe de esa oficina, el sonorense Luis Serrato Castell utilizó su “magia” para “evaluar” desempeños de servidores públicos priorizando los intereses económicos y los luego políticos. Hizo y deshizo a su interés.
La crisis de los partidos políticos producto de una clara separación de entre los problemas de la política y los problemas de la gente sigue sin resolverse; el transitar ya poco más de la mitad del sexenio, sin duda ha dado claridad a la titular del Poder Ejecutivo Estatal de que gobernar es una tarea dura, mucho más compleja y de naturaleza distinta a la de ganar elecciones.
Ya en tres años de gobierno, está a la vista quienes no están preparados para gobernar; la incomprensión entre “técnicos y políticos”, el idealismo extremo que dividió a los panistas y los incapacitó para adoptar una estrategia y una línea táctica que encauzara coherentemente el gobierno. Nadie pudo ver como se derrumbó el México que sirvió de guía en las últimas tres décadas.
México vive en entre dos grandes confusiones; la primera, la crisis de las ideologías y la segunda apunta a la pobreza de métodos de gobierno.
Nuestro país ofrece en este final de sexenio Lopezobradorista muchos ejemplos de fallas gigantescas en las herramientas de gobierno cometidas bajo la sombra de supuestos proyectos políticos progresistas, mientras una corte de halagadores, sin el mínimo rigor crítico, perpetúan y viven de esas experiencias frustrantes.
Volviendo a lo local, hace tres años la Gobernadora Campos asumió el poder con un inmenso apoyo popular y ella misma se había forjado la idea de romper con la rutina de los gobiernos pasados, atender las necesidades populares, modernizar el Estado, solucionar o al menos atenuar significativamente los grandes problemas estatales y usar el poder para atender a aquellos que tienen grandes necesidades.
Aquel domingo 6 de junio de 2021 el triunfo electoral fue el clímax de una carrera política que por primera vez puso en el estado de Chihuahua a una mujer al frente del Poder Ejecutivo. Histórico pues.
Luego, aquel 8 de septiembre en sesión solemne del Congreso del Estado celebrada por la noche en la Plaza de la Mexicanidad de Ciudad Juárez, la gobernadora tomó protesta, los primeros días fueron de euforia, todo parecía ir bien.
Pese a los escándalos de los exgobernadores Duarte y Corral, se sintió fuerte y experimentando, al mismo tiempo que desarrollaba una marcada intolerancia hacia lo que ella consideraba “la injusticia de las críticas” que obstruían su misión.
Después, poco a poco, esa euforia sobrevivió en grado decreciente gracias al cerco de una cortina impenetrable que la aisló en un mundo irreal.
Nada hay más gratificante que el “sí, gobernadora” “vamos bien gobernadora” “vea Usted las encuestas”, “por supuesto señora gobernadora”
Cuando visita un hospital, es pintado y aseado el día anterior; los escoltas y guardias especiales le abren paso en el tráfico desde su residencia a palacio de gobierno.
A estas alturas del partido, casi en el medio tiempo, ya no se viven los problemas comunes de los ciudadanos, sólo se conoce de ellos por informes.
Gradualmente, y sin darse cuenta, la rutina desplaza la voluntad creativa, se deja de pensar en los grandes objetivos y se olvida el programa de gobierno.
Quizá hoy la satisfacción consista en pequeñas cosas, como cumplir su tarea diaria con seriedad. La realidad conduce por un camino y hacia resultados que no se habían escogido.
Todos los días hay que luchar contracorriente, hasta que ella los acunó en la comodidad del poder y mató su voluntad de cambio.
Aún hay tiempo de dar un golpe de timón, quedan 30 valiosos meses que pueden hacer la diferencia, antes de que oficialmente existan candidatas y candidatos a la gubernatura del estado.
Gran reto para la gobernadora Campos y el equipo que la acompañará en este último tramo de su administración.
LOS CAMBIOS EN EL GABINETE
Los analistas de café en Chihuahua Capital dan por un hecho que los cambios en el gabinete estatal están a la vuelta de la esquina; las apuestas están divididas en cuanto a los tiempos, ¿antes o después de la boda?
Precisamente en una mesa de una cafetería de un tradicional hotel ubicado en la avenida Universidad de esta ciudad, tres ex gobernadores compartían con algunos periodistas y ex funcionarios sus puntos de vista sobre el sunami del pasado 2 de junio.
“Hay que gobernar los seis primeros meses como si fueran todo el periodo sexenal. Se debe evitar la euforia y la soberbia del comienzo del gobierno tomando conciencia del juicio final del pueblo, dijo uno y otro recordó la historia de los emperadores romanos que tenían un colaborador que podía acercarse hasta su oído para decirle en cualquier momento: “tú eres mortal” el tercero fue más cauto y hablo de la necesidad de una profunda reingeniería de los partidos políticos, sobre todo del PAN y del PRI. O quizá, es el momento de fundar uno nuevo, futureo.”
En datos duros, el Instituto Mexicano para la Competitividad en su informe 2024, señala que el Índice de Competitividad Estatal (ICE) mide la capacidad de las entidades del país para generar, atraer y retener talento e inversión. Un estado competitivo es aquel que hace un uso eficiente de sus capacidades para detonar un entorno favorable que contribuya a mejorar el desarrollo de cada estado y con ello el bienestar de sus habitantes. El índice evalúa aspectos estructurales que capturan la persistencia de elementos que contribuyen a mejorar las capacidades de los estados desde diferentes ángulos. Este índice evalúa, a través de 50 variables agrupadas en seis subíndices, las 32 entidades federativas del país. Como en todos los índices que el IMCO genera, la información proviene de fuentes públicas y oficiales.
En lo general, el estado de Chihuahua retrocedió tres lugares, paso del lugar 6 al lugar 9.
Vamos a comentar algunos datos que inciden directamente para la toma de decisiones locales, más allá del funcionario o político que tenga la titularidad en la dependencia: el subíndice de Innovación y Economía, primer lugar.
En foco amarillo, que ya lo nota la sociedad chihuahuense, es el tema de infraestructura, IMCO, da para Chihuahua el lugar 14 en infraestructura; media alta competitividad.
“El subíndice de Infraestructura mide a los sectores financiero, de telecomunicaciones y de transporte. Estos sectores son necesarios para impulsar el crecimiento económico, la inversión y la generación de empleo al incidir en otros sectores de la economía. Este subíndice considera indicadores relacionados con el acceso a tecnologías de la información y la comunicación, así como el uso de los servicios financieros. En este subíndice se consideran las siguientes variables: telefonía móvil, acceso a internet, heridos en accidentes de tránsito terrestre, terminales punto de venta, uso de banca móvil, captación de ahorro, flujo de pasajeros aéreos y carga aérea”.
En Mercado de trabajo, lugar 5.
En sociedad y medio ambiente, lugar 7.
En otro rubro, el de Derecho, hay importantes áreas de oportunidad en nuestro estado, aquí, de acuerdo a la investigación presentada por el IMCO, Chihuahua estado ocupa el lugar 27.
“La finalidad del subíndice de Derecho es medir la seguridad pública en las entidades. La seguridad está estrechamente ligada a la calidad de vida de los ciudadanos, ya que previene y elimina aquellas amenazas a las libertades, el orden y la paz pública, salvaguardando la integridad física y los derechos de las personas. Un Estado de Derecho funcional genera condiciones favorables para la atracción y retención de talento. En este subíndice se consideran las siguientes variables: homicidios, robo de vehículos, delitos no denunciados, incidencia delictiva, percepción de seguridad, competencia en servicios notariales y agresiones a periodistas”.
En lo que se refiere a Sistema Político y Gobierno, ocupamos el lugar 27, también un área de oportunidad para quienes gobiernan nuestro estado.
“El subíndice Sistema político y Gobiernos evalúa tanto el potencial de estabilidad y funcionalidad de los sistemas políticos locales como la capacidad de los gobiernos locales para influir positivamente en la competitividad de sus entidades. Un sistema político funcional puede estimular la inversión al crear un entorno de competencia saludable y cumplimiento contractual. Asimismo, favorece la implementación de políticas públicas que promuevan el desarrollo económico local. En este subíndice se consideran las siguientes variables: deuda estatal y de organismos estatales como porcentaje de sus ingresos totales, costo promedio de la deuda, ingresos propios, indicador subnacional de mejora regulatoria, percepción de corrupción estatal, consulta de información de finanzas públicas y participación ciudadana”.
Hay diferentes métodos que utilizan los expertos para evaluar los resultados de un gobierno, hoy los países en vías de desarrollo utilizan preferentemente los recomendados por el BID, el Banco Mundial o la OCDE; yo me quedó con uno muy sencillo, el Plan Estratégico Situacional, que maneja tres balances: el balance de gestión política, el macroeconómico y el de intercambio de problemas específicos.
Sin filias ni fobias, el panorama esta más que claro; además hay que sumar el valor de la lealtad y bueno, veremos si hay golpe de timón o naufragio.