La historia de los clústers industriales en Chihuahua es un relato de evolución y crecimiento, que comenzó en los años 90 con el programa “Chihuahua Siglo XXI”. Esta iniciativa, impulsada por el gobierno y diversas organizaciones, sentó las bases para la competitividad regional, con un enfoque particular en la agroindustria.
Introducción: Colaboración en el agro
En los años 90, Chihuahua inició un camino hacia la mejora económica mediante la colaboración entre empresas. El programa “Chihuahua Siglo XXI” se convirtió en la base de clústers que hoy incluyen sectores clave como el agroindustrial. Manuel Alderete Muñoz, consultor industrial, recuerda cómo este programa ayudó a formar una red de empresas enfocadas en mejorar su competitividad mediante el trabajo conjunto.
Desarrollo: Metodología transformadora
La metodología implementada buscó unir a las empresas en cada clúster para fortalecer la cadena de valor. Alderete destaca que esta estrategia no solo fomentó la competencia, sino que también promovió la cooperación, vital para el desarrollo de un ecosistema agroindustrial robusto.
Los clústers agroindustriales comenzaron a destacar por su capacidad de innovar y diversificar. Empresas locales encontraron en la colaboración una forma de optimizar recursos y maximizar rendimientos, lo que les permitió acceder a mercados más amplios. La creación de una cadena de suministro local más diversa fue un logro significativo, permitiendo a las empresas reducir su dependencia de proveedores externos.
Chihuahua Futura: Innovación y sostenibilidad
El concepto de “Chihuahua Futura” es la evolución de la estrategia inicial. Integra tecnología, innovación y sostenibilidad, con el objetivo de mantener la competitividad en un mercado global. En este contexto, la agroindustria se ha beneficiado de la digitalización de procesos y el desarrollo de talento local, clave para la modernización del sector.
Comités de clúster bien organizados han sido fundamentales para el éxito de “Chihuahua Futura”. Estos grupos no solo coordinan acciones, sino que también desarrollan una visión a largo plazo que asegura el crecimiento continuo. Recientemente, líderes del clúster agroindustrial se han reunido para discutir nuevas estrategias y oportunidades de negocio, destacando el potencial del sector en el futuro económico del estado.
Un modelo de competitividad
La historia de los clústers en Chihuahua demuestra que la cooperación y la competencia pueden coexistir para fomentar el desarrollo económico, especialmente en el ámbito agroindustrial. Desde “Chihuahua Siglo XXI” hasta “Chihuahua Futura”, el estado se ha posicionado como un referente en innovación.
La colaboración ha sido clave en este proceso, permitiendo a las empresas agroindustriales crecer y diversificarse. Gracias a esta red de clústers, Chihuahua se ha convertido en un modelo a seguir para otras regiones que desean aprovechar al máximo sus recursos.
Manuel Alderete concluye que el futuro de los clústers agroindustriales en Chihuahua es prometedor. “La cooperación y la competencia han sido esenciales para que Chihuahua sea uno de los estados más competitivos de México”, afirma.
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