México entre Trump y los BRICS: riesgos y oportunidades en el comercio global

La posición de México como puente comercial entre EE. UU. y los BRICS podría definir su ventaja competitiva en el mercado global.
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Este fin de semana, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, subió la temperatura del debate económico global al amenazar con imponer aranceles del 100% a los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). ¿La razón? Estos países están coqueteando con la idea de crear una moneda alternativa para reducir la hegemonía del dólar, algo que no tiene nada contento al mandatario. Pero, ¿qué significa todo esto para México? ¿Es un riesgo o una oportunidad? Spoiler: un poco de ambos.

Primero, ¿qué pasa con los BRICS?

Los BRICS son una coalición de economías emergentes que, desde 2009, trabajan para tener más voz en el escenario global. Últimamente, han hablado de crear una moneda que les permita depender menos del dólar, que, para bien o para mal, sigue siendo el “rey” del comercio internacional.

¿El problema? Lograrlo es más difícil de lo que parece. Aunque Rusia lidera el movimiento de “desdolarización”, las tensiones internas y las diferencias económicas entre los BRICS complican ponerse de acuerdo. De hecho, en su última reunión, ¡les pidieron a los asistentes llevar dólares o euros porque sus tarjetas no funcionaban en Rusia!

Mientras tanto, Trump ya dejó claro que no permitirá que el dólar pierda su trono sin pelear, y sus amenazas de aranceles no son juego.

¿Y México en todo esto?

La situación nos pone en un lugar interesante y un poquito incómodo. México es vecino cercano y socio comercial top de Estados Unidos, pero también tiene vínculos crecientes con países BRICS como China y Brasil. Aquí te dejamos un desglose de cómo esta pelea puede afectar o beneficiar a nuestra economía:

Lo malo

Posibles efectos colaterales: Si Trump lanza sus aranceles, las cadenas globales de suministro podrían trastocarse. Por ejemplo, muchos productos mexicanos incluyen insumos de países BRICS, como piezas electrónicas de China. Si esos componentes se encarecen o escasean, nuestras exportaciones podrían resentirlo.

Volatilidad financiera: Las tensiones globales suelen poner nerviosos a los mercados, y México podría ver fluctuaciones en el tipo de cambio del peso frente al dólar. Esto encarecería el costo de importar bienes o pagar deuda externa.

Dilema diplomático: México podría quedar atrapado en el fuego cruzado. Mantener el equilibrio entre su cercanía con Estados Unidos y su creciente relación con los BRICS será un reto para la política exterior mexicana.

Lo bueno

Un espacio para brillar en el comercio con EE. UU.: Si los productos de los BRICS se vuelven más caros por los aranceles, México podría aprovechar la oportunidad para llenar esos vacíos en el mercado estadounidense. Esto beneficiaría sectores como la manufactura, el agro y los productos tecnológicos.

Más inversión extranjera: La incertidumbre global podría jugar a favor de México, atrayendo empresas que buscan estabilidad y cercanía con Estados Unidos. El famoso “nearshoring” (relocalización cercana) podría acelerar aún más.

Diversificación de mercados: Aunque la tensión genera desafíos, también empuja a México a fortalecer su comercio con los BRICS, que son mercados gigantes con mucho potencial. Una relación comercial más robusta con China, India o Brasil podría ser una ganancia a largo plazo.

Dólar fuerte y predecible: Si Trump logra mantener el dominio del dólar, México se beneficiaría al mantener estabilidad en sus transacciones internacionales y la confianza de los inversionistas.

Entonces, ¿qué debería hacer México?

En lugar de preocuparse, México tiene que jugar estratégicamente: Diversificar aún más su comercio: No poner todos los huevos en la canasta de Estados Unidos ni en la de los BRICS. Europa, Asia y África también son mercados clave.

Aprovechar el nearshoring: Crear incentivos para que empresas globales se establezcan aquí, aprovechando nuestra posición geográfica y el T-MEC.

Mantener la calma financiera: Políticas económicas estables ayudarán a minimizar el impacto de la volatilidad internacional.

Ser neutral pero pragmático: México debe priorizar sus intereses nacionales sin tomar partido en el enfrentamiento entre EE. UU. y los BRICS.

El panorama general

La lucha por el dólar es como un partido de ajedrez global en el que todos mueven sus piezas para ganar más influencia económica. México, con su posición geográfica privilegiada y una economía que combina apertura y resiliencia, tiene la oportunidad de convertir los riesgos en ventajas.

Así que, aunque la pelea entre Trump y los BRICS puede traer turbulencia, también abre la puerta para que México demuestre su capacidad de adaptarse y prosperar en un mundo cada vez más cambiante. Ahora, más que nunca, es momento de pensar estratégicamente y avanzar con paso firme.

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