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El reciente incremento del 12% al salario mínimo en México para 2025, aunque positivo a nivel nacional, tiene un impacto limitado en Chihuahua, donde la mayoría de los trabajadores ya perciben ingresos superiores al mínimo. Sin embargo, este anuncio subraya un desafío más profundo: ¿cómo lograr que ningún trabajador en la ciudad gane menos de $11,500 al mes, cuando un salario digno debería alcanzar los $23,000 por cada habitación de una familia?
Chihuahua: Clase media con grandes desafíos
Con el 66% de su población perteneciente a la clase media (o superior), Chihuahua tiene una economía más sólida que otras regiones del país. Sin embargo, esto no exime a la ciudad de enfrentar serios retos económicos y sociales, especialmente en hogares donde solo una persona trabaja. Este problema se agudiza en familias encabezadas por madres solteras, quienes asumen el doble rol de ser el principal sustento económico y gestionar responsabilidades domésticas, enfrentándose a barreras significativas para acceder a empleos bien remunerados.
El salario digno como meta real
En Chihuahua, el gran desafío no es solo cumplir con el salario mínimo, sino garantizar un ingreso digno. Un salario de $11,500 al mes puede ser un piso básico, pero está lejos de los $23,000 necesarios para cubrir las necesidades de una familia en una vivienda promedio. La diferencia entre estos dos indicadores genera una presión considerable en las familias, limitando su capacidad de ahorro, educación y bienestar.
El reto de la productividad empresarial
La solución no puede recaer únicamente en el aumento salarial sin una mejora paralela en la productividad de las empresas. Para que las empresas puedan pagar mejores salarios sin comprometer su competitividad, es crucial impulsar una mayor eficiencia y valor agregado en sus procesos. Esto incluye:
Adopción de tecnología e innovación: Automatización de procesos y digitalización para mejorar la eficiencia operativa.
Capacitación del capital humano: Fomentar una fuerza laboral más calificada que contribuya a la generación de valor.
Reducción de costos no productivos: Incentivar prácticas empresariales sostenibles que optimicen los recursos disponibles.
Fomento de la competitividad: Apoyar a las empresas locales para competir en mercados nacionales e internacionales, atrayendo inversión y creando empleos mejor remunerados.
Estrategias para el Bienestar Económico
El enfoque en Chihuahua debe ser integral, priorizando tanto a los trabajadores como a las empresas. Algunas estrategias clave incluyen:
Incentivos para empresas: Ofrecer estímulos fiscales o financieros a empresas que inviertan en innovación, productividad y empleos con mejores salarios.
Programas de apoyo para madres solteras: Guarderías accesibles, horarios laborales flexibles y programas de capacitación específicos.
Fomento a las PyMEs: Apoyar a las pequeñas y medianas empresas, que son grandes generadoras de empleo, para que puedan crecer y pagar salarios más competitivos.
El aumento del salario mínimo es un paso en la dirección correcta, pero el verdadero cambio vendrá de una economía más productiva y competitiva. Chihuahua tiene el potencial para convertirse en un modelo de desarrollo económico donde trabajadores y empresas prosperen juntos. La meta debe ser clara: que nadie gane menos de $11,500 al mes y que los ingresos se acerquen a un nivel digno, garantizando un mejor futuro para las familias chihuahuenses.
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