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La industria automotriz es uno de los principales motores económicos de Chihuahua y un pilar estratégico del sector industrial en México. Con una base sólida en la fabricación de autopartes, el estado ha consolidado su posición como un actor clave en la cadena de suministro global. Sin embargo, 2025 se perfila como un año crucial que podría traer desafíos significativos, derivados tanto de la próxima revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) como del retorno de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.
El T-MEC y su próxima revisión: incertidumbre en el horizonte
La cláusula “sunset” del T-MEC establece que el tratado será revisado en 2026. Sin embargo, los preparativos comenzarán este año, según la Secretaría de Economía (SE). Larry Rubin, presidente de la American Society of Mexico, ha señalado que los cambios recientes en el marco legal mexicano, como las reformas al Poder Judicial y la eliminación de órganos autónomos, han generado dudas entre las empresas estadounidenses.
Para la industria automotriz de Chihuahua, que depende en gran medida de la estabilidad del T-MEC, esta incertidumbre podría traducirse en una reducción de inversiones y en ajustes logísticos para cumplir con las reglas de origen y otros requisitos del acuerdo. La renegociación podría ser más agresiva bajo el liderazgo de Trump, quien ya ha expresado interés en restringir beneficios fiscales y subsidios a vehículos producidos fuera de Estados Unidos.
Amenazas arancelarias: el impacto directo en las autopartes
La industria automotriz mexicana exporta casi el 80% de su producción a Estados Unidos, y las autopartes fabricadas en Chihuahua son esenciales para este flujo. Sin embargo, Trump ha planteado la posibilidad de imponer un arancel del 25% a las importaciones mexicanas.
Según Felipe Mendoza, analista de ATFX LATAM, esta medida forzaría a las empresas a buscar estrategias de reducción de costos o incluso a trasladar operaciones fuera de México. En un estado como Chihuahua, donde los parques industriales y maquiladoras están especializados en la producción de componentes clave, un arancel de esta magnitud podría provocar una disminución drástica en los volúmenes de exportación y, en consecuencia, en el empleo local.
Además, la competitividad de las empresas chihuahuenses podría verse afectada si se imponen restricciones adicionales a los subsidios y beneficios fiscales en favor de los fabricantes estadounidenses. Esto podría derivar en un encarecimiento de los productos, afectando directamente la demanda.
El camino hacia la diversificación de mercados
Ante estos retos, la diversificación de mercados emerge como una prioridad estratégica para Chihuahua y el sector automotriz en general. Odracir Barquera, director general de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), ha destacado la necesidad de explorar mercados europeos y asiáticos. Aunque países como Alemania ya figuran entre los principales destinos de exportación, la dependencia de Estados Unidos (que representa más del 85% de las exportaciones) hace urgente acelerar estas iniciativas.
Asimismo, la industria deberá reforzar su capacidad de innovación, impulsando tecnologías verdes y vehículos eléctricos, áreas donde Chihuahua tiene un potencial significativo gracias a su infraestructura industrial avanzada y mano de obra calificada.
El sector de autopartes en Chihuahua enfrenta un panorama desafiante en 2025. La próxima revisión del T-MEC y las amenazas arancelarias de Trump exigen una respuesta coordinada entre gobierno, empresas y asociaciones. Es necesario asegurar que las políticas nacionales ofrezcan certeza jurídica y un entorno favorable para la inversión.
Chihuahua tiene las herramientas para adaptarse y prosperar, pero requerirá visión estratégica, diversificación y colaboración para superar los obstáculos y garantizar que siga siendo un eje de tracción para la economía estatal y nacional.
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