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El Consumer Electronics Show (CES) 2025 en Las Vegas dejó claro que la industria automotriz está apostando fuerte por la tecnología, transformando los vehículos en auténticos “smartphones sobre ruedas”. Desde displays panorámicos hasta sistemas operativos personalizados, los automóviles están siendo reinventados como experiencias de alta tecnología. Sin embargo, este avance no está exento de desafíos, particularmente en el ámbito del software.
El nuevo rostro de los autos inteligentes
En el CES, marcas como Hyundai, BMW y Honda presentaron innovaciones sorprendentes:
• Hyundai deslumbró con un display holográfico de tamaño completo en el parabrisas.
• BMW introdujo un tablero panorámico que redefine la experiencia visual en el interior del auto.
• Honda presentó su prototipo 0 Series, una línea de vehículos eléctricos (EVs) con baterías más eficientes y un sistema operativo que aprende del usuario.
Estas tecnologías buscan mejorar la experiencia del conductor, haciendo más intuitivo y personalizado cada viaje. La inteligencia artificial generativa, que ya se ha infiltrado en muchos aspectos de la vida cotidiana, ahora también impulsa el desarrollo de estos sistemas.
Los riesgos de un futuro digitalizado
El aumento de la complejidad tecnológica en los vehículos ha traído consigo un incremento en problemas de software, que ahora representan un desafío crítico para los fabricantes. Datos recientes de la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA, por sus siglas en inglés) revelan que:
• Las fallas de software representaron el 15% de los llamados a revisión en Estados Unidos en 2024, frente al 6% en 2019.
• Empresas como Tesla y Stellantis retiraron del mercado casi 2 millones de vehículos debido a errores de software el año pasado.
Los fabricantes enfrentan un dilema: ¿cómo equilibrar la introducción de características innovadoras con la necesidad de actualizaciones de software seguras y eficientes?
El desafío del futuro
Mientras que estas tecnologías prometen revolucionar la movilidad, también plantean interrogantes sobre la confiabilidad y la seguridad. ¿Qué tan preparado está el mercado para manejar vehículos cada vez más dependientes de software? ¿Cómo afectará esto a los consumidores, tanto en términos de experiencia como de costos asociados a mantenimiento y reparaciones?
Además, el papel de los servicios de asistencia como AAA podría cambiar radicalmente. ¿Qué sucede cuando un problema de software no puede solucionarse en carretera?
Innovación con responsabilidad
El CES 2025 mostró el potencial de los autos del futuro, pero también dejó claro que la tecnología no es infalible. La industria automotriz tiene la oportunidad de liderar una nueva era de movilidad, pero para ello deberá priorizar la calidad, la seguridad y la confianza del consumidor. La clave estará en garantizar que estos “smartphones sobre ruedas” no solo sean futuristas, sino también confiables y accesibles para todos.
Esta transición hacia la alta tecnología no solo transformará los autos, sino también la manera en que nos relacionamos con ellos. Es un camino.
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