Por Jorge Cruz Camberos
Si compras comida en el súper, usas coche o disfrutas una cerveza el fin de semana, las nuevas tarifas que EE.UU. impondrá a productos mexicanos podrían hacer que todo eso te cueste más. Desde hoy, el gobierno de Donald Trump aplicará un 25% de impuestos a las importaciones de México y Canadá, además de un 10% a productos chinos. Pero, ¿qué significa esto para las familias mexicanas?
¿Subirá el precio de la gasolina?
Sí, y eso puede afectar el presupuesto de los hogares. Aunque México produce petróleo, también exportamos crudo a EE.UU. y luego importamos gasolina refinada. Con estas tarifas, llenar el tanque podría costar más, impactando no sólo a quienes manejan, sino al transporte público y a los precios de productos que dependen de distribución en carretera.
Menos exportaciones, más incertidumbre laboral
México es el mayor proveedor de autos y autopartes para EE.UU. Si las fábricas en el país ven menos demanda por los costos extras, podrían verse obligadas a reducir producción o incluso empleos. Si trabajas en la industria automotriz, o conoces a alguien que lo haga, esto podría generar preocupación.
¿Qué pasa con la comida y la bebida?
México exportó $38.5 mil millones en productos agrícolas a EE.UU. en 2023. Si el comercio se complica, podríamos ver un exceso de productos en el mercado nacional, lo que bajaría los precios para algunos alimentos… pero también podría afectar a productores mexicanos que dependen de las ventas en EE.UU.
Por otro lado, si México responde con impuestos a productos estadounidenses, los precios de ciertos productos importados (como cereales, electrodomésticos o tecnología) también podrían subir.
Una jugada política con impacto familiar
Trump usa estas tarifas como una estrategia de presión en temas como migración y seguridad. México y Canadá ya anunciaron represalias comerciales, lo que puede escalar la situación.
Para las familias mexicanas, estos cambios pueden significar desde ajustes en el presupuesto hasta preocupaciones laborales. Por ahora, lo mejor es estar informados y preparados para posibles cambios en los precios de productos esenciales.
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