Nuevo golpe comercial: aranceles de Trump al acero y aluminio amenazan a Chihuahua

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Aranceles de Trump al acero y aluminio podrían afectar la economía de Chihuahua, encareciendo exportaciones y reduciendo competitividad en manufactura y empleo.
Chihuahua enfrenta desafíos en manufactura por aranceles de 25% impuestos por Trump al acero y aluminio.

La guerra comercial está de vuelta. Donald Trump, presidente de Estados Unidos, no deja de ser noticia, y esta vez su anuncio de imponer aranceles del 25% al acero y aluminio importados podría ser un golpe directo a la economía de México… y de Chihuahua.

Trump confirmó en pleno vuelo hacia el Super Bowl que planea imponer estas tarifas a todos los países, sin excepciones. Esto incluye a México, Canadá y Brasil, que son los principales proveedores de acero y aluminio para el mercado estadounidense. Para Chihuahua, estado clave en exportaciones de manufactura avanzada, la noticia llega como un balde de agua fría.

¿Qué está pasando y por qué importa?

Si Trump cumple con su amenaza, las exportaciones mexicanas de acero y aluminio tendrán que pagar un arancel de 25% al entrar a Estados Unidos. Esto encarece los productos mexicanos, haciéndolos menos competitivos frente a otras opciones. Para un estado como Chihuahua, que depende de la industria manufacturera y automotriz, las cosas podrían complicarse: mayor costo, menos contratos y, en el peor de los casos, menos empleo.

La historia no es nueva. Ya en 2018, Trump aplicó tarifas similares, y el resultado fue un aumento de precios: 2.4% en el acero y 1.6% en el aluminio, según datos de la Comisión Internacional de Comercio de Estados Unidos. Aunque esto también afectó a las empresas estadounidenses, parece que el presidente busca revivir esta estrategia de presión.

¿Y Chihuahua?

Chihuahua es un jugador importante en la manufactura de piezas de acero y aluminio para la industria automotriz y aeroespacial. Si los costos suben, es probable que las empresas enfrenten problemas para competir en el mercado de Estados Unidos, que es su principal cliente.

Según datos de la Secretaría de Innovación y Desarrollo Económico, el 30% de la economía de Chihuahua depende de exportaciones relacionadas con manufactura avanzada. ¿Qué significa esto? Que un golpe en esta área podría derivar en despidos, reducción de inversiones y menos flujo de dinero en la región.

El pleito del acero: México vs. Estados Unidos

Para hacer las cosas más tensas, Estados Unidos ha acusado a México de servir como “puente” para triangular acero asiático hacia su mercado. México, por su parte, se defiende y señala que es al revés: EU está introduciendo acero asiático que luego termina compitiendo en México.

La Cámara Nacional del Hierro y el Acero (Canacero) ya puso las cartas sobre la mesa: si los aranceles llegan, México debería responder con medidas inmediatas contra productos siderúrgicos estadounidenses. Esto no solo podría escalar el conflicto, sino también impactar a otros sectores y consumidores en ambos países.

Lecciones de China y la guerra comercial

Este enfrentamiento con Estados Unidos no es único. La semana pasada, China subió aranceles a productos clave como gas, petróleo y equipo agrícola provenientes de EU, como respuesta a medidas similares de Trump. Esto encareció artículos como muebles, electrodomésticos y electrónicos, afectando tanto a productores como a consumidores.

Aunque Chihuahua no está directamente en esta disputa, es un recordatorio de que las guerras comerciales tienen consecuencias. Desde precios más altos hasta menos inversiones, los efectos pueden golpear a todos los involucrados.

¿Y ahora qué?

El panorama puede parecer desalentador, pero hay formas de mitigar el impacto. Chihuahua debe apostar por diversificar sus mercados y depender menos de las exportaciones a Estados Unidos. También es momento de impulsar la innovación tecnológica y fortalecer cadenas de valor locales para aumentar la competitividad.

En un mundo cada vez más proteccionista, es clave construir una economía más resiliente. ¿Cómo? Fomentando la colaboración entre empresas, gobierno y academia para encontrar soluciones creativas. Chihuahua ha demostrado ser un estado de vanguardia en muchas áreas; ahora necesita adaptarse a esta nueva realidad comercial.

El mensaje es claro: estos aranceles no solo son un golpe económico, sino un llamado a pensar diferente, buscar nuevos horizontes y demostrar que Chihuahua puede salir adelante, incluso frente a los retos más grandes.

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