Preocupante desaceleración en la creación de empleo formal en México

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Gráfica de la tasa de crecimiento del empleo formal en México, mostrando una tendencia a la baja en 2025.
El crecimiento del empleo formal en México muestra signos de desaceleración en 2025.

La tasa de crecimiento anual de los empleos registrados ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) muestra un panorama de desaceleración preocupante en 2025. De acuerdo con los datos reflejados en la gráfica histórica de 1999 a la fecha, el país atraviesa una nueva fase de bajo dinamismo en la generación de empleo formal, registrando un crecimiento de apenas 0.63% en el último periodo analizado.

Tendencias y ciclos del empleo formal

Desde finales del siglo XX, la generación de empleo en México ha sido cíclica, con periodos de crecimiento sostenido seguidos de caídas abruptas, generalmente ligadas a crisis económicas o factores externos de alto impacto.

Eventos como la crisis financiera de 2008-2009 y la crisis sanitaria de 2020-2021 tuvieron efectos devastadores en la ocupación formal, con caídas de hasta -4% en el número de empleos registrados ante el IMSS. Sin embargo, tras estos desplomes, el empleo logró recuperar terreno con tasas de crecimiento que superaban el 4% en los periodos de recuperación.

No obstante, a partir de 2022, se observa una desaceleración progresiva en la creación de empleos, reflejada en la tendencia descendente que marca el año 2025. Esta ralentización genera incertidumbre sobre el rumbo de la economía y la capacidad del país para generar trabajos de calidad en el sector formal.

Factores que afectan la creación de empleo

Diversos factores podrían estar influyendo en esta desaceleración del empleo formal en México:
1. Estancamiento económico: El crecimiento económico ha sido menor al esperado en los últimos años, afectado por la baja inversión, la inflación y la desaceleración global.
2. Incertidumbre política y regulatoria: Cambios en las reglas laborales y fiscales pueden estar desincentivando la contratación formal.
3. Auge del empleo informal: La falta de incentivos para la formalización sigue siendo un problema estructural en México, con más del 55% de la población económicamente activa en la informalidad.
4. Impacto de la automatización y la digitalización: Algunos sectores han reducido la necesidad de mano de obra debido a la incorporación de nuevas tecnologías.

El papel clave de la inversión pública estratégica

Uno de los motores fundamentales para la generación de empleo es la inversión pública, siempre que esta se realice de manera estratégica para detonar la inversión privada, mejorar la competitividad del país y fortalecer sectores clave de la economía. Sin embargo, en el sexenio pasado, las grandes inversiones gubernamentales no lograron este efecto multiplicador esperado.

Proyectos como la refinería de Dos Bocas, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y el Tren Maya, a pesar de su elevado costo, no generaron un impacto significativo en la atracción de inversión privada ni en la creación de empleos sostenibles en el largo plazo. Esto se debe a diversos factores:
• Falta de enfoque productivo: Estos proyectos fueron impulsados más por razones políticas que económicas, sin estudios de rentabilidad claros ni un impacto real en sectores estratégicos.
• Desincentivo a la inversión privada: En lugar de atraer capital privado, muchas de estas obras generaron incertidumbre al estar marcadas por sobrecostos, baja planeación y poca transparencia.
• Baja competitividad y conectividad: Inversiones como el AIFA no lograron posicionarse como motores de crecimiento, debido a la falta de infraestructura complementaria y un bajo atractivo para aerolíneas internacionales.
• Oportunidades desperdiciadas: En lugar de dirigir los recursos a infraestructura productiva como carreteras estratégicas, energías limpias o fortalecimiento de sectores industriales clave, el gasto se destinó a megaproyectos de dudoso beneficio económico.

Para revertir la desaceleración del empleo, es necesario replantear el papel de la inversión pública. Más allá de grandes obras faraónicas, México requiere proyectos de infraestructura que realmente fomenten la inversión privada, faciliten el comercio y eleven la competitividad del país en el escenario global.

Perspectivas y retos ante el pronóstico económico

El panorama económico para 2025 se ha tornado más complejo. El Banco de México ha recortado su pronóstico de crecimiento económico para este año, reduciéndolo del 1.2% al 0.6%, debido a factores como la incertidumbre por las políticas comerciales de Estados Unidos y una caída en el consumo y la inversión privada. 

Este ajuste implica que la economía mexicana podría enfrentar un escenario de crecimiento mínimo, donde mantenernos en terreno positivo ya sería un logro significativo. Sin embargo, también existe la posibilidad de una contracción económica si no se implementan medidas efectivas para contrarrestar esta tendencia.

La desaceleración económica prevista podría poner en jaque la generación de empleo formal en el país, aumentando la presión sobre el mercado laboral y afectando el bienestar de millones de familias mexicanas. 

Ante este escenario, es imperativo que tanto el sector público como el privado trabajen de manera conjunta para impulsar políticas y proyectos que reactiven la economía, fomenten la inversión y generen empleos de calidad. Solo a través de una estrategia integral y coordinada se podrá enfrentar exitosamente los desafíos que presenta el entorno económico actual.

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