Las inversiones en Chihuahua no sólo llegan con nuevos anuncios y grandes titulares. A menudo, el verdadero termómetro de confianza en nuestro estado está en la reinversión de las plantas ya establecidas. Cuando una empresa decide ampliar operaciones, mejorar su infraestructura o incrementar su producción, está enviando un mensaje claro: aquí hay condiciones para seguir creciendo.
Sin embargo, aunque estas reinversiones no se consideren “nueva inversión” en los indicadores económicos, su impacto es igual o más importante. Son el reflejo de un ecosistema empresarial sólido, donde la calidad de la mano de obra, la estabilidad y la competitividad siguen siendo factores determinantes.
¿Y el nearshoring?
Mucho se ha hablado del nearshoring y la oportunidad que representaba la relocalización de empresas tras la crisis en la cadena de suministro global. La realidad es que Chihuahua no captó esta primera ola. No porque no tengamos vocación industrial, sino porque no estábamos listtos.
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Las razones son evidentes:
• Educación: La oferta educativa sigue sin estar alineada al 100 % con las necesidades de la industria. Faltan más ingenieros, más técnicos especializados y más programas de formación continua en manufactura avanzada, electromovilidad y automatización.
• Energía: La falta de capacidad eléctrica y las restricciones en infraestructura energética han sido una barrera para atraer nuevos proyectos de gran escala.
• Agua: El recurso más crítico para la industria y las ciudades sigue sin una estrategia clara de administración a largo plazo.
• Infraestructura: La disponibilidad de parques industriales con servicios listos para operar sigue siendo limitada en comparación con otros estados que sí captaron la inversión.
La segunda oportunidad está en marcha
Estados Unidos no dejará de buscar una integración regional más fuerte en América del Norte, sobre todo con la escalada de la guerra comercial con China. La pregunta clave es: ¿Chihuahua estará listo para la segunda ola de nearshoring?
Si queremos que la respuesta sea sí, necesitamos acciones concretas y rápidas. No basta con esperar que el entorno nos favorezca. Debemos trabajar en políticas públicas más agresivas para atraer inversión, en mejorar la infraestructura crítica y en garantizar que el talento local esté preparado para la industria del futuro.
Las empresas que ya operan en Chihuahua han demostrado su confianza con reinversiones constantes. Ahora nos toca a nosotros demostrar que estamos listos para llevar a nuestro estado al siguiente nivel. Porque las oportunidades no llegan dos veces de la misma manera.