La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha lanzado una advertencia: la economía mexicana podría enfrentar una desaceleración significativa en 2025 y 2026, producto del resurgimiento de medidas proteccionistas a nivel global y el posible endurecimiento de aranceles, particularmente en su relación comercial con Estados Unidos.
Según el más reciente informe semestral de Perspectivas Económicas de la OCDE, el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de México, que cerró 2024 con una expansión estimada de 2.4%, podría disminuir a 1.6% en 2025 y continuar su tendencia a la baja en 2026, alcanzando apenas 1.3%. La institución atribuye esta contracción a un entorno externo menos favorable, marcado por fricciones comerciales y una posible reconfiguración de cadenas de suministro.
Aranceles, el talón de Aquiles
El principal foco de preocupación es el endurecimiento de aranceles en Estados Unidos, el principal socio comercial de México, que podría intensificarse bajo un eventual giro político tras las elecciones presidenciales estadounidenses de 2024. Si se materializan políticas más proteccionistas, como el incremento de aranceles a productos mexicanos —especialmente en sectores automotriz, agrícola y manufacturero—, el impacto sobre la economía nacional sería directo y profundo.
De acuerdo con la OCDE, una subida generalizada de aranceles podría reducir el volumen de exportaciones mexicanas hasta en un 4% anual, afectando particularmente a las regiones del norte del país, donde la actividad industrial depende fuertemente de la demanda externa.
Vulnerabilidades estructurales
Además de los factores externos, el organismo internacional advierte que México sigue arrastrando debilidades estructurales que amplifican su vulnerabilidad frente a choques comerciales. Entre ellos, destacan la baja inversión pública en infraestructura, la informalidad laboral persistente (que supera el 50%) y la limitada diversificación de exportaciones.
“La dependencia de México hacia un solo mercado, como Estados Unidos, vuelve a la economía especialmente sensible a cambios en las reglas del juego comercial”, señala el reporte.
Canadá también enfrenta riesgos
El impacto de una posible ola proteccionista no se limita a México. Canadá, otro miembro clave del T-MEC, también vería afectada su economía si Estados Unidos opta por revisar acuerdos o imponer nuevas barreras comerciales.
Aunque la OCDE proyecta un crecimiento más estable para Canadá —alrededor de 1.8% en 2025—, advierte que el país podría enfrentar una desaceleración si se debilita el acceso preferencial al mercado estadounidense, en especial en sectores clave como la energía, la madera, y los productos industriales.
“La integración productiva de América del Norte implica que cualquier fricción comercial tiene un efecto dominó en las cadenas de valor regionales”, destaca el informe. En ese contexto, tanto México como Canadá comparten el desafío de preservar la estabilidad del T-MEC y asegurar condiciones de competencia equitativas.
¿Y la respuesta del gobierno?
Hasta ahora, las autoridades mexicanas han minimizado el riesgo de una desaceleración prolongada. El presidente Andrés Manuel López Obrador ha insistido en que el nearshoring compensará cualquier efecto negativo derivado de aranceles, y ha señalado que la llegada de inversiones extranjeras directas sigue en aumento.
No obstante, expertos independientes coinciden en que el fenómeno del nearshoring aún es incipiente y no ha tenido el impacto esperado en términos de generación de empleo o crecimiento sostenido del PIB.
Perspectivas y advertencias
La OCDE sugiere que México y Canadá necesitan fortalecer su posición negociadora en el marco del T-MEC y diversificar sus mercados de exportación, especialmente hacia Europa y Asia. Además, recomienda impulsar reformas internas que aumenten la productividad, mejoren el clima de inversión y fortalezcan el Estado de derecho.
En un contexto global de creciente incertidumbre y tensión comercial, las dos economías más integradas con Estados Unidos enfrentan una realidad común: adaptarse con rapidez o exponerse a una pérdida de dinamismo que podría costarles años de progreso económico.