Por Jorge Cruz Camberos
En un entorno donde los impuestos suelen ser vistos como una carga para las empresas, Chihuahua ha demostrado que pueden convertirse en una herramienta de desarrollo y bienestar social cuando se administran con transparencia y visión estratégica.
A diferencia de otros estados, donde los aumentos en la carga fiscal han generado resistencia y litigios, en Chihuahua el sector empresarial ha apostado por un modelo innovador basado en la corresponsabilidad y la participación activa en la gestión de los recursos. Esto ha permitido consolidar un esquema en el que los impuestos no sólo financian infraestructura y seguridad, sino que también impulsan el desarrollo social y la competitividad del estado.
El ISN en Chihuahua: más que un impuesto, una inversión estratégica
A diferencia de la Ciudad de México, donde el aumento del Impuesto Sobre Nómina (ISN) al 4% ha desatado una ola de amparos por parte de grandes empresas, en Chihuahua se ha optado por un enfoque distinto: una contribución extraordinaria sobre el ISN, destinada a financiar iniciativas sociales y de seguridad.
Este esquema permite que el 10% de lo recaudado por el ISN se asigne a la Fundación del Empresariado Chihuahuense A.C. (FECHAC), mientras que el 5% se destine al Fideicomiso para la Competitividad y Seguridad Ciudadana (FICOSEC).
Por ejemplo, si una empresa tiene una nómina mensual de 100,000 pesos, pagaría 3,000 pesos por concepto de ISN. Adicionalmente, contribuiría con 300 pesos para FECHAC y 150 pesos para FICOSEC, sumando un total de 3,450 pesos en impuestos y contribuciones mensuales.
Este modelo garantiza que los recursos se inviertan en proyectos que generan beneficios tangibles para la sociedad y las empresas, fortaleciendo la seguridad, la educación y la infraestructura.
Fideicomisos que transforman Chihuahua
El éxito del Modelo Chihuahua radica en la creación de fideicomisos que aseguran el uso eficiente de los recursos, con la participación activa del sector empresarial en su administración.
Casos de éxito:
- FECHAC: Financia proyectos de educación, salud y desarrollo social.
- FICOSEC: Destina fondos a mejorar la seguridad pública y fortalecer el estado de derecho.
- Fideicomiso de las Tres Presas: Invierte en la transformación del Parque de las Tres Presas, con el objetivo de convertirlo en el mejor parque público de México.
- Fideicomiso del Centro de Convenciones: Impulsa el turismo de negocios en Chihuahua.
- Fideicomiso ¡Ah Chihuahua!: Financiado con el impuesto hotelero, promueve el turismo estatal.
Además, el Pacto por el Desarrollo y la Prosperidad, un acuerdo entre organismos empresariales y la sociedad organizada, ha sido incorporado en el Plan de Desarrollo Municipal, garantizando que las estrategias económicas del estado sean sostenibles y de largo plazo.
Comparación con la CDMX: Un modelo de transparencia vs. Litigios empresariales
Mientras Chihuahua ha logrado que el sector privado participe activamente en la gestión del ISN, en la Ciudad de México el reciente incremento del 3% al 4% ha generado desconfianza y resistencia empresarial.
Principales diferencias:

Si en Chihuahua, el sector empresarial sabe exactamente a dónde van sus contribuciones, lo que ha generado confianza y una mayor disposición para colaborar con el gobierno en proyectos estratégicos. En la CDMX, la administración centralizada de los recursos ha derivado en incertidumbre y litigios.
Chihuahua: un modelo a seguir para México
Gracias a la confianza y corresponsabilidad entre el sector empresarial y el gobierno, Chihuahua se ha convertido en un caso de éxito en desarrollo económico y social.
Este modelo ha permitido:
- Crecimiento sostenido del PIB.
- Aumento en los salarios y la calidad de vida de los trabajadores.
- Mayor competitividad y atracción de inversiones.
- Proyectos de alto impacto como el Parque de las Tres Presas.
Mientras otros estados enfrentan conflictos fiscales y resistencia empresarial, Chihuahua demuestra que cuando los impuestos se manejan con transparencia, visión y colaboración, pueden convertirse en motores de transformación y progreso.
El Modelo Chihuahua es la prueba de que la relación entre gobierno y sector privado no tiene que ser de confrontación, sino de alianza para la prosperidad.
México necesita más estados que sigan este camino.