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Banorte invierte $50 MDD en fintech RappiCard

Un movimiento que no pasó desapercibido

Ayer se soltó una bomba en el mundo financiero: Banorte anunció que desembolsará $50 millones de dólares para quedarse con el 44.28% de Tarjetas del Futuro, mejor conocida como RappiCard. Aunque ya eran socios desde hace un tiempo —la tarjeta funcionaba como un joint venture— ahora el banco mexicano dejó claro que quiere todo el pastel… o casi todo.

Además del billete, viene con truco: los productos financieros de Banorte, incluida la RappiCard, tendrán exclusividad total dentro de la app de Rappi. Nada de competencia directa en ese ecosistema. La movida suena a que Banorte va con todo para posicionarse digitalmente, justo cuando andaba en el dilema de si seguir o no con Bineo, otro intento de banca digital que parece haber perdido gas.

Adiós al sueño financiero de Rappi (¿o no?)

Hace apenas un par de años, Rappi coqueteaba con la idea de convertirse en una especie de banco digital latinoamericano. Tenían la visión de ofrecer créditos, cuentas, inversiones y todo un catálogo de servicios financieros directamente desde su app, buscando mejores márgenes que los de repartir hamburguesas o víveres. Pero este último movimiento podría marcar el cierre de esa etapa. Al ceder el control casi total de RappiCard, Rappi parece estar diciendo: “vamos a concentrarnos en lo que sí sabemos hacer”.

Y mientras Rappi da un paso al costado en el terreno financiero, Banorte se acomoda como el jugador fuerte. El CEO de Tarjetas del Futuro, José Murillo, nos contaba el año pasado que el 75% de sus clientes tiene menos de 35 años, y que su sistema de evaluación aprobaba el 15% de las solicitudes de tarjeta (un número bastante competitivo en el mercado). Es decir, ya tienen un nicho joven, digital y con potencial.

Neobancos: ¿categoría nueva o solo otro camino al mismo banco de siempre?

Este anuncio también se da en un contexto en el que todo el concepto de los neobancos empieza a tomar otro color. De ser una “categoría disruptiva” con promesas de reinventar la banca, parece que el destino es más tradicional de lo que parecía: convertirse en bancos a secas. De hecho, se rumora que Nu, el gigante morado, ya consiguió la licencia de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) para operar como institución de banca múltiple en México.

Así que sí, los neobancos pueden seguir vistiéndose de hoodie, pero al final están construyendo bancos como los de siempre, solo que más bonitos, más rápidos y más digitales.

¿Qué significa esto para México y para Chihuahua?

Para Banorte, y para el sistema financiero mexicano, esto es una consolidación importante. Pone sobre la mesa que los bancos tradicionales están dispuestos a invertir fuerte para dominar también el terreno digital. Y para estados como Chihuahua, donde la bancarización digital y el acceso a productos financieros modernos aún tiene mucho por crecer, esto puede ser una buena noticia: más competencia, más acceso y más opciones para las nuevas generaciones.

En resumen: Rappi baja la velocidad en su ruta financiera, Banorte pisa el acelerador y los neobancos dejan de ser “la novedad” para convertirse en el camino lógico. ¿Quién dijo que la banca era aburrida?