En una época en la que hablar de industria suena a robots, software y cadenas de suministro globales, hay un rincón del norte de México que lleva cuatro décadas demostrando que también se necesita talento humano, precisión y orgullo: la planta de motores Ford en Chihuahua.
Este gigante industrial, que arrancó operaciones en 1983, se ha convertido en una verdadera joya de eficiencia. Hoy en día, tiene la capacidad de producir más de 1.6 millones de motores al año —desde los confiables Duratec de 2.0 y 2.5 litros hasta potentes motores diésel— que impulsan vehículos Ford vendidos en todo el mundo.
Más que fierros: talento, eficiencia y tecnología
Chihuahua no sólo produce motores. Produce confianza. Y eso se nota en su rol dentro de la estrategia global de Ford. La planta se divide en tres instalaciones (CHEP I, II y III), cada una equipada con tecnología de última generación y, más importante aún, operada por manos mexicanas altamente capacitadas.
¿Sabías que los modelos más accesibles de Ford se hacen en México?
Aunque Ford construye el 80% de los autos que vende en EE. UU. dentro de su propio país, tres de sus modelos más asequibles nacen en México: el eléctrico Mustang Mach-E (Cuautitlán Izcalli), la Maverick y el Bronco Sport (ambos en Hermosillo, Sonora). Eso habla del nivel de calidad y competitividad que ha alcanzado la industria automotriz mexicana.
Para quien está pensando en un primer carro eléctrico o en una camioneta práctica para la aventura o el trabajo, es muy probable que lo que estás viendo en el showroom haya sido hecho en México.
Pero ojo, hay curvas en el camino
Con la amenaza de nuevas tarifas impuestas por la administración Trump a productos hechos fuera de EE. UU., Ford ya avisó: si no se detienen estas políticas, los precios subirán este verano. Y eso afectaría directamente a los modelos que se fabrican aquí, justo los que son más accesibles para el consumidor joven.
¿Qué podemos hacer?
Como consumidores y ciudadanos, es importante entender que comprar productos fabricados en México —y exigir políticas que protejan estas inversiones— no es solo una cuestión de orgullo nacional: es una forma de apoyar empleo, desarrollo tecnológico y sustentabilidad en nuestro país.
La planta Ford en Chihuahua representa lo mejor del presente industrial de México, y también una pieza clave del futuro de la movilidad.