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México y los microchips: el futuro se diseña en Norteamérica

¿Quién diría que un chip del tamaño de una uña podría poner a México en el centro de la nueva era tecnológica? No estamos hablando de ciencia ficción, sino de una oportunidad real, tangible y urgente: convertirnos en protagonistas del ecosistema global de los microprocesadores.

¿Por qué deberíamos importar los chips?

Porque literalmente no podemos vivir sin ellos. Desde el celular que usas para pedir comida, hasta los autos eléctricos, pasando por la laptop donde trabajas, todo depende de esos pequeñísimos circuitos. Pero aquí viene lo interesante: México ya tiene un lugar en esta jugada global y puede aspirar a mucho más.

Del “Made in Mexico” al “Designed in North America”

Durante años fuimos la fábrica. Hoy tenemos la chance de ser el laboratorio, la mente creativa y el músculo técnico de los chips que mueven al mundo. Empresas como Foxconn ya tienen plantas en Jalisco y Ciudad Juárez. Además, el Plan Maestro 2024-2030 de Canieti busca duplicar la actividad de semiconductores en el país .

¿Y qué gana México?

Una palabra: chamba. Pero no cualquier chamba: bien pagada, especializada, con futuro. Se estima que un vehículo eléctrico necesita más de 4,000 chips. Si eso no es una señal para subirnos al tren de la industria de alta tecnología, ¿entonces qué? 

Leer más: CHIPS Act: Oportunidades para la industria de semiconductores en Chihuahua

Las condiciones están, pero hay que meterle turbo

Tenemos locación estratégica, talento joven y ganas. Pero aún hay retos: necesitamos mejorar la infraestructura eléctrica, invertir en capacitación tech y facilitar la llegada de inversión. Estados como Nuevo León, Jalisco y Chihuahua ya están apostando fuerte con parques industriales, centros de investigación y clústeres tecnológicos .

¿Qué podemos hacer tú y yo?

Consumir tecnología con conciencia, apoyar marcas que apuesten por innovación nacional, exigir políticas públicas que impulsen la educación STEM. Este no es solo un tema de gobiernos o grandes corporativos; es una conversación de país.

El futuro no se va a esperar. México tiene una oportunidad histórica de saltar a la cancha del big tech global. ¿Nos animamos o dejamos que otros anoten el gol?