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¿China es el socio que México necesita?

Por Economic Insight Leader

¿Quién no ha pedido algo en línea que llegó directo desde China? Desde gadgets hasta ropa, el dragón asiático está en todos lados… incluso en la balanza comercial de México, y no precisamente en equilibrio. Pero más allá del shopping digital, ¿es China el socio ideal para nuestro país? ¿O deberíamos mirar más hacia nuestros vecinos del norte?

El dilema del gigante asiático

México y China tienen una relación comercial intensa, pero muy dispareja. Nosotros les mandamos principalmente materias primas (como minerales), y ellos nos inundan de tecnología, maquinaria y electrónicos. Resultado: un déficit comercial gigantesco.

Ahora súmale la guerra comercial entre China y EE. UU., que ha hecho que muchas empresas chinas miren a México como “la puerta trasera” para llegar al mercado gringo sin aranceles. O sea, sí hay inversión, pero no todo es tan claro como parece.

Leer más: Chihuahua y el momento de oportunidad en la guerra comercial Estados Unidos – China

La visión “a la mexicana”

Aquí entra la presidenta Claudia Sheinbaum, que ha dejado algo muy claro: el bloque económico natural de México es América del Norte. “Lo que más conviene a Norteamérica es mantener nuestra alianza para competir con otras regiones”, dijo recientemente.

Y no es cualquier frase. Con el T-MEC en marcha, y una oportunidad única para aprovechar el nearshoring (sí, ese fenómeno donde las empresas se acercan a donde está el consumidor), México tiene todo para crecer junto a EE. UU. y Canadá, pero necesita estrategia, reglas claras y, sobre todo, no venderse barato.

Pros y contras de hacerle ojitos a China

Lo bueno:
• Acceso a tecnología y manufactura barata.
• Inversiones en sectores clave como automotriz, telecomunicaciones y energía.

Lo no tan bueno:
• Un déficit comercial brutal.
• Poca transferencia de tecnología o beneficios a largo plazo.
• Prácticas opacas y poca transparencia.

¿Entonces qué?

México tiene que jugar inteligente. Claro que no se trata de cerrar las puertas a China, pero sí de poner reglas claras. Apostar por América del Norte no es irse por lo fácil, es irse por lo estratégico. Porque cuando haces equipo con quien comparte tus reglas, tu cultura de negocios y hasta tu zona horaria, el crecimiento es más sólido.

China es un socio importante, pero no necesariamente el mejor. México tiene que dejar de actuar como el chico que se sienta con todos en la cafetería sin saber bien con quién quiere estar. Es hora de definir prioridades, exigir reciprocidad y apostar por alianzas que de verdad construyan el futuro que queremos.