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¿Cómo se financia el mantenimiento de parques como Barrancas?

La majestuosidad del Parque Nacional Barrancas del Cobre, uno de los principales atractivos turísticos de Chihuahua, no solo descansa en su belleza natural, sino en una compleja estructura de gestión y financiamiento que permite su conservación y operación. En este artículo, Referente explora cómo se sostiene económicamente este destino icónico, quiénes están detrás de su mantenimiento y qué retos enfrenta para seguir siendo un orgullo regional.

Una joya natural que requiere inversión constante

Las Barrancas del Cobre, ubicadas en la Sierra Tarahumara, reciben a miles de visitantes cada año. Esta afluencia, aunque representa una fuente de ingresos, también implica un desgaste considerable en la infraestructura turística: senderos, tirolesas, miradores, baños públicos y señalización requieren mantenimiento frecuente.

El costo de mantener un parque de estas dimensiones no es menor. De acuerdo con estimaciones de operadores turísticos y autoridades locales, se requieren millones de pesos anuales para conservarlo en condiciones óptimas. ¿De dónde proviene este dinero?

Fuentes de financiamiento: entre lo público y lo privado

La administración del Parque de Aventura Barrancas del Cobre está a cargo del Gobierno del Estado de Chihuahua, a través de la Secretaría de Turismo y en coordinación con diversas entidades. El financiamiento proviene de varias fuentes:

  1. Ingresos propios del parque: Los boletos de entrada, el uso de atracciones como el teleférico o las tirolesas, y la renta de espacios comerciales generan una parte significativa del presupuesto. Sin embargo, estos ingresos son variables y dependen del flujo turístico.
  2. Inversión pública estatal y federal: El parque recibe recursos del gobierno estatal y, en ocasiones, de programas federales enfocados en infraestructura turística, conservación ambiental y desarrollo económico regional.
  3. Apoyos de organismos internacionales: En proyectos específicos relacionados con sostenibilidad o conservación, el parque ha recibido financiamiento de instituciones como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Cooperación Alemana (GIZ).
  4. Iniciativas privadas y alianzas público-privadas: Empresas turísticas, hoteleras y operadores de transporte han invertido en infraestructura, ya sea por convenios o mediante el pago de concesiones. En algunos casos, también participan en programas de responsabilidad social que benefician al parque.

La comunidad rarámuri: actores clave con necesidades urgentes

Un componente esencial en la gestión de Barrancas del Cobre es la participación de las comunidades indígenas, particularmente la rarámuri. Si bien muchos proyectos buscan incluirlos como guías turísticos, artesanos o prestadores de servicios, persiste una deuda histórica con estas comunidades en términos de inclusión económica justa.

Algunos programas de financiamiento buscan canalizar recursos directamente hacia proyectos comunitarios, pero su alcance sigue siendo limitado. Para que la gestión del parque sea verdaderamente sostenible, se requiere un modelo de cogestión que respete y potencie el rol de los pueblos originarios.

Retos para el futuro: sostenibilidad, transparencia y participación

El financiamiento del parque enfrenta tres desafíos principales:

  • Sostenibilidad financiera: Depender en gran medida del turismo implica vulnerabilidad frente a crisis sanitarias, económicas o de seguridad.
  • Transparencia en el uso de recursos: Es fundamental que tanto el sector público como el privado informen claramente en qué se invierte y qué resultados se obtienen.
  • Mayor participación ciudadana y comunitaria: Los modelos más exitosos en el mundo demuestran que integrar a la sociedad civil en la gestión fortalece el compromiso con el cuidado del entorno.

El Parque Barrancas del Cobre es mucho más que un destino turístico; es un motor económico, un símbolo cultural y un reto de gobernanza. Entender cómo se financia su mantenimiento es esencial para valorar su complejidad y exigir un modelo más justo, incluyente y sostenible.