Por Jorge Cruz Camberos
Si tienes alrededor de 30 años, creciste escuchando que aprender a programar era “el futuro”. Pero, ¿qué pasa cuando el futuro empieza a programarse solo?
Desde que ChatGPT llegó al escenario en 2022, la pregunta ha estado flotando en el aire: ¿me va a quitar el trabajo un bot? Y ahora, para los ingenieros de software, la pregunta ya no es teórica. La IA no sólo escribe listas del súper y poemas malos, también está generando líneas de código a un ritmo que hace apenas unos años parecía ciencia ficción.
Empresas como Microsoft, Google (Alphabet) y Meta reportan que sus sistemas de IA producen hasta 30% del código que usan internamente. Incluso Mark Zuckerberg predijo que pronto los agentes de IA podrán trabajar al nivel de un ingeniero de software de rango medio. Sí, leíste bien: rango medio.
Del miedo al impulso
Antes de empezar a repartir CVs en otra industria, respira. La IA, por ahora, no está aquí para reemplazar a todos los ingenieros, sino para ayudarles a ser más productivos. Según una encuesta de KPMG, herramientas como GitHub Copilot les ahorran a los programadores unas 4.5 horas a la semana al encargarse de tareas pesadas como depuración o escritura de código repetitivo.
El verdadero cambio está en el tipo de habilidades que se valoran. Las empresas ya no buscan solo a quien domine mil lenguajes de programación, sino a quienes sepan trabajar con IA, plantear los problemas correctos (prompt engineering) y resolver desafíos complejos. En resumen, necesitamos menos tecleadores y más estrategas.
Un reto para los egresados
Si acabas de salir de la universidad, aquí viene la parte complicada: los puestos de entrada se están reduciendo. Según CompTIA, los roles básicos han bajado de 30% a 20% de las vacantes abiertas. ¿Por qué Porque las IAs ya hacen buena parte del trabajo sencillo.
Y quienes logran incorporarse al mercado laboral enfrentan otro reto: depender demasiado de las herramientas de IA puede frenar el aprendizaje profundo. Muchos veteranos advierten que copiar y pegar código sugerido por una IA no sustituye las horas de práctica necesarias para dominar el oficio.
¿Cómo sobrevivir a la revolución?
La clave no está en competir contra las máquinas, sino en aprender a dirigirlas. Piensa en la IA como un copiloto (o mejor dicho, Copilot) y no como un rival. Aquí algunos consejos para surfear esta ola:
• Invierte en habilidades abstractas. Aprende a diseñar soluciones, no solo a escribir código.
• Domina el arte del prompt. Saber qué pedirle a la IA es una nueva ventaja competitiva.
• Sé curioso. Usa la IA como herramienta, pero también aprende del proceso detrás del código.
• Apuesta por la creatividad. Resolver problemas que no tienen manual es lo que te hará indispensable.
Así que no, el código no está muerto. Pero sí está mutando, y quien no evolucione corre el riesgo de quedarse fuera del juego.
En este nuevo mundo, los ingenieros no son solo programadores: son directores de orquesta de una sinfonía de humanos e inteligencias artificiales. Y para quienes sepan adaptarse, el futuro sigue lleno de oportunidades.