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21K Tarahumara Home Depot: carrera a favor de la educación

Una ciudad que corrió con causa

Gracias por acompañarnos una vez más en Voces del Cambio, el espacio donde destacamos las historias que están transformando a Chihuahua. Hoy queremos contarles sobre un evento que no sólo llenó de energía la ciudad, sino que también tocó muchas vidas en lo profundo de la Sierra Tarahumara.

El pasado 4 de mayo, la zona sur de la capital vivió algo inédito: la primera edición del 21K Tarahumara Home Depot en Chihuahua. Más de 1,200 corredores se dieron cita en la Ciudad Deportiva Sur para participar en una carrera que, más allá de kilómetros, recorrió también el camino de la solidaridad. Con categorías de 3K, 10K y 21K, este evento fue un éxito rotundo y una auténtica fiesta deportiva y cultural.

Más que una carrera: una celebración de comunidad

Tuvimos la oportunidad de platicar con Karla Hernández Jiménez, directora de la Fundación Tarahumara José A. Llaguno, y con Víctor Giron, director de Relaciones Públicas y Asuntos de Gobierno de Home Depot, quienes compartieron la emoción de lo vivido. “Estamos muy contentos. Fue un éxito total, no esperábamos tanta respuesta de la comunidad”, nos dijo Karla con una sonrisa que no se le ha borrado desde entonces.

Y es que este 21K no fue cualquier carrera. Se trató de un evento 100% con causa: todos los recursos recaudados, tanto por patrocinadores como por venta de folios, se destinarán a programas educativos para jóvenes rarámuri de secundaria, preparatoria y universidad. Así, cada zancada representó una oportunidad, cada meta cruzada fue un paso más hacia el futuro de decenas de estudiantes de la Sierra.

La carrera nació inspirada por el evento que se realiza desde hace más de una década en Monterrey —donde han participado hasta 6,000 corredores—, pero ahora, por primera vez, se llevó a cabo en la ciudad donde late el corazón de esta causa: Chihuahua capital.

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Cultura, fiesta y esfuerzo compartido

Desde octubre del año pasado, un grupo de chihuahuenses comprometidos comenzó a planear el evento. El resultado: un fin de semana lleno de vida. Además de la carrera, hubo una fiesta Tarahumara el sábado previo con danzas, activaciones, entrega de kits, rifas, y la participación de artesanos rarámuri que ofrecieron productos hechos a mano. “Ese ingreso va directo a sus comunidades”, comentó Karla. “Es parte de cómo buscamos que este evento tenga un impacto integral”.

Y no podía faltar la cereza del pastel: las medallas. Cada corredor recibió una pieza artesanal, tallada en corteza de pino por manos rarámuri. Los primeros lugares, además, recibieron ediciones especiales con grabados únicos. Una corredora se emocionó al ver un pez tallado en su medalla: “¡Soy pescador, es perfecto!”, dijo. Ese tipo de conexión es lo que hace tan especial esta carrera.

También hubo espacio para los más pequeños: 300 niños participaron en la categoría de 3K familiar, contagiando de energía y entusiasmo a todo el evento.

Nos vemos en la próxima edición

¿Qué sigue? Los organizadores ya están pensando en 2026. “Claro que hay cosas por mejorar —la ruta, los horarios, las activaciones—, pero estamos seguros de que esto únicamente va a crecer”, aseguró Víctor. La respuesta del público dejó claro que Chihuahua quiere más de este tipo de eventos: con alma, con causa y con corazón.

En Referente nos encanta ver cómo el deporte, la cultura y la solidaridad pueden unirse para cambiar realidades. Nos quedamos con el eco de los pasos que cruzaron la meta, sabiendo que no sólo recorrieron kilómetros, sino que también acortaron la distancia entre sueños y oportunidades.