Por Ricardo Huerta
Por años, el conflicto entre la India y Pakistán ha ido en constantes disputas activas y de relajadas tensiones, pero lo que ha pasado en los últimos días algunos lo llaman el comienzo de una guerra.
La disputa entre estas dos naciones se origina en 1947, con la partición de la India británica, dando origen a dos estados nación: la India y Pakistán. Pero no fue mediante medios pacíficos, sino que dio como resultado casi 2 millones de muertos, según algunos expertos, y el desplazamiento de alrededor de 15 millones de personas. Desde su independencia, estas dos naciones han tenido hasta el momento tres guerras, centrándose principalmente en la región de Cachemira, un territorio en disputa por ambos Estados, la primer guerra finalizó con un alto al fuego mediado por la ONU, dando como resultado la división de Cachemira en dos.
La segunda guerra mundial
La segunda guerra se dio en 1965, por una invasión pakistaní al territorio de la India y la tercer guerra se centró en 1971 dentro del territorio de Bangladés —entonces Pakistán Oriental—, donde la India participó en favor de los separatistas bangalíes, dando como resultado el ahora estado de Bangladesh en 1972. A partir de entonces, la India comenzó su armamento nuclear y Pakistán le siguió años después, desde entonces el conflicto se ha elevado a una escala incontrolable y ha disuadido profundamente en la escala del conflicto. Actualmente, India posee 164 ojivas nucleares, mientras que Pakistán tiene en su poder 170.
Ante estos datos, el riesgo global es muy alto, pues en el caso de que decidan usarlas provocaría la muerte de millones de personas, así como la generación de un “invierno nuclear” debido al humo negro en la atmósfera y la reducción de la temperatura entre 1.3 y 2.5ºC durante años, además de la disminución agrícola mundial entre un 10 a un 20 por ciento.
Leer más: México en el mercado global: desafíos y oportunidades estratégicas
Situación, conflicto activo
Actualmente nos encontramos en una situación de conflicto activo, hay frecuentes intercambios de fuego, operaciones antiterroristas y constantes acusaciones de violación de cese al fuego entre ambas naciones. Esta región del Sur de Asia alberga 1,700 millones de personas, no dudemos en la alta posibilidad de tener desplazamientos de personas que provocaría colapso económico en la región y afectación de rutas clave del comercio.
Asimismo, entre otras consecuencias podremos ver oleadas de refugiados hacia otros países como Irán, China o Afganistán; una fuerte y peligrosa alteración del comercio global pues tanto India como Pakistán son actores globales en el desarrollo de farmacéuticos, textiles y software (India), como de productos agroindustriales (Pakistán). Esta misma región conecta corredores energéticos como el China-Pakistán Economic Corridor, generando una inseguridad e inestabilidad energética de alta escala por el petróleo y el gas de la región.
Es decir, esta escalada bélica podría provocar un “shock” en los mercados financieros globales, provocando volatilidad en sectores energéticos así como de cadenas de suministro tecnológicas.
Problema con escalada global
Por todo esto debemos entender que el conflicto entre India y Pakistán no es algo estrictamente bilateral o aislado, es un problema con escalada global, un foco de riesgo internacional con énfasis en lo nuclear, en lo humanitario, en lo económico y en lo ambiental. El mundo entero debería tener un interés en prevenir una escalada incontrolable, fortaleciendo los canales diplomáticos y encontrar soluciones a largo plazo para la estabilidad regional. No queremos llegar al punto de vivir con miedo a una posible guerra nuclear que afecte a involucrados e inocentes, en un conflicto que muchos están subestimando.