En el norte de México, particularmente en Chihuahua, hay una nueva guerra que se libra en silencio: no se trata de terrenos, contratos ni licitaciones, sino de personas. O más específicamente, de ingenieros.
Desde las líneas de producción de las grandes maquiladoras hasta las oficinas de coworking donde florecen startups tecnológicas, pasando por los laboratorios e instituciones públicas, todos están detrás del mismo perfil: jóvenes con conocimientos sólidos en ingeniería, habilidades digitales, dominio del inglés y, preferentemente, con mentalidad de resolución de problemas.
Una oferta que no alcanza
Chihuahua alberga más de 500 empresas manufactureras de exportación, muchas de ellas del sector automotriz, aeroespacial y electrónico. Estas compañías —algunas gigantes como Bosch, Continental o Jabil— requieren constantemente ingenieros industriales, mecatrónicos, de software y de calidad.
El problema: el ritmo de graduación de las universidades no está alcanzando el ritmo de demanda.
“Por cada vacante que abrimos en ciertas áreas, hay cinco empresas más peleando por el mismo candidato”, reconoce una reclutadora senior de una firma alemana en Ciudad Juárez. “Lo hemos visto todo: desde bonos por firma hasta propuestas laborales hechas antes de terminar la carrera”.
Según datos del Observatorio Laboral de Chihuahua, en 2024 se graduaron poco más de 4,200 ingenieros en el estado, pero solo el sector manufacturero absorbió a más de 6,500 nuevos puestos técnicos. Y eso sin contar a las empresas de tecnología y al sector público.
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Las startups entran al ring
En los últimos cinco años, Chihuahua ha visto un modesto pero creciente ecosistema de innovación y emprendimiento. Startups locales dedicadas a soluciones de software, logística, ciberseguridad o inteligencia artificial ahora también buscan ese mismo talento técnico que antes parecía reservado para las maquilas.
“Competimos contra empresas que pueden ofrecer el doble o el triple del sueldo base, pero lo que nosotros ofrecemos es libertad, impacto directo y posibilidad de crecimiento”, dice el CEO de una startup en expansión en Chihuahua capital. “Aun así, es complicado cuando alguien joven ve una maquila con comedor, seguro de gastos médicos y un bono anual”.
Para muchas startups, el modelo híbrido y el trabajo remoto son las principales armas de atracción. A veces también recurren a contratar ingenieros en formación o freelancers del sur del país para compensar la escasez local.
El gobierno también quiere ingenieros
En paralelo, instituciones como la Secretaría de Innovación y Desarrollo Económico (SIDE) y la Fiscalía General del Estado también buscan perfiles técnicos para proyectos de digitalización, análisis de datos, sistemas de inteligencia o infraestructura tecnológica. Algunos programas incluso están diseñados para atraer talento con formación en STEM hacia el servicio público.
“No podemos ofrecer los sueldos de la iniciativa privada, pero sí una misión clara y oportunidades de liderazgo desde etapas tempranas”, comenta un funcionario estatal involucrado en el rediseño digital de procesos administrativos.
Formación acelerada y reconversión
Para mitigar la escasez, algunas universidades han comenzado a adaptar sus planes de estudio. Otras, como el Tec de Monterrey, Ibero, UACH y el TecNM, están promoviendo certificaciones cortas y diplomados en habilidades específicas como robótica, análisis de datos o DevOps.
A la par, empresas como Foxconn, BRP o Honeywell están invirtiendo en centros de formación propios para capacitar a su talento desde cero o reconvertir operarios en técnicos especializados.
La nueva moneda de cambio
En esta lucha silenciosa, los ingenieros ya no solo son empleados: son la nueva moneda de cambio en la economía del conocimiento. Quien logre atraer, formar y retener a este talento, tendrá la ventaja competitiva más valiosa del mercado.
Chihuahua, con su posición estratégica y su cultura industrial, tiene el potencial de convertirse en un hub técnico del norte del país. Pero la batalla apenas comienza, y la escasez de talento será, sin duda, uno de los desafíos más apremiantes para su desarrollo económico.