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La startup que vendió $1 millón en México en 2 semanas

Dormir mejor gracias a la tecnología ya no es cosa del futuro. Y si no lo crees, pregúntale a Eight Sleep, la startup que combina ciencia, datos y diseño para transformar la forma en la que descansamos. Su éxito en México fue casi instantáneo: solo dos semanas después de lanzar operaciones en el país, ya había superado el millón de dólares en ventas. Pero detrás de esa cifra hay algo aún más interesante: el papel clave que juegan los ecosistemas de innovación bien estructurados para que startups como esta puedan nacer, crecer… y escalar al mundo.

El descanso como negocio (y muy buen negocio)

Eight Sleep es una empresa con sede en Nueva York que se dedica a mejorar el descanso mediante tecnología. Su producto estrella es una cubierta inteligente para colchones que ajusta automáticamente la temperatura y mide la calidad del sueño, ayudando a las personas a dormir más profundo y recuperarse mejor. Hasta aquí, todo suena a ciencia ficción. Pero lo mejor es que ya está pasando, y cada vez más personas —incluidas muchas en México— están invirtiendo en su descanso.

Detrás de esta startup está Alexandra Zatarain, una emprendedora mexicana que cofundó la empresa y hoy funge como vicepresidenta de marca y marketing. En entrevista con Whitepaper, reveló que incluso antes de comenzar a vender oficialmente en México, ya había al menos 300 dispositivos conectados en el país. Fue suficiente para prender las alertas. Así que en enero decidieron lanzarse al mercado mexicano, y dos semanas más tarde, ya habían generado su primer millón de dólares en ventas.

¿Cómo llegamos ahí? Capital, cadena de valor y visión

El caso de Eight Sleep no es suerte. Es estrategia. Es estructura. Es contar con lo que muchas startups mexicanas aún buscan construir: una cadena de valor completa y acceso a capital inteligente.

Para que una startup de alto impacto funcione, no basta con una buena idea. Se necesita infraestructura tecnológica, talento especializado, acceso a mercados, redes de distribución y, sobre todo, inversión. Eight Sleep ha logrado levantar capital de firmas como Valor Equity Partners (que también ha invertido en Tesla), Founders Fund y Khosla Ventures. Esta inyección de recursos no solo les ha permitido escalar su tecnología, sino también expandirse de forma ágil a nuevos mercados.

Esto nos lleva a una realidad que no podemos ignorar: si queremos que más startups con talento mexicano tengan impacto global, necesitamos fortalecer los ecosistemas que las hacen posibles. Y eso incluye desde incubadoras hasta fondos de capital de riesgo, programas de aceleración, universidades con visión emprendedora y gobiernos que apuesten por la innovación.

México: un país que ya soñaba con este tipo de tecnología

El hecho de que Eight Sleep encontrara 300 dispositivos ya conectados en México sin siquiera tener presencia oficial en el país dice mucho. Dice que el consumidor mexicano está listo para adoptar tecnología de vanguardia, que busca bienestar, y que está dispuesto a invertir en calidad de vida. También nos dice que hay mercado, hay interés, pero aún faltan los puentes necesarios para que startups locales lleguen a ese nivel.

Historias como la de Eight Sleep son una gran inspiración, pero también un llamado a la acción: necesitamos más estructuras que permitan que el talento mexicano no solo tenga ideas brillantes, sino también las herramientas para ejecutarlas y competir globalmente.

¿Y Chihuahua qué tiene que ver?

Aquí es donde la historia se vuelve especialmente relevante para Chihuahua. El talento mexicano está conquistando mercados globales, pero no siempre desde los grandes hubs como CDMX o Guadalajara. Estados como Chihuahua, que ya tienen una base sólida de industria, talento técnico y universidades con enfoque STEM, tienen todo para ser semillero de las próximas grandes startups.

De hecho, el ecosistema emprendedor en Chihuahua está creciendo: desde iniciativas como Spark, Startup Weekend o los programas de aceleración de organizaciones como el I2E, hasta el impulso que ya dan las universidades tecnológicas y la llegada de venture capital que comienza a mirar hacia el norte del país.

Historias como la de Eight Sleep deben servir como espejo y como motor. Porque aquí también hay talento que puede crear soluciones de salud, bienestar, inteligencia artificial o manufactura avanzada. Solo hace falta seguir construyendo las condiciones adecuadas.

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¿Qué necesitamos en Chihuahua?

Si queremos que la próxima Eight Sleep nazca en Chihuahua, hay que apostarle en serio al desarrollo de talento, a fomentar una cultura de inversión local, y a fortalecer los vínculos entre academia, gobierno e industria. También hace falta visibilizar historias de éxito local, conectar con el ecosistema nacional y, sobre todo, dejar de pensar en “es que aquí no se puede”.

Chihuahua tiene con qué: infraestructura, ingenieros, industria global instalada, y ahora más que nunca, jóvenes que quieren emprender con propósito.

Conclusión: soñamos en grande… ahora toca construir

Eight Sleep nos muestra lo que pasa cuando la innovación se cruza con la ejecución y el respaldo adecuado. Sí, la historia es de éxito. Pero también es un mapa: construir una startup sólida requiere mucho más que pasión —requiere visión, capital y ecosistema.

Y mientras México sigue posicionándose como un hub emergente de tecnología y emprendimiento, es vital seguir apostando por esas estructuras que permiten que una buena idea se convierta en un millón de dólares… en solo dos semanas.