Ricardo Bustos, presidente de la Red Emprende Chihuahua Capital
Hay una pregunta que los ecosistemas no pueden seguir ignorando:
“¿Gané un premio… y ahora qué?”
Esa inquietud, repetida por emprendedores de distintos sectores y regiones, marcó un punto de inflexión en nuestra forma de entender el impulso emprendedor en Chihuahua. Descubrimos que, muchas veces, los premios reconocen el talento, pero no siempre lo acompañan después. Ese espacio entre el podio y el proceso real necesitaba ser atendido.
Lo primero fue reconocer que el aplauso no garantiza consolidación. Visibilidad no siempre significa ventas. Un cheque simbólico no construye estrategia. El impulso emocional es valioso, pero a menudo se disipa si no hay red, mentoría o acompañamiento posterior.
Entonces, empezamos a actuar
Desde la Red Emprende Chihuahua Capital, impulsamos espacios de seguimiento más allá del evento. Diseñamos sistemas de retroalimentación estructurada, vinculamos a finalistas con mentores, rediseñamos convocatorias con criterios más humanos y lanzamos un manual de evaluación que busca orientar, no excluir.
Hoy sabemos que hemos avanzado
Hay emprendedores que no ganaron, pero encontraron apoyo. Hay equipos que usaron la retroalimentación para relanzarse con más fuerza. Y hay instituciones que ya no sólo organizan, sino que acompañan.
Recuerdo el caso de Luisa Fernanda Martínez, una joven chihuahuense que, tras años de trabajo con comunidades marginadas en México, Brasil y Argentina, entendió que el asistencialismo no rompe los ciclos de pobreza. Con esa convicción —y sólo $1,500 pesos— fundó Sinibí Jípe en 2019: una marca de ropa que honra la cultura rarámuri, fusionando moda contemporánea con tradiciones textiles, respetando sus procesos, tiempos y cosmovisión.
El camino no fue fácil. Aunque tenía claridad en su propósito social, necesitaba fortalecer su modelo de negocio. Fue entonces cuando recibió el acompañamiento de diversas instituciones de la Red Emprende Chihuahua Capital: mentorías, asesoría financiera, visibilización, y vinculación con espacios de incubación. Ese apoyo le permitió convertir su visión en una propuesta empresarial sólida.
Hoy, Sinibí Jípe no sólo genera ingresos dignos para artesanas rarámuri como Marcelina Bustillos —quien pasó de empleada doméstica a coordinadora del taller—, sino que ha sido reconocida a nivel nacional e internacional. En 2023, fue seleccionada por Hershey’s como parte de su campaña Her For She, apareciendo en envolturas de chocolate distribuidas en todo el país.
La historia de Luisa no es única. Pero bien pudo haber quedado en el camino si no existiera una red dispuesta a acompañar, fortalecer y abrir puertas más allá del primer impulso.
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También sabemos que aún queda mucho por hacer.
Todavía hay quienes se sienten solos después del escenario. Nos falta trazar trayectorias más claras para quienes no ganan, pero tienen potencial. Urge mapear mejor las rutas de acompañamiento y fortalecer puentes con fondos, incubadoras y redes especializadas.
Este artículo no busca celebrar un logro cerrado, sino compartir una postura abierta y una voluntad activa: la de construir un ecosistema que no se deslumbra con el brillo del premio, sino que se compromete con la trayectoria del emprendedor.
¿Te ha pasado?, ¿te pasó?
Si alguna vez sentiste que “ganar no bastaba”, queremos escucharte.
Si viste un proyecto promesa desvanecerse después de un evento, también.
Queremos sumar ideas, corregir rutas, diseñar mejor.
Porque creemos en una cultura emprendedora que no premia para aplaudir, sino que acompaña para transformar.
Después del premio, empieza lo importante. Y ese camino, tenemos que construirlo juntos.
Ricardo Bustos
Presidente de la Red Emprende Chihuahua Capital