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Sanatorio Palmore: 101 años de historia y un nuevo comienzo

El viernes, no fue un día cualquiera en el Sanatorio Palmore. Después de años de entrega, servicio y muchas anécdotas, Ebers García Dorantes ofreció su discurso de clausura como presidente del Consejo de esta emblemática institución. Con su estilo cercano, lleno de sinceridad, remembranzas y algo de humor, Ebers dejó claro que su historia con Palmore no sólo fue larga, sino profundamente significativa. “El Sanatorio Palmore va para adelante”, aseguró con firmeza al final de sus palabras, dejando entrever que su cariño por la institución permanecerá intacto, más allá de los cargos. Además se cumplen 101 años del Sanatorio Palmore.

De interno flaco a líder con visión

Ebers no sólo fue presidente del Consejo, sino un testigo vivo de la transformación del Sanatorio a lo largo de seis décadas. Recordó con afecto y picardía sus inicios como interno, allá por los años 60, cuando él y otros compañeros llegaron a formar parte del Sanatorio Palmore.

Pero más allá de las bromas, Ebers compartió lo importante que fue para él formar parte de la evolución de una institución que comenzó con carencias, pero con mucho corazón, y que hoy en día destaca por su calidad humana y avances tecnológicos. Reconoció a compañeros entrañables, como el doctor Saúl Delgado, y recordó que el anhelo de hacer del Palmore un hospital confiable y humano siempre fue colectivo.

A lo largo de su discurso, dejó claro que lo que define al Sanatorio Palmore no son únicamente sus instalaciones, sino el compromiso y el espíritu de servicio de cada persona que lo integra. “Se hizo con amor”, dijo con contundencia, dejando ver que ese valor ha sido el motor desde el principio.

Un legado que no se despide

Con más de 60 años caminando junto al Sanatorio Palmore, Ebers García Dorantes se despidió de su rol como presidente del Consejo, pero no de su vínculo con la institución. Su mensaje no fue una mirada al pasado, también fue una invitación al futuro: a seguir creciendo, innovando y, sobre todo, sirviendo con el corazón.

“Espero que esto quede para la memoria de todos ustedes”

Ebers García Dorantes, presidente del Consejo, saliente

Dijo al cierre, agradeciendo la presencia de quienes lo acompañaron en este momento especial. Porque sí, se va un presidente, pero queda un legado de compromiso, cariño y una visión clara: el Sanatorio Palmore va para adelante, siempre con el alma puesta en el servicio.

Sanatorio Palmore: 101 años de vida, amor y propósito

Gerardo Paramos, es el nuevo presidente del Consejo del Sanatorio Palmore, quien nos compartió con emoción cómo está iniciando una nueva etapa en uno de los hospitales más queridos y emblemáticos de Chihuahua. Con 101 años cumplidos, Palmore no sólo mira con gratitud al pasado, sino que tiene los ojos bien puestos en el futuro… en los próximos 100 años de servicio con propósito.

De una visión con fe a una institución con propósito

La historia del Sanatorio Palmore comienza mucho antes de lo que muchos imaginan. En 1922 nace su Escuela de Enfermería y, dos años después, en 1924, abre sus puertas el sanatorio. Todo esto gracias a un grupo de monjas alemanas de la Iglesia Metodista, que llegaron a Chihuahua con una misión clara: ofrecer servicios de salud en una ciudad que en ese entonces carecía de atención médica formal.

Dejaron su país, su vida y todo lo conocido para fundar una institución que hoy es referente en atención médica. Desde entonces, Palmore ha sido testigo del nacimiento de miles de chihuahuenses y ha acompañado a generaciones enteras. Ha sobrevivido épocas difíciles, incluso momentos críticos en los que estuvo a punto de cerrar. Pero siempre encontró la forma de salir adelante. Hoy, con más de 2,600 cirugías al año, sigue siendo una de las opciones favoritas de los chihuahuenses, por una razón muy simple: su servicio con amor.

Un número que late con vida: 36,895 días sin cerrar

Durante la presentación oficial de su presidencia, Gerardo Paramos no sólo compartió planes: conmovió. Y es que, cuando dijo el número 36,895, nadie imaginó el peso emocional que traía detrás. Ese número representa los días que Palmore ha operado sin cerrar sus puertas ni una sola vez. Más de 36 mil días de servicio continuo. De cuidar, sanar y sostener.

“Queremos que ese padre pueda volver a ver a sus hijos, que esa madre reciba a su bebé en casa, que ese hijo pueda abrazar a su padre de nuevo”, nos compartió Gerardo, con voz firme y corazón abierto. Esa es la misión que guía al equipo de 333 familias que trabajan en el hospital, muchas de las cuales llevan décadas en la institución. Algunas, hasta 63 años. Porque Palmore no es sólo un trabajo, es una familia.

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Innovar para seguir salvando vidas

En los últimos cinco años, el Sanatorio Palmore ha dado pasos clave hacia la innovación médica. La incorporación de la sala de Hemodinamia les permitió dar un salto gigantesco en el tratamiento de pacientes con infartos o aneurismas. Gracias a esta tecnología, se han salvado más de 200 vidas.

Además, Gerardo compartió una historia que lo resume todo: la de Martín, un recolector de basura de 29 años, padre de familia, que llegó con una aneurisma cerebral. Le dieron dos opciones: operarse con sólo un 30% de probabilidad de sobrevivir… o no operarse y enfrentar una muerte segura. Martín eligió vivir. Fue intervenido por el Dr. Alejandro Rodríguez en esa misma sala de Hemodinamia y salió adelante. “Eso es lo que hacemos todos los días”, dijo Gerardo. Y en esa frase cabe toda la esencia de Palmore.

¿Qué viene para Palmore?

La visión de Gerardo es ambiciosa y clara: modernizar, crecer y trascender. Hoy el Sanatorio cuenta con una sola sede, pero el objetivo es llevar su modelo de atención a más lugares.

“Queremos Sanatorio Palmore en todo el estado… y fuera del estado”.

Gerardo Paramos, nuevo presidente del Consejo del Sanatorio Palmore

Pero más allá de la expansión geográfica, lo que se busca es mantener viva la esencia que lo ha sostenido por más de un siglo: el servicio con amor, el respeto por los valores y la profunda humanidad con la que se atiende a cada paciente. Para lograrlo, se preparan nuevas inversiones en equipo, espacios modernos y más personal capacitado.

Más que un cargo, una promesa con rostro y corazón

Gerardo Paramos no asume su nueva posición como un título o un logro personal. Lo ve como una misión con alma. Consciente del legado que le toca proteger, se compromete no sólo a eficientar procesos o sumar estadísticas, sino a cuidar lo que hace único al Sanatorio Palmore: su corazón.

“Queremos que la gente se sienta respaldada, que sepa que aquí los van a tratar con calidad, con amor y a precios accesibles”, declaró. Porque ser referente, como bien dice, no es buscar fama ni dinero. Es dar lo mejor de ti para ayudar a los demás.

Un futuro con luz propia

El Sanatorio Palmore no sólo es parte del pasado de Chihuahua: es una pieza clave de su presente y su futuro. Y ahora, con una nueva visión y liderazgo, se prepara para continuar siendo ese lugar donde la vida tiene otra oportunidad. Donde cada cirugía, cada abrazo, cada historia como la de Martín, reafirman que hay instituciones que no sólo sanan, sino que transforman.

Finalmente, el alcalde Marco Bonilla también destacó el valor histórico y pero sobre todo humano de esta institución centenaria, reconociendo también el liderazgo de la directora general, Marcela del Carmen Piedra Romero. Fundado en 1924, el Palmore es parte fundamental de la identidad chihuahuense, símbolo de confianza para miles de familias y testigo del compromiso con la salud desde tiempos posteriores a la Revolución Mexicana.

En Palmore, el tiempo no se mide en años, sino en vidas tocadas. Y desde Referente, celebramos que siga latiendo con fuerza, amor y propósito.