Descubre cómo las cosechas de agua y la colaboración con organizaciones clave están mejorando la calidad de vida en la Sierra Tarahumara. ¡Lee más!
En Referente tuvimos una conversación con dos de los pilares de la fundación Centro de Acopio para la Tarahumara A.C. (CAPTAR) con la directora Luisa Ramos y Hugo Loya, presidente del Consejo de Administración de CAPTAR. Ambos nos hablaron sobre la importante labor que realizan en las comunidades de la Sierra Tarahumara para resolver uno de los problemas más urgentes: el acceso al agua potable. A través de su proyecto de cosechas de agua, están cambiando la vida de miles de familias. Pero eso no es todo, su trabajo va más allá, involucrando a instituciones como la Universidad Tecnológica de la Tarahumara y colaborando con donantes clave como la Fundación del Empresariado Chihuahuense (FECHAC) y la Junta Municipal de Agua y Saneamiento (JMAS). Todo esto, además de las certificaciones que aseguran la calidad de su labor.
El proyecto de cosechas de agua: un cambio radical para las comunidades tarahumaras
CAPTAR lleva más de 20 años trabajando en la Sierra Tarahumara, donde más de 8,000 cosechas de agua han sido instaladas en comunidades de difícil acceso. Para los habitantes de la región, el acceso al agua no es algo que se pueda dar por sentado. Mientras que en las ciudades el agua llega de manera constante, en la Sierra Tarahumara, la falta de agua se traduce en problemas de salud y calidad de vida. Las mujeres y niños tienen que caminar horas para obtener agua de fuentes contaminadas, lo que no solo afecta su bienestar, sino también su desarrollo personal y familiar.
A través de la instalación de sistemas de captación de agua lluvia, conocidos como cosechas de agua, las familias ahora tienen acceso a este vital recurso. Estos sistemas, aunque simples, son sumamente efectivos y pueden almacenar hasta 2,500 litros de agua, lo que garantiza que una casa pueda contar con agua suficiente desde noviembre hasta mayo. De este modo, se resuelven necesidades básicas como la alimentación, la higiene y la salud. Además, estas instalaciones mejoran la calidad del agua, la salud general de los habitantes, ya que reducen enfermedades gastrointestinales y otros problemas derivados de la falta de agua potable.
La colaboración clave: un proyecto de todos para todos
La fundación CAPTAR no está sola en este esfuerzo. A lo largo de los años, ha recibido el apoyo de importantes donantes, entre los que se destacan la Fundación del Empresariado y la Junta Municipal de Agua y Saneamiento. Estos aliados han sido fundamentales para asegurar que las comunidades de la Sierra Tarahumara tengan acceso a los recursos necesarios para llevar a cabo estos proyectos.
La Universidad Tecnológica de la Tarahumara también juega un papel crucial. Desde hace más de cuatro años, los estudiantes de la universidad asisten a talleres y realizan estudios de calidad del agua en las comunidades. Este apoyo involucra a la juventud local, garantiza que los sistemas de captación de agua sean sostenibles y eficaces. La colaboración con el Hospital Christus Mugarza también está en marcha, con la finalidad de generar un impacto positivo en la salud pública de la región, asegurando que el agua captada sea 100% potable.
Además, el trabajo con el segundo Fideicomiso de la fundación internacional rotaria ha abierto nuevas puertas para seguir expandiendo el proyecto y ofreciendo soluciones a un número aún mayor de familias. Estas asociaciones son clave para fortalecer las iniciativas de CAPTAR y asegurar la continuidad de sus proyectos en la región.
Certificaciones y talleres: asegurando el éxito a largo plazo
Para asegurar la calidad y durabilidad de los sistemas de captación de agua, CAPTAR ha implementado rigurosas certificaciones y talleres prácticos. Los beneficiarios son capacitados no solo en la construcción de las cosechas de agua, sino también en el mantenimiento de los sistemas para que sigan funcionando correctamente a lo largo de los años. Además, se les enseña cómo purificar el agua utilizando filtros artesanales y otros métodos que garantizan la salud de la comunidad.
Estos talleres, realizados con el apoyo de técnicos bilingües, son fundamentales para asegurar que los miembros de la comunidad se conviertan en gestores de su propio cambio. La comunidad se involucra desde el inicio, eligiendo a quienes se beneficiarán de los proyectos y participando activamente en la instalación de los sistemas. Este enfoque garantiza que los proyectos no solo sean sostenibles, sino también culturalmente relevantes, respetando la cosmovisión de las comunidades indígenas.
Una transformación colectiva
Lo que está sucediendo en la Sierra Tarahumara es un ejemplo de cómo la colaboración entre instituciones, donantes y comunidades puede generar un cambio real y duradero. Gracias a las cosechas de agua, miles de familias ahora cuentan con acceso a agua potable, lo que mejora significativamente su calidad de vida. Las alianzas con organizaciones como la Universidad Tecnológica de la Tarahumara, el Hospital Christus Mugarza, el Fideicomiso de la fundación internacional rotaria son clave para asegurar el éxito y la expansión de este proyecto.
Al final del día, lo que realmente hace la diferencia es el involucramiento de la comunidad. Cuando las personas son parte activa del proceso, el cambio es más profundo y duradero. En la Sierra Tarahumara, el agua es mucho más que un recurso, es una oportunidad para transformar vidas.