El silencio ya no es opción: por qué los líderes mexicanos deben aprender a hablar en público
El mito del “bajo perfil”
En México, muchos líderes empresariales evitan hablar en público sobre lo que hacen. A menudo lo justifican con frases como “preferimos que hable la empresa” o “no nos gusta el protagonismo”. En el ecosistema emprendedor esto se conoce como el famoso “bajo perfil”. Pero, ¿y si en realidad ese silencio está jugando en su contra?
Mientras en otros mercados los CEO, fundadores y directores están usando su voz como una herramienta de posicionamiento estratégico, en México seguimos dejando vacías las sillas en conferencias, paneles y espacios de conversación. No porque no tengamos algo que decir, sino porque no nos atrevemos a hacerlo.
Hablar en público no es vanidad, es liderazgo
En la nueva economía, el liderazgo se comunica. Los públicos —clientes, inversionistas, medios, talento joven y hasta socios estratégicos— ya no se conectan únicamente con productos o logos, sino con personas que comunican propósito, visión y valores. Y eso se hace con voz, con autenticidad y, sí, con presencia pública.
Cuando una empresa tiene a alguien que sabe hablar bien, se abren puertas: más entrevistas, más invitaciones, más alianzas. Ser un vocero o vocera no es ego; es estrategia.
Lo que están haciendo en otros países
Miremos hacia afuera. En mercados como Estados Unidos, Reino Unido y Noruega, los ejecutivos están lanzando sus propios programas, podcast o canales de contenido. Lo hacen para hablar de su industria, atraer talento, comunicar lo que están construyendo y dejar huella más allá de los negocios.
Un ejemplo potente es Nikolai Tangen, quien dirige el fondo soberano de Noruega (uno de los más grandes del mundo). En lugar de esconderse detrás de reportes financieros, Tangen conduce un podcast donde entrevista a líderes globales. Con una voz cálida y directa, habla sobre liderazgo, economía y toma de decisiones. ¿El resultado? Su reputación y la del fondo han crecido, porque la gente confía más en lo que entiende.
Otros casos similares:
Brian Chesky, CEO de Airbnb, se presenta regularmente en podcasts como How I Built This o en Twitter Spaces, donde habla sobre cultura empresarial y diseño.
Ben Francis, de Gymshark, comparte de forma directa en YouTube cómo tomó decisiones difíciles en su camino como emprendedor.
¿Y en México?
En México hay esfuerzos individuales, pero aún son escasos. Algunos emprendedores tech, como Manolo Atala (Fairplay) o Ricardo Weder (Justo), están usando medios como LinkedIn o entrevistas en podcast para compartir aprendizajes. Sin embargo, el grueso del ecosistema empresarial tradicional sigue sin aparecer.
Esto representa una gran oportunidad para quienes estén dispuestos a dar el paso: todavía hay pocos líderes hablando de Chihuahua, del norte, de manufactura, de innovación local o de nuevas industrias. El espacio está vacío… y eso es oro puro para quien quiera ocuparlo.
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¿Cómo empezar?
No necesitas tener un podcast mañana. Pero sí puedes comenzar a construir tu voz pública con estos pasos:
1.- Define tus tres grandes temas: ¿en qué eres experto o experta? ¿Qué cosas sabes por experiencia que podrían ayudar a otros?
2.- Invierte en tu comunicación: un curso de oratoria, coaching en presentaciones o práctica constante hacen la diferencia.
3.- Di que sí a las invitaciones: paneles, conferencias, entrevistas. Aunque den miedo, son puertas para posicionarte.
4.- Sé tú mismo, pero con intención: la autenticidad conecta, pero también lo hace la claridad de mensaje.
5.- Abre un canal propio: una columna, un espacio en redes o un pequeño podcast. Lo importante es crear constancia.
Chihuahua necesita voces
Hoy más que nunca, Chihuahua necesita que sus líderes hablen. Que cuenten lo que están construyendo, que inspiren a otros a innovar, que se vuelvan referentes visibles. Porque cuando una voz local se escucha, se eleva la conversación de todo el estado.
El bajo perfil ya no es sinónimo de humildad; puede ser sinónimo de invisibilidad. Y en un mundo donde las ideas compiten por atención, hablar con claridad y propósito es una forma de liderazgo que no podemos seguir dejando pasar.