Una mirada desde la Feria Aeroespacial de Le Bourget, París
Por Jorge Cruz Camberos
Desde uno de los escenarios más importantes para la industria aeroespacial en el mundo —la Feria de Le Bourget en París— salta una conclusión clara: Chihuahua no solo está en el mapa, está marcando el rumbo.
Sí, el estado del norte de México ha consolidado el ecosistema aeroespacial más robusto e integrado del país. Y esto no es un dato más en un folleto promocional; es lo que se escucha entre líderes de la industria, expertos y empresas globales que ya voltearon a ver lo que sucede en esta región fronteriza.
¿Por qué Chihuahua está en boca de todos?
Más allá de los incentivos fiscales, Chihuahua destaca por su combinación estratégica de ubicación, talento y visión a largo plazo. La cercanía con Estados Unidos sigue siendo una ventaja esencial en tiempos de nearshoring, pero no basta con la geografía: hay que estar listos, y Chihuahua lo está.
La base laboral es joven, altamente capacitada y —algo poco común en el sector— con baja rotación. Esto se debe en gran parte a los CENALTECs (Centros de Entrenamiento en Alta Tecnología), liderados por el INADET (Instituto de Apoyo al Desarrollo Tecnológico). Estos centros forman una red que prepara talento especializado con estándares internacionales, directamente conectados con las necesidades de la industria.
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No solo se exporta: se colabora, se innova
Lo que hace distinto a Chihuahua es que ya no depende solo de exportar componentes. Aquí hay un ecosistema vivo donde las empresas hacen negocio entre sí, donde se está creando tecnología, desarrollando proveedores locales y generando cadenas de valor sólidas dentro del estado y a nivel nacional.
La coordinación entre el gobierno estatal, municipal, la academia y el sector productivo ha sido clave. Este modelo colaborativo ha convertido a Chihuahua en la mejor ciudad para vivir en México y la quinta más competitiva del país.
Incentivos con propósito
El gobierno de Chihuahua ha sabido usar los incentivos fiscales con responsabilidad. Los apoyos, como la devolución del impuesto sobre la nómina, están dirigidos a empresas que hagan bien las cosas: pagar sueldos dignos, integrar proveedores locales y comprometerse con el medio ambiente. Además, existen incentivos no fiscales para formación técnica, desarrollo de proveedores y fortalecimiento de capacidades industriales.
Desde París al norte de México
Lo que vimos en Le Bourget confirma lo que muchos en la industria ya sospechaban: Chihuahua no es una promesa futura, es una realidad presente. Un hub aeroespacial con visión de comunidad, de largo plazo y con un compromiso real por la competitividad sostenible.