Mucho más que desierto: la fuerza productiva de Chihuahua
Cuando hablamos de Chihuahua, es fácil que a algunos se les venga a la mente un estado desértico, lleno de montañas y cultura norteña. Pero la realidad va mucho más allá: Chihuahua es un motor económico del norte de México, con una mezcla interesante de sectores que han sabido adaptarse, innovar y crecer frente a los cambios del país y del mundo.
La economía chihuahuense no sólo se sostiene, se reinventa. ¿Qué está detrás de esta dinámica tan sólida? Aquí te lo contamos.
Industria manufacturera: el músculo de la economía
La industria manufacturera representa el corazón económico de Chihuahua. En especial, el sector manufacturero y automotriz ha consolidado al estado como un hub estratégico en el mapa internacional. Con más de 400 plantas manufactureras de exportación, Chihuahua es líder nacional en la producción de equipos de transporte, eléctricos y electrónicos, así como maquinaria industrial.
Tan sólo en Ciudad Juárez, el 60% de los empleos formales están ligados a la industria manufacturera. Empresas como Foxconn, Delphi, Bosch y Honeywell operan desde aquí para el mundo. Además, el estado ha logrado fortalecer su vocación en la industria aeroespacial, con clústers que vinculan a universidades, centros de investigación y empresas de alto nivel tecnológico.
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Agricultura y ganadería: tradición que se transforma
Aunque a veces queda opacada por la manufactura, la actividad agropecuaria en Chihuahua tiene un peso relevante. El estado es uno de los principales productores de manzana, nuez, algodón y alfalfa en el país. En Delicias, Cuauhtémoc y Meoqui se vive el dinamismo agrícola todos los días.
Además, la ganadería chihuahuense no se queda atrás: es una de las más importantes del norte del país, con una sólida producción de carne bovina, leche y derivados lácteos. Gracias a las mejoras en tecnología e irrigación, muchas de estas actividades se han modernizado para enfrentar la escasez de agua y los retos del cambio climático.
Comercio y servicios: el otro motor que no se detiene
El comercio, tanto formal como informal, sigue siendo uno de los pilares económicos, sobre todo en las zonas urbanas como Chihuahua capital, Juárez, Delicias y Parral. La actividad comercial ha encontrado en los centros logísticos, los tianguis, las plazas comerciales y ahora en el e-commerce nuevas formas de crecer.
Los servicios también han despegado: salud, educación, logística, transporte y turismo han empezado a tomar protagonismo. En particular, el turismo de negocios y el médico han encontrado un campo fértil, con ciudades que cada vez ofrecen mejores condiciones para visitantes nacionales e internacionales.
Minería: un gigante silencioso
Chihuahua es históricamente minero, y aunque ya no domina la conversación como antes, sigue siendo clave. El estado es uno de los mayores productores de plata, plomo, oro, zinc y cobre en México. Municipios como Santa Bárbara, Ocampo o Urique mantienen viva esta tradición centenaria.
La minería también ha evolucionado: ahora se apoya en procesos más limpios y sustentables, impulsando empleos en comunidades que de otra forma tendrían pocas oportunidades económicas.
Innovación y tecnología: el nuevo horizonte
Chihuahua está apostando por diversificar su economía y voltear hacia la innovación. En los últimos años, han surgido centros de investigación, startups, espacios de coworking, incubadoras y programas gubernamentales para apoyar el desarrollo tecnológico y la digitalización.
Desde software hasta automatización industrial, pasando por la biotecnología y el diseño de sistemas, se está formando un nuevo ecosistema emprendedor que conecta talento joven, academia y sector privado.
¿Y todo esto en qué beneficia a Chihuahua?
El crecimiento económico sostenido ha traído consigo mejores indicadores de empleo, capacitación técnica, Inversión Extranjera Directa y crecimiento urbano. Además, la diversidad de sectores hace que el estado tenga más herramientas para resistir crisis económicas o cambios en el panorama internacional.
Los clústers industriales, los corredores agrícolas y la fuerza de las micro y pequeñas empresas en el sector comercio forman un entramado económico resiliente que beneficia a miles de familias chihuahuenses.
Un estado que no se queda quieto
Chihuahua se mueve, se adapta y crece. Las actividades económicas que lo impulsan no sólo son diversas, también están conectadas por un común denominador: el talento de su gente. Desde quienes están en la línea de producción, hasta quienes emprenden un negocio local o cultivan la tierra, el motor más fuerte de este estado siempre ha sido su gente.
Y en un mundo que cambia todos los días, Chihuahua demuestra que puede mirar hacia adelante, sin olvidar sus raíces.