Por Jorge Cruz Camberos
Mientras muchos ya están pensando en el asador para el 4 de julio, en Washington se están cocinando cambios que pueden cambiar el juego… y no solo para EE. UU., también para estados como Chihuahua.
Sí, hablamos del “One Big Beautiful Bill” (OBBB), un mega paquete fiscal impulsado por el Senado estadounidense. A simple vista, parece una extensión de los recortes de impuestos de Trump. Pero lo que viene detrás es mucho más profundo —y puede afectar industrias clave en la frontera norte—.
¿Qué trae este paquete?
El OBBB busca soltar $4.5 billones en recortes fiscales, reducir fondos a programas sociales como Medicaid y meterle más lana a defensa e inmigración. Pero el punto más controversial —y que ya hizo estallar a Elon Musk— es el recorte brutal a incentivos para energías limpias.
Adiós a:
• Créditos para paneles solares.
• Apoyos para parques eólicos.
• El famoso crédito de $7,500 para comprar vehículos eléctricos (EVs), que ahora desaparece antes del 30 de septiembre.
Musk no se guardó nada y llamó al plan: “insano y destructivo”. ¿Exagerado? No tanto. Este golpe puede hacer que suban los precios de la luz, se frene la industria verde y, ojo, se pierdan miles de empleos.
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¿Y Chihuahua qué tiene que ver?
Mucho. Chihuahua —especialmente la zona Juárez-El Paso— está metida hasta el cuello en cadenas de suministro de manufactura para sectores como el automotriz, electrónico y aeroespacial. Lo que pase allá arriba, nos pega directo.
Lo bueno (al corto plazo)
• Si EE. UU. se echa para atrás con los EVs, la producción automotriz tradicional podría repuntar, y eso nos conviene porque muchas plantas locales aún producen piezas para autos de combustión.
• La industria del plástico, cableado y maquinaria puede tener más pedidos si se impulsa la infraestructura fósil.
Pero hay letra chiquita…
• Con menos incentivos verdes en EE. UU., las inversiones en tecnología limpia se podrían ir a Europa o Asia, donde sí hay apoyos. Y eso significa menos chamba e innovación por acá.
• También se corre el riesgo de que empresas que estaban considerando expandirse en Chihuahua con líneas de producción para EVs o solar, mejor lo piensen dos veces.
¿Qué podemos hacer?
No todo está perdido. Este puede ser un llamado para que Chihuahua se ponga las pilas:
• Diversificar: No todo es auto o maquila. Hay oportunidades en sectores médicos, agroindustria avanzada y software.
• Apostar a talento verde: Aunque EE. UU. frene su transición, otras regiones seguirán buscando soluciones limpias. Podemos ser ese proveedor estratégico.
• Aliarse con fondos mexicanos: Hay programas federales y estatales que impulsan la innovación, solo hay que tocarlos y armar buenos proyectos.
El OBBB puede darle un respiro temporal a las industrias tradicionales… pero a la larga frena el futuro. Chihuahua tiene que leer bien este momento, moverse con estrategia y no dormirse en sus laureles. Porque la transición energética no se va a detener —solo cambiará de ruta— y nosotros tenemos que estar listos para montarnos en la que sigue.
¿Tú qué opinas? ¿Es momento de reinventar la industria en Chihuahua o seguir apostando a lo de siempre?