El director de México2 y una de las mentes más sustentables según Forbes explica por qué el estado grande tiene todo para liderar los mercados de carbono en el país
Eduardo Piquero no se anda con rodeos. Cuando habla del potencial de Chihuahua en mercados de carbono, sus ojos se iluminan como si estuviera describiendo una mina de oro a cielo abierto. Y tal vez no esté tan equivocado.
Este ingeniero, reconocido por Forbes como una de las mentes más sustentables de México y director general de México2, tiene una visión clara: Chihuahua no sólo puede participar en la revolución verde, sino liderarla desde la frontera.
El estado que no sabía que era rico
“Chihuahua tiene mucho que hacer en mercados de carbono”, dice Piquero sin titubear. “Es lo que se llama un sumidero natural de carbono”. Y aquí viene la parte interesante: esas áreas boscosas que muchos ven solo como paisaje, en realidad son máquinas captadoras de carbono que ya están generando dinero.
“Hay mucho que hacer ahí”, explica. Varios proyectos localizados en el estado ya están comercializando este carbono, pero apenas estamos arañando la superficie de lo que es posible.
La ventaja competitiva de Chihuahua no se queda solo en los árboles. “Tiene la ventaja de tener rellenos sanitarios bien constituidos, que funcionan muy bien”, señala Piquero. Algunos ya están quemando biogás y produciendo esos famosos créditos de carbono que las empresas necesitan para cumplir sus metas ambientales. En otras palabras: lo que antes era basura, hoy es un activo ambiental con valor comercial.
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Tres sectores con oro verde
Cuando se le pregunta sobre qué sectores tienen el mayor potencial, Piquero es categórico: hay tres grandes oportunidades esperando.
1. Soluciones basadas en la naturaleza. “Los bosques, los suelos, incluso también los bosques que no son tan frondosos, se pueden apoyar para que sigan creciendo y capturen mayor cantidad de carbono”, explica. Es decir, conservar y regenerar ecosistemas también puede generar dinero.
2. Manejo de residuos. Aquí la cosa se pone técnica pero rentable: “Tenemos producción de biogás que puede ser quemada, puede ser también utilizada como combustible, reduciendo el potencial de calentamiento global del metano hacia dióxido de carbono”. Un enfoque doble: resolver el problema de los residuos y aprovecharlo como energía limpia.
3. Energía solar. Y aquí lanza la frase que se queda grabada: “Chihuahua es la Arabia Saudita del Sol de México”. Con esa declaración, Piquero pone sobre la mesa el enorme potencial de energía renovable que puede, además de abastecer al estado, generar créditos de carbono comercializables.
Finanzas verdes: de la intención a la acción
Pero Piquero no es sólo un visionario del medio ambiente. Entiende que sin instrumentos financieros adecuados, las buenas intenciones se quedan en el aire.
“Ya conocemos razonablemente bien cómo estamos emitiendo estas externalidades negativas al medio”, explica. “Lo que tenemos que hacer ahora es poder tener planes de acción contra estas emisiones”.
Y aquí es donde las cosas se vuelven estratégicas para cualquier empresa. “Mucho del financiamiento que hoy existe a nivel bursátil, pero también a nivel bancario, tiene que ver con esto, con medir, manejar y reducir nuestro impacto ambiental”.
De hecho, hoy los bancos más grandes del país ya ofrecen créditos verdes, instrumentos etiquetados específicamente para financiar proyectos sostenibles. ¿Quieres exportar? ¿Estás en agroindustria? ¿Tienes una planta de manufactura? Todos los sectores pueden acceder, pero con dos condiciones claras: medir tus emisiones y tener un plan de acción real para reducirlas.
El llamado a la acción para Chihuahua
Para Piquero, el sector empresarial de Chihuahua tiene un lugar privilegiado para liderar el cambio, pero le falta dar el paso.
“Las empresas del estado tienen mucho todavía que explorar en términos de instrumentos financieros verdes o ambientales”, dice. “El financiamiento ya existe. Ahora es cuestión de usarlo”.
Y es que con la presión internacional por reducir emisiones, cada vez más clientes y cadenas de valor exigen sostenibilidad en todos los niveles. Las empresas que no midan su huella pronto quedarán fuera del juego.
El momento es ahora
Su mensaje final no deja lugar a dudas: “Las empresas de Chihuahua están llamadas a ser las líderes de la frontera en México en el combate contra el cambio climático”.
No es sólo una frase bonita. Con recursos naturales estratégicos, infraestructura funcional y condiciones de financiamiento listas, el estado grande tiene todas las cartas para ganar en el juego de los mercados de carbono.
La pregunta ya no es si Chihuahua puede aprovechar esta oportunidad verde. La pregunta es cuándo sus empresas van a despertar y darse cuenta de que están sentadas sobre una mina de oro ambiental. Como dice Piquero: el momento es ahora, y Chihuahua tiene todo para liderar desde la frontera.
Eduardo Piquero participó en la conferencia “Desafío económico del cambio climático” como parte del Foro de Sustentabilidad, INDEX Chihuahua.