Hablamos #EnLaMesa sobre el futuro hídrico de Chihuahua

Chihuahua se encuentra nuevamente en una encrucijada que amenaza tanto la seguridad alimentaria como la economía del estado.

Desde el último cuatrimestre de 2019, se ha gestado una confrontación directa entre el gobierno estatal, diversas organizaciones chihuahuenses, principalmente campesinas, y la Federación. En el centro de esta disputa se encuentra la exigencia de Tamaulipas de que se abran las presas de Chihuahua, argumentando el cumplimiento del tratado de aguas con Estados Unidos.

En 2020, la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) adoptó una postura tajante al abrir las compuertas de las presas en el estado, lo que dejó niveles subóptimos en presas como la de El Granero, perjudicando las actividades económicas. Posteriormente, se intentó hacer lo mismo con las presas de Las Vírgenes y Boquilla, lo cual generó una fuerte reacción por parte de los ciudadanos de esas regiones, quienes se dieron cuenta de que se estaba poniendo en riesgo el ciclo agrícola en el estado de Chihuahua.

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En el año 2022, las lluvias favorecieron a Chihuahua, ya que en un solo mes se registraron precipitaciones constantes que elevaron los niveles de agua en las presas, brindando condiciones óptimas para la agricultura estatal. Sin embargo, es precisamente en este momento cuando Tamaulipas reclama el derecho de recibir agua de Chihuahua, solicitando la intervención del gobierno federal para lograr este objetivo. Por su parte, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha afirmado que se mantendrá al margen de esta cuestión.

Esto solo resultaría en una alta evaporación y filtración del agua, llegando solo un porcentaje mínimo a su destino. Esta situación no beneficiaría a nadie y además provocaría un desequilibrio ecológico, el aumento de las temperaturas, un golpe a la economía y problemas en la seguridad alimentaria.

Presa Boquilla en el estado de Chihuahua

En el caso del estado grande, las organizaciones ciudadanas se están preparando una vez más para formar un frente unido en caso de que se decida vaciar las presas para enviar agua a Tamaulipas.

Es importante destacar que la disputa por el agua entre Chihuahua y Tamaulipas es un reflejo de los desafíos que enfrenta México en materia de gestión hídrica. La distribución equitativa y eficiente del agua es un problema complejo que requiere una solución integral, considerando tanto los aspectos ambientales como los económicos y sociales. La falta de un plan integral y de consensos entre los actores involucrados solo perpetúa esta problemática y pone en peligro el bienestar de las comunidades y el desarrollo sostenible del país.

En conclusión, la disputa por el agua entre Chihuahua y Tamaulipas plantea desafíos significativos para la seguridad alimentaria, la economía y el equilibrio ecológico. Es fundamental que las autoridades estatales y federales trabajen en conjunto con las comunidades y las organizaciones civiles para encontrar soluciones sostenibles que aseguren una gestión adecuada y equitativa de este recurso vital. Solo a través del diálogo y la colaboración se podrá garantizar un futuro próspero y sustentable para todos los mexicanos.

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