Sotol vs IEPS ¿por qué México promueve que se exporten sus espíritus rebeldes?

El Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) en México, diseñado para gravar productos considerados no esenciales, ha tenido consecuencias inesperadas en la sociedad, de entrada es un impuesto que se absorbe directamente por quien lo consume. Y que, aunque busca cumplir objetivos sociales y medioambientalmente benéficos, su aplicación (al igual que la de los otros impuestos en el país), se pone en duda al comparar sus intenciones contra sus efectos colaterales.

En este artículo exploramos el panorama de IEPS en dos industrias: el tabaco, y las bebidas azucaradas, a fin de comprender su efecto en la industria sotolera, altamente representativa del norte de México; en donde el impuesto, lejos de coadyubar en el consumo responsable de alcohol, ha incentivado la exportación del elixir, generado detrimento del consumo nacional, y una perdida cultural invaluable en las tradiciones.

¿De que va el IEPS?

Los Impuestos Especiales sobre Producción y Servicios, en contraste con aquellos destinados a financiar el presupuesto público, como el Impuesto Sobre la Renta (ISR), tienen como propósito alcanzar objetivos respaldados por la Constitución, en su mayoría relacionados con la salud o el bienestar. En otras palabras, constituyen una modalidad de tributación que busca influir en comportamientos o hábitos, e incluso promover o inhibir ciertas actividades. En el contexto de este articulo, y en el caso de las bebidas alcohólicas, y bebidas azucaradas, el gobierno federal busca con IEPS, abordar crisis de consumo abusivo, diabetes, obesidad, etc. De manera similar, se aplica a productos como el tabaco, las apuestas e incluso los combustibles.

De acuerdo con el Servicio de Administración Tributaria (SAT), el IEPS al igual que el Impuesto al Valor Agregado, es un impuesto indirecto. Esto quiere decir que los contribuyentes no lo pagan directamente, sino que lo trasladan o cobran a sus clientes (excepto en importación) y el contribuyente sólo lo reporta al fisco.

Por ejemplo, la cuota IEPS para bebidas saborizadas (jugos o refrescos) en 2023 rondó los 1.4 pesos por litro. A los cigarros y puros, además de una tasa de 160%, se le aplica una cuota de 0.54 pesos por cada 0.75 gramos.

Las cuotas de las bebidas alcohólicas dependen del grado de alcohol contenido. Si una botella tiene una graduación alcohólica de hasta 14º, la tasa será de 26.5%; más de 14º y hasta 20º, la tasa es 30%; si es la graduación alcohólica de más de 20º, la tasa será de 53 por ciento.

Segun el Informe Tributario y de Gestión Segundo trimestre 2023 del SAT, durante el primer semestre de 2023 por el IEPS se recaudaron 191 mil 780 millones de pesos, equivalente a 116 mil 862 millones de pesos más que al mismo periodo del año anterior, mostrando un crecimiento real de 140.2%.

Los conceptos que más contribuyeron a este impuesto fueron combustibles automotrices, tabacos labrados, cervezas y bebidas refrescantes; los cuales aportaron el 70.0% de la recaudación.

En México la recaudación fiscal a través de dichos gravámenes genera sospechas de opacidad:

· 12 investigadores mexicanos coinciden en que “En México, no se habla del destino de la recaudación de los impuestos extrafiscales”, en El libro Tributación de Bebidas Azucaradas. ¿Se cumple la extrafiscalidad del IEPS en México?

En este libro, se abordan diversos aspectos relacionados con la fiscalidad y sus impactos. Algunos apartados se desarrollan en materia de políticas fiscales y su impacto sobre las conductas de agentes económicos, la soberanía tributaria, la posición empresarial frente a la extrafiscalidad, la justificación de impuestos, la arbitrariedad, el mercado de refrescos, el marco legal y los límites del fisco.

Dentro de sus paginas, la doctora Margarita Palomino destaca una iniciativa en 2017 y 2018 para instalar bebederos en escuelas públicas y promover el consumo de agua sobre refrescos, dicha medida fue derogada durante la pandemia de COVID-19 en 2019, dejando los bebederos obsoletos. Desde entonces, no se han propuesto nuevas acciones, y la rendición de cuentas sobre los fondos recaudados por el IEPS es inexistente, lo que sugiere opacidad y posiblemente corrupción en el uso de los recursos.

César Salazar y Elba Jiménez señalan que el principio de proporcionalidad no se cumple en la imposición del IEPS a las empresas de bebidas, especialmente aquellas que compiten en el mercado de refrescos. Salazar destaca que el tratamiento fiscal no es proporcional entre alimentos altamente calóricos y bebidas saborizadas, lo que afecta la competencia y concentra el mercado en favor de las marcas dominantes. Jiménez agrega que esta desigualdad perjudica el derecho del consumidor a elegir y desequilibra la libre competencia.

En capitulo “El impacto nacional e internacional de la aplicación del IEPS a grandes y medianas empresas”, Sergio Alejandro Quiroga Chapa, docente de Derecho en la Autónoma de Nuevo León, sostiene que, por la falta de cumplimiento en sus objetivos, este impuesto no es más que otro medio recaudatorio de las arcas públicas, cuya implementación afecta más a las medianas empresas.

En “Análisis dinámico de la extrafiscalidad como medio de control: caso de las bebidas saborizadas en México”, de Hiriam Zambrano Brambila se exponen algunas afectaciones del impuesto al sector que no se relaciona con el combate a la obesidad. El investigador, doctor en Estudios Fiscales por el Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas, propone analizar periódicamente los fines extrafiscales del IEPS para determinar su funcionalidad y las medidas para mejorarlo, mediante un debate técnico y científico, abriendo la puerta a la colaboración con otros campos especializados.

· El gasto para prevenir y atender enfermedades por tabaquismo es 17 veces menor a lo recaudado por impuestos a cigarrillos, señala el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).

El ultimo estudio del CIEP, presentado en 2020, refirió que el costo para atender los padecimientos asociados con el consumo de tabaco fue de 48,223 millones de pesos (mdp) en 2018, no obstante, el gasto de la Secretaría de Salud (SSA), para prevenir y atender enfermedades relacionadas con el tabaquismo fue apenas de 2,441 mdp, aún cuando ese mismo año, la recaudación por IEPS al tabaco fue de 41,452 mdp; 17 veces más que lo destinado para la SSA

La subida del precio al producto final, en efecto inhibe el consumo, sobre todo entre la población más vulnerable, explicó Adrián García Gómez, como coordinador de Ingresos e Impuestos del CIEP en la presentación del Simulador de Impuestos al Tabaco.

No obstante, no hay un seguimiento para informar o saber a qué fines se destinan estos recursos. “Sí tenemos que mejorar mucho toda la fiscalización y todo el proceso de transparencia a la hora de cómo se van a gastar estos recursos, me parece que tenemos que perderle el miedo a la etiquetación de impuestos, particularmente en los IEPS”, dijo por su parte Héctor Villarreal, el entonces director general del CIEP.

El especialista explicó que hay impuestos generales como el IVA y el ISR que por ser generales van a fondear conceptos generales para la administración pública, pero en el caso de los IEPS “resulta decepcionante que en la exposición de motivos suela ponerse por tal o cual causa, para incrementar los precios, pero luego van a parar los recursos a una bolsa general, que incluso, ahí los consumidores, deberían cuestionar a dónde van estos impuestos”, consideró

“Ante la falta de financiamiento para las enfermedades relacionadas al tabaco, una medida que podría asegurar mayores recursos, es la asignación de los ingresos provenientes del IEPS a este producto. Para que estos recursos puedan ser canalizados al sistema de salud, y disminuir la brecha que existe entre el gasto ejercido y los costos necesarios para atender a toda la población sin afiliación a las instituciones de seguridad social que lo requiere, podrían realizarse modificaciones a la Ley del IEPS”, refirió.

Y entonces ¿Cuál es el efecto del IEPS hacia el Sotol?

La industria del sotol en México se centra principalmente en los estados de Chihuahua, Durango y Coahuila, donde se le otorgo una denominación de origen en el año 2002. Aunque más pequeña en comparación con el tequila y el mezcal, la industria experimenta un crecimiento impulsado por la demanda de licores artesanales y autóctonos.

En México hay unos 40 productores tradicionales, quienes producen anualmente 500.000 litros, cerca del 80% en Chihuahua y el resto a partes iguales en Coahuila y Durango.

El gravamen del sotol con el IEPS ha elevado los costos de producción y venta en el mercado nacional, lo que ha contribuido a un encarecimiento del producto final. Y al igual que en los casos descritos anteriormente, este aumento de precios actúa como un desincentivo para los consumidores locales:

Los maestros sotoleros, ante la dificultad de competir en el mercado interno, han encontrado en la exportación una alternativa atractiva, y es Estados Unidos en particular, un mercado clave para el sotol mexicano, donde la demanda de productos auténticos y artesanales ha impulsado su aceptación.

Aunque la exportación ofrece oportunidades económicas, también presenta desafíos. La variabilidad en la demanda extranjera es definitivamente un aspecto a considerar, pues muchas veces se ve influenciada por modas que obedecen a factores volátiles. Sin embargo es la pérdida de la conexión cultural y tradicional que la bebida tiene en México lo que provoca una escasa cultura de consumo interno, afectando directamente a la preservación de esta tradición ancestral.

Perspectivas de cambio y adaptación

Como lo sugieren los expertos, una constante revisión de las políticas fiscales (incluyendo el IEPS) podría permitir un enfoque más equilibrado que fomente la producción y el consumo interno no solo del sotol, también del tequila, la lechuguilla y demás productos nacionales de alto valor, sin descuidar los objetivos de regulación social y ambiental.

Incentivar la cultura de consumo interno mediante campañas de promoción y educación sobre las virtudes de los productos regionales, puede ser fundamental para revitalizar su apreciación, sin dejar de lado el explorar y diversificar mercados a fin de reducir la dependencia de un solo destino y fortalecer su presencia global.

La intersección entre el IEPS y la producción de sotol, revela un escenario complejo: aunque el impuesto tiene fundamentos benévolos en términos de salud y medio ambiente, su implementación a fomentado practicas monopólicas, que no velan por los productores artesanales. Es crucial encontrar un equilibrio que permita capitalizar los beneficios económicos de la exportación sin perder la riqueza cultural y la identidad que esta bebida aporta al país.


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