#MujeresReferentes: Luisa Fernanda Martínez, empresaria con gran sororidad

Chihuahua cuenta con grandes empresarias, emprendedoras y profesionistas que sobresalen en el mundo de los negocios con su gran dedicación, persistencia y destreza. Un ejemplo de ello es Luisa Fernanda Martínez, quien forma parte de las tres mujeres chihuahuenses seleccionadas para ser parte de la tercera edición de #MujeresReferentes.

Este año tuvimos la oportunidad de convivir y charlar de manera presencial con nuestras invitadas de honor, quienes compartieron con nosotros el camino que han recorrido hasta el día de hoy, los retos a los que se han enfrentado como mujeres en el mundo empresarial, e importantes consejos para las nuevas generaciones de mujeres.

Cada vez hay más mujeres creando negocios y en puestos altos dentro de las empresas, siendo ya un papel clave en el desarrollo económico global. Pero a pesar de estos avances, es importante seguir fomentando su participación en todas las industrias y alentar más historias de éxito.

Acompáñanos y déjate inspirar por las poderosas historias de las empresarias y emprendedoras reconocidas este 2023:

Tener un emprendimiento exitoso no es cosa fácil, y tener una empresa exitosa y que aparte tenga un enfoque social, suena imposible. Pero Luisa Fernanda Martínez es un gran ejemplo e inspiración de que una cosa no está peleada con la otra.

Luisa Fernanda es Lic. en Administración de Empresas por la Universidad Autónoma de Chihuahua y actualmente es directora de Sinibí Jípe, una empresa con enfoque social que busca el bienestar y desarrollo de las mujeres rarámuri y de sus familias. Además esta empresa busca preservar dicha cultura y sus tradiciones mediante la elaboración y venta de prendas en donde se represente su arte textil.

“La verdad es que la ropa es solo un medio para muchos fines, y a través de Sinibí Jípe se ha logrado transformar la vida de muchas mujeres, de crear otro espacio en el que la mujer rarámuri puede ser vista”, nos comenta Luisa Fernanda.

La emprendedora nos explica que, originalmente, la figura de la cultura rarámuri era un hombre y era un corredor. Después llegó la representación de la mujer rarámuri también relacionada al deporte con Lorena Ramírez, quien gracias a su talento y al trabajo de un equipo de personas, ha obtenido fama internacional. 


“Creo que lo mismo estoy haciendo yo, trabajando para que las personas conozcan a la mujer rarámuri desde otra perspectiva. Y sobre todo que se reconozca la artesanía y los textiles, que pues es algo que no ha destacado mucho ni a nivel nacional, ni internacional. El rarámuri ha destacado por sus maratones, pero no por su arte textil o por las artesanías”, resalta.

Amor y respeto por la cultura rarámuri

La licenciada en Administración de Empresas nos cuenta que desde niña tenía una gran admiración por la cultura rarámuri. 

Cuando tenía nueve años, tuvo la oportunidad de tomar clases de música con un profesor que justamente se encontraba trabajando en un proyecto con el gran compositor y músico rarámuri, Don Erasmo Palma

El proyecto consistía en traducir la música rarámuri a notas musicales, ya que se compartían la música a puro oído. Con esto, su profesor creó un legado de la música rarámuri y una oportunidad para que los mestizos pudieran interpretar la música también. 

“A mí me tocó ver ese proceso, y ver cómo mi profesor admiraba y veía esta cultura, y veía a este señor”, recuerda la empresaria. 

Esta experiencia contrastaba con lo que había llegado a escuchar anteriormente sobre los rarámuri, en donde otra gente se refería a ellos como personas en situación de calle o con otros adjetivos que no coincidían con lo que ella veía.

A partir de ese momento, Martínez comenzó a ver esta cultura con otros ojos, y desde ese momento tendría la ‘espinita’ de realizar algún proyecto con la comunidad rarámuri.

El camino de emprender con enfoque social

En cuanto a su interés por los negocios, Luisa Fernanda recuerda una ocasión en la que hubo una convocatoria de la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) enfocada en los niños cuando ella estaba en la primaria, situación que hizo que entrara en su panorama este mundo. 

Ya en la universidad, Martínez buscó realizar su servicio social y sus prácticas en alguna cámara empresarial. “Me tocaba organizar los eventos, arrimar la silla y estar como en la logística. Pero en el fondo, yo decía: es que yo quiero estar del otro lado. A mí me gustaría mucho estar del otro lado” nos comparte.

Resalta que un evento que cambió su vida fue cuando participó en el G20, aún cuando era estudiante. En este evento tuvo la oportunidad de escuchar a empresarios jóvenes de diferentes partes del mundo, quiénes al compartir sus experiencias de emprendimiento, inspiraron de gran manera a Martínez a convertirse en empresaria. 

“Si yo pensaba en un trabajo, una empresa, no hallaba ninguno que dijera: este es mi sueño. Pero cuando hablábamos de un negocio, yo decía: yo quiero uno, de lo que sea pero yo quiero tener un negocio, recuerda con emoción.

Trás descubrir a lo que realmente quería dedicarse, Luisa Fernanda decidió arrancar una primera versión de su proyecto, pero no tardó en darse cuenta que aún no era un buen momento. “Fue hace unos 10 años. Pero la verdad es que estaba yo muy joven, no había terminado la carrera y estaba trabajando. La situación era medio complicada”, comenta.

Sin embargo, la empresaria no se desanimó y decidió esperar a terminar sus estudios para enfocarse de lleno a su proyecto, ya que “cuando emprendes tienes que tener las necesidades básicas cubiertas, por lo menos, porque si no la cabeza no te da para andar ahí experimentando”, resalta la licenciada en Admnistración de Empresas. 

Aún en su etapa estudiantil, Luisa Fernanda tuvo la oportunidad de trabajar en proyectos de desarrollo social en Brasil y Argentina, experiencia con la que se dió cuenta que el asistencialismo no rompía con los círculos de pobreza.

“En Brasil me tocó la experiencia de trabajar en centros comunitarios donde (las personas) podían tener todo pero sin que les costará nada. Pero una vez que salían del centro comunitario, volvían a cometer el mismo ciclo que los papás habían cometido. Y entonces a la gente que vivía en la favela, no la podías sacar de esa vida”, enfatiza.

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Posteriormente, Martínez se encontró con el concepto de empresa social, lo cuál la ayudó a retomar su proyecto y aterrizarlo con mayor fuerza. “Anteriormente yo había pensado en una fundación. Pero después dije: ¿de qué va a vivir la fundación? Y cuando conozco el concepto de empresa social, dije: pues esto se junta con las dos cosas. Es un negocio, pero también atacas un problema social”, expresa la jóven empresaria. 

Al volver a Chihuahua, Luisa Fernanda decide unir su amor por la cultura rarámuri con  su interés por emprender al fundar una empresa social. 

“Lo bonito fue que yo jamás puse como cosa principal el diseño o querer yo ser la protagonista, sino mi propósito era generar un proyecto con la comunidad rarámuri, ¿de qué? no sé. Pero yo quería generar el proyecto”, nos plática. 

Para definir el producto que iban a comercializar, la empresaria tomó en cuenta los gustos y talentos de las mujeres rarámuris, quiénes disfrutaban de la costura. Y aunque la empresaria no contaba con experiencia en diseño de modas ni confección, esto no la detuvo para decidir entrar al mundo de la ropa.

“Empezamos con sudaderas, porque era una pieza que ya podías comprar pre hecha. Y sobre todo porque yo tenía mucho miedo de entrar a este mercado que era nuevo, y que iba a romper con lo que existía o con lo que no existía”, recuerda, “Y dije bueno, si a la gente no le gusta mucho pero lo compra por la causa, que lo use de pijama aunque sea. Y es muy chistoso porque ahora la gente se pone las sudaderas para ocasiones especiales”.

Y así nació Sinibí Jípe, “con mil quinientos pesos”, nos comparte Luisa, haciendo hincapié en que lo más importante es creer en uno mismo y en el proyecto desde el inicio,  “yo siempre hablaba de la empresa, aunque no teníamos absolutamente nada. Y yo decía: es que la empresa esto y la empresa lo otro. Entonces creo que creertela desde el principio, al final de cuentas te lleva a donde quieres llegar”.

De su primer rollo de tela, a estar en la envoltura de un chocolate

El camino del emprendimiento es complicado, pero también lleno de grandes satisfacciones. Y para Luisa Fernanda Martínez lo más importante es disfrutar de cada logro, pequeños y grandes. 

La empresaria identifica como su primer logro el día que pudieron comprar un rollo de tela completo, ya que generalmente compraban por metro de tela, “yo me acuerdo de la primera vez que pude comprar un rollo de tela, yo me sentía soñada y lo metí al bocho y no sabía cómo meterlo. Y ahora pues ya compro por rollos y pedimos muchos”, dice con orgullo.

Pero sin duda un parteaguas para la empresa fue cuando la aerolínea Volaris las contactó para realizar un proyecto en conjunto y con el cuál llegaron a ser noticia nacional en medio de la pandemia por COVID-19. “Trabajar con una empresa que está tan estructurada fue algo muy padre, que nos reto mentalmente, que nos salimos de lo que estábamos haciendo”, comenta la empresaria.

Además, Luisa Fernanda Martínez fue reconocida recientemente por la marca Hershey’s dentro de su campaña ‘Her for She’, la cual busca destacar a mujeres extraordinarias que, a través de su labor, apoyan a otras mujeres. “Me siento muy orgullosa y muy agradecida con las personas que nos llevaron a esto y, sobre todo, que han sido la mayoría mujeres quienes han impulsado a Sinibé Jípe”, resalta.
Por medio de esta iniciativa, la cultura rarámuri estará presente en las envolturas de chocolate de la multinacional. “Es muy bonito que no sólo me hayan puesto a mí, sino que pongan a Marcelina, quien ha sido una pieza clave para que esto haya funcionado. Y poner a una mujer rarámuri en un chocolate se me hace increíble”, comenta Luisa Fernanda.

Sinibí Jípe es un proyecto que ha sido reconocido por grandes marcas como Volaris y Hershey’s.

El reto de romper con los paradigmas sociales

Al preguntarle cuál ha sido su mayor reto como mujer al emprender, Martínez nos comenta que lo más complicado ha sido romper con ciertos paradigmas sociales en los que se espera cierto rol de ella como mujer.

“Lo más difícil para mí fue cuando me casé. Casi quiebro, bajaron mis ventas porque no lograba cumplir en mi casa como me habían enseñado. Mi mamá me decía: estás casada y tienes que hacer esto y tienes que hacer lo otro. Y mi esposo ni me exigía nada, pero yo misma me exigía y mi mamá con sus ideas de antes, me exigían.”, nos comparte la empresaria.

Luisa Fernanda se tuvo que enfrentar a estas ideas preconcebidas de lo que significaba ser una ‘buena mujer’, pero pronto encontró la forma de equilibrar ambos aspectos de su vida. “Ha sido el mayor reto encontrar el equilibrio y hacer ambas cosas, porque también me hace feliz dedicarle tiempo a mi casa. Tampoco tienes que ser la mujer abnegada y tampoco tienes que hacerlo todo en tu negocio”, resalta.

Más empresas pensadas para las mujeres

A Luisa Fernanda Martínez le gustaría que en el futuro existieran más empresas que se adapten a las necesidades de las mujeres, ya que en la mayoría de los casos, además de trabajar, son las mayores responsables de cuidar a los hijos y/o adultos mayores.  

“Yo creo que los trabajos pensados en las mujeres, lo que visto es que vienen de mujeres, porque son las que conocen las circunstancias y las necesidades de las mismas”, nos comenta.

En este sentido, la empresaria quiere que Sinibí Jípe sea un ejemplo positivo de esto, por lo que construyó un modelo de trabajo que, además de adaptarse a los usos y costumbres de la comunidad rarámuri, les diera oportunidad de dedicarle tiempo a sus familiares. 

“Me tocó ser hija de una madre soltera, trabajadora, donde era pecado y era super mal visto que yo estuviera en la oficina. Era de que: escondete porque ahí viene el jefe. Y la verdad eso de niña me causó mucho conflicto. Y ahora que tengo la oportunidad de crear trabajo, busco mucho que ellas puedan dedicarle tiempo a sus hijos”, expresa la emprendedora.

Por esto, Martínez espera que las mujeres que tengan un negocio en el futuro, busquen crear empresas con mayor enfoque humano para las mujeres y “también para los hombres, porque también a los hombres se les necesita en la casa. Entonces es que puedan estar presentes y que puedan equilibrar el trabajo con la vida personal, porque al final de cuentas es lo que nos hace seres humanos”, enfatiza.

Consejos de Luisa Fernanda Martínez

Le pedimos a la jóven empresaria que nos compartiera algunos consejos para las nuevas generaciones de mujeres que quieran emprender y crear un proyecto que beneficie a la comunidad:

“Yo les diría que no tengan miedo de empezar, que eso es lo más difícil. Que el dinero no es lo más importante. Que siempre que tienes el objetivo muy claro, todo lo demás se va alineando. Y que siempre que sea en favor a la sociedad o en favor a otras personas, la vida te lo retribuye, pero de una manera que no te explicas”, nos comparte.

De igual manera, hizo énfasis en la importancia de crear mayores empresas y proyectos con enfoque social, ya que para Martínez “siempre que le apuestes al ser humano, lo que sale de ahí, siempre va a ser algo positivo”.

Además recomendó en enfocarse en la esencia del proyecto que quieran hacer y no distraerse por la idea erronea que se tiene hoy en día del emprendimiento, en el que todos quieren ser ricos y famosos de la noche a la mañana. “El verdadero emprendedor y los empresarios que tienen empresas que han prevalecido por 70 años, pues empezaron poco a poco, resalta Luisa Fernanda.

“Una frase que alguna vez alguien me dijo fue: el que sube en elevador, baja en el elevador. Entonces siempre es mejor ir subiendo escaloncito por escaloncito, pero con pasos súper firmes. Y el día que te caigas, te caerás uno o dos escalones, pero no te vas a ir hasta abajo”, concluye Martínez.


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