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Pollo Feliz: 50 años de sabor, tradición y constancia

Hablar de Pollo Feliz es hablar de una historia de esfuerzo, sabor y constancia que nació hace medio siglo y que hoy se ha convertido en un ícono de la gastronomía popular mexicana. Este 3 de septiembre, la cadena celebra 50 años desde que Arnoldo De La Rocha, su fundador, decidió prender un asador y comenzar a vender pollo al carbón en Los Mochis, Sinaloa. Lo que inició como una alternativa laboral se transformó en una marca que hoy forma parte de la mesa de millones de familias en México, Estados Unidos y Guatemala.

Flavio Gavaldón, director de Pollo Feliz y orgullosamente chihuahuense, comparte con entusiasmo lo que significa llegar a esta fecha: “No todos los días se cumplen 50 años, pocas marcas de comida lo logran. Estamos felices, comprometidos y listos para celebrar con nuestros clientes”.

El secreto del éxito: calidad y constancia

Desde el primer día, la receta ha sido clara: atención al detalle, procesos bien cuidados y un sabor inconfundible que ha sabido mantenerse vigente. Para Pollo Feliz, la calidad no es negociable: los controles, la frescura y la inocuidad de los productos forman parte de su ADN. “Más que proveedores, tenemos socios de negocio”, afirma Gavaldón, destacando que esta relación de confianza ha sido clave para sostener la expansión sin perder esencia.

El fundador suele repetir una frase que se ha vuelto emblema: “El trabajo y la constancia son la clave del éxito”. Y no es casualidad que, bajo esa filosofía, Pollo Feliz haya pasado de un local modesto a una red que hoy genera más de 15 mil empleos en México, ofreciendo no solo comida, sino también oportunidades de desarrollo y bienestar.

De Chihuahua al mundo

La marca ha sabido adaptarse a un consumidor cambiante, pero sin dejar de lado su receta estrella: el pollo al carbón con ese sabor que despierta recuerdos y une generaciones. En Chihuahua, la presencia de Pollo Feliz es fuerte y significativa, siendo parte de la vida cotidiana de miles de familias.

La expansión internacional llegó de manera natural: “El apetito por comer algo rico, fresco y lleno de tradición nos abrió el mercado en lugares como Estados Unidos y Guatemala”, explica Gavaldón.

Un legado para emprender

Para las nuevas generaciones que desean emprender, el mensaje es claro: creer en la idea, no soltarla y convertirla en un proyecto con objetivos, tiempos y entregables concretos. “No se trata solo de buscar un trabajo, sino de crear fuentes de empleo que multipliquen oportunidades”, enfatiza el director.

Hoy, el legado de Pollo Feliz no es únicamente gastronómico. Se trata de innovación, de formar equipos empoderados y de demostrar que una empresa mexicana puede crecer de forma sostenible, ética y con responsabilidad social.

Una fiesta para todos

La celebración de estos 50 años no podía pasar desapercibida. El próximo 3 de septiembre, todas las sucursales de Pollo Feliz tendrán promociones y sorpresas para sus clientes, en una fiesta que honra medio siglo de historia y reafirma el compromiso de seguir siendo parte de las familias mexicanas.

Porque sí, en cada mesa donde se comparte un pollo al carbón, hay más que un platillo: hay tradición, sabor y una historia de éxito hecha en México.