La fuerza de estar unidos
Alonso Ramos Vaca, una de las voces más lúcidas cuando se habla de desarrollo económico regional. Su diagnóstico es claro y directo: el gran avance de Chihuahua en los últimos años ha sido la capacidad de mantener la unidad, algo que muchas regiones intentan pero pocas logran. “Estamos muy organizados y desde fuera nos envidian”, dice con seguridad, apuntando a una continuidad de al menos 30 años de trabajo coordinado entre gobierno, industria y sociedad.
Esa visión compartida ha hecho posible que Chihuahua no solo mantenga el paso, sino que esté en la delantera. En una era donde la colaboración es clave, Ramos Vaca destaca que aquí sí hay una sinergia real, no solo de palabra. Y eso, afirma, es lo que ha permitido que el estado siga atrayendo inversiones, empujando innovación y marcando diferencia.
Inversiones que generen valor y no solo números
Pero, ¿cómo asegurar que esas inversiones realmente transformen la vida de las personas? Para Alonso, hay un enfoque que a menudo se pasa por alto: el impulso a las empresas locales. “No es solo lo que atraemos, sino lo que hacemos crecer aquí mismo”, señala. Chihuahua necesita negocios con visión global que no le teman a jugar en las grandes ligas, que apuesten por tecnología, talento y valor agregado.
Eso, según su perspectiva, es lo que traerá empleos bien remunerados y con impacto social real. No se trata solo de maquilas ni de llenar vacantes; se trata de generar operaciones que paguen más, involucren a más personas y ayuden a formar cadenas de valor desde lo local hacia lo internacional.
Innovar o quedarse atrás
Alonso no lo duda: la innovación es todo. Vivimos tiempos vertiginosos, con cambios que, según él, “nos marean” por lo rápido que se mueven. Desde la inteligencia artificial hasta nuevas formas de hacer negocios, estamos en una época de terremotos tecnológicos. Y para Chihuahua, quedarse quieto no es una opción.
“El que no esté pendiente y actuando sobre lo nuevo, se va a a quedar atrás”
Esa conciencia de cambio se traduce en acciones concretas. Hay una apuesta por la digitalización, por entender y aplicar las herramientas emergentes. Porque aquí no se quiere seguir la ola: se quiere surfear en la cresta.
Alianzas que realmente suman
Finalmente, le preguntamos sobre las alianzas que considera fundamentales para seguir siendo competitivos. Su respuesta es simple pero poderosa: las internas primero. La buena relación entre municipios y el Estado es un terreno fértil que no todos los estados pueden presumir. “Somos una excepción a nivel nacional”, dice orgulloso.
Pero también pone el dedo en un punto importante: es necesario fortalecer la colaboración entre regiones del propio estado. Chihuahua y Juárez, Cuauhtémoc y Delicias, cada quien trae lo suyo, sí, pero es momento de ver dónde pueden sumar en vez de competir.
A eso le añade la importancia de la cercanía con zonas como La Laguna, Monterrey, El Paso e incluso Sonora, con quienes ya se están tendiendo puentes logísticos y estratégicos.
Chihuahua no se detiene
La conversación con Alonso Ramos Vaca nos deja claro que Chihuahua no está improvisando. Su desarrollo económico es producto de visión, unidad y mucha acción, con la mira puesta en generar valor, no solo cifras. Mientras otras regiones apenas intentan coordinarse, Chihuahua ya tiene décadas haciéndolo. Y eso, sin duda, es parte de su ventaja competitiva.
Porque al final del día, como dice Alonso, lo que define el futuro económico no es solo el tamaño de la inversión, sino el tamaño de la visión. Y la de Chihuahua, vaya que es grande.