Innovación desde el norte
En Referente.mx platicamos con Javier Alexander Martínez, CEO de Sunhydrogreen, una empresa que busca revolucionar la forma en la que se produce y utiliza la energía en México. Su propuesta va más allá de hablar de renovables: se trata de impulsar el hidrógeno verde como motor de desarrollo económico y sustentable en Chihuahua, un estado que tiene todo para convertirse en referente.
El proyecto: una planta piloto que marca la diferencia
Sunhydrogreen esta buscando desarrollar una planta piloto de producción de hidrógeno en Chihuahua. Este esfuerzo no sólo busca demostrar la viabilidad del hidrógeno como vector energético, sino también crear tecnología propia, desarrollada en Latinoamérica y para Latinoamérica.
El plan incluye la integración de un grupo de investigadores especializados en energías renovables, ciencia de materiales y procesos electroquímicos, quienes ya han diseñado dispositivos para generar y almacenar hidrógeno. La meta es ambiciosa: fabricar electrolizadores industriales capaces de producir hasta una tonelada diaria de hidrógeno, compitiendo con gigantes como Alemania, China y Estados Unidos.
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Retos que se convierten en oportunidades
Cuando se habla de infraestructura energética, los retos parecen inevitables. Pero para Javier Alexander, estos desafíos deben verse como incentivos estratégicos. La clave está en que academia, industria y gobierno trabajen juntos como ejecutores, no sólo como observadores.
Chihuahua cuenta con una ventaja invaluable: su experiencia en procesos de manufactura. Esto permite que el estado pueda adaptarse con rapidez a nuevas tecnologías y, sobre todo, escalar la producción de dispositivos clave para la industria del hidrógeno. Lo que hoy se produce para mercados globales podría redirigirse a la creación de un ecosistema local del hidrógeno.
Hidrógeno y sostenibilidad: darle nueva vida al agua
Uno de los grandes cuestionamientos sobre el hidrógeno es su demanda de agua. En una región semidesértica como Chihuahua, esta preocupación cobra relevancia. Sin embargo, la propuesta de Sunhydrogreen es clara: usar aguas residuales.
A través de procesos como la ósmosis inversa, estas aguas grises y negras pueden purificarse para generar hidrógeno sin comprometer la disponibilidad del recurso hídrico. Así, no solo se produce energía limpia, sino que también se recicla agua que de otra forma estaría desperdiciada, logrando un impacto doblemente positivo para la sostenibilidad regional.
Alianzas que cruzan fronteras
El proyecto ya despierta interés a nivel internacional. La Embajada Alemana, el Gobierno Colombiano, la Agencia Estatal de Energía de Chihuahua y la GICTA son algunos de los actores que han explorado vías de colaboración con Sunhydrogreen.
Además, el hidrógeno está en la agenda de instituciones globales como el Banco Mundial y la Bolsa de Valores, que lo ven como la apuesta energética para cumplir los compromisos de los Acuerdos de París 2030 y 2050. Lo que hoy suena innovador pronto será una obligación, y Chihuahua podría estar a la cabeza de este cambio.
Impacto económico: un nuevo motor para la región
El hidrógeno no sólo es una solución ambiental, también es un motor económico. En Chihuahua, industrias como la metalúrgica, la química, la automotriz y la de transporte podrían usar hidrógeno en sus procesos productivos, reduciendo su huella de carbono y ganando competitividad internacional.
Pero lo más atractivo es la posibilidad de que el estado no se limite a importar tecnología, sino que la genere desde cero. Sunhydrogreen busca fabricar electrolizadores y dispositivos industriales en Chihuahua, lo que significaría empleos especializados, inversión extranjera y la creación de un nuevo clúster energético regional.
Chihuahua en la carrera global del hidrógeno
El futuro del hidrógeno no es una idea lejana, es un proyecto que ya se construye en Chihuahua. La visión de Sunhydrogreen es clara: no solo adaptar lo que se hace en otras partes del mundo, sino crear tecnología propia desde México.
Si la academia, la industria y el gobierno suman esfuerzos, Chihuahua no solo será parte de la transición energética: puede convertirse en la capital mexicana del hidrógeno y un jugador clave en el mercado internacional de energías limpias.