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El T-MEC protege a México del impacto arancelario

Un nuevo giro en la política comercial de Estados Unidos

La política arancelaria impulsada por Donald Trump sigue marcando el ritmo del comercio internacional, incluso más allá de su administración. Su impacto se siente con fuerza en las importaciones que llegan a Estados Unidos desde China y Europa, regiones que ahora enfrentan costos adicionales y barreras comerciales que antes no existían.

En el caso europeo, se estima que cerca del 60% de los productos importados deben pagar algún tipo de arancel, una medida que ha modificado las estrategias de producción y distribución de múltiples industrias. El objetivo, desde la visión estadounidense, es proteger a los productores nacionales, pero en la práctica ha reconfigurado la economía global.

México y Canadá: los grandes beneficiados del T-MEC

A diferencia de Europa y Asia, México y Canadá han logrado sortear los efectos más duros de esta política arancelaria. Gracias al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), la mayoría de los bienes y productos que cruzan las fronteras norteamericanas están exentos de pagar aranceles.
Esto ha permitido que las cadenas de suministro en América del Norte se mantengan competitivas, fortaleciendo la integración regional. En el caso de México, además, el tratado ha sido una ventaja estratégica para atraer inversión extranjera y consolidarse como uno de los principales socios comerciales de Estados Unidos.

Un impulso indirecto para el nearshoring

Las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China también han acelerado el fenómeno del nearshoring, una tendencia que ha beneficiado directamente a México. Muchas empresas que antes dependían de la manufactura asiática están trasladando parte de sus operaciones a territorio mexicano para aprovechar las ventajas logísticas y las exenciones arancelarias que ofrece el T-MEC.

Este cambio no solo ha dinamizado la industria manufacturera en estados como Chihuahua, Nuevo León y Querétaro, sino que también ha generado una ola de inversiones en infraestructura, parques industriales y empleos especializados. México se encuentra, sin duda, en una posición privilegiada dentro del nuevo orden comercial.

El desafío de mantener la ventaja

Sin embargo, mantener este escenario favorable dependerá de la estabilidad política y la capacidad de adaptación de México y Canadá. Las políticas proteccionistas en Estados Unidos podrían endurecerse nuevamente, y los países vecinos deben estar preparados para responder con estrategias que consoliden su competitividad.

A nivel interno, México enfrenta el reto de mejorar su infraestructura logística, su capacidad energética y sus políticas laborales para seguir siendo atractivo frente a otros mercados emergentes.

Un momento clave para América del Norte

El impacto real de la política arancelaria de Trump ha sido una sacudida global, pero también una oportunidad única para América del Norte. Mientras Europa y Asia buscan cómo adaptarse al nuevo panorama, México y Canadá han sabido convertir la cercanía geográfica y los acuerdos comerciales en una ventaja competitiva tangible.

El reto ahora es no dormirse en los laureles: fortalecer el T-MEC, diversificar los sectores productivos y garantizar condiciones óptimas para que las empresas sigan eligiendo a México como su punto estratégico dentro del mapa global del comercio.