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Las Barrancas del Cobre: turismo de altura con sello empresarial

En el corazón de la Sierra Tarahumara se encuentra un tesoro natural que ha trascendido fronteras: las Barrancas del Cobre. Lo que alguna vez fue un territorio remoto y de difícil acceso, hoy se ha transformado en un referente turístico nacional e internacional, gracias a la apuesta de empresas de hotelería, transporte y servicios que han sabido capitalizar su potencial sin perder de vista la esencia cultural y natural de la región.

El motor sobre rieles: el Chepe Express

Uno de los grandes catalizadores del turismo en la zona ha sido el Chepe Express, que modernizó la experiencia ferroviaria en México. Este tren, que conecta a Chihuahua con Los Mochis, dejó de ser un simple medio de transporte para convertirse en un viaje escénico de clase mundial. Con vagones de lujo, menús gourmet y ventanales panorámicos, representa una fusión entre movilidad, innovación y hospitalidad.

Hotelería con visión de altura

La llegada de cadenas hoteleras y desarrollos boutique en Creel, Divisadero y Cerocahui ha elevado el estándar del hospedaje en la región. Estos espacios no solo ofrecen comodidad y diseño, sino experiencias integrales que van desde recorridos guiados hasta spas de montaña. El modelo de negocio apuesta por algo más que vender noches: se trata de crear vivencias memorables en contacto directo con la naturaleza.

Servicios que crean experiencias

El turismo de aventura encontró en las Barrancas del Cobre un escenario inmejorable. Empresas de servicios han instalado teleféricos, tirolesas y circuitos de senderismo que permiten al visitante vivir la Sierra Tarahumara de forma activa. La oferta gastronómica también creció con restaurantes que combinan cocina regional y propuestas contemporáneas, generando un ecosistema donde cada experiencia complementa a la otra.

Impacto económico y proyección internacional

La suma de estas apuestas empresariales ha colocado a las Barrancas del Cobre en la agenda de viajeros internacionales. Además de generar empleo en comunidades locales, estas inversiones han impulsado el desarrollo de infraestructura básica y han abierto oportunidades para artesanos y guías Rarámuri. Hoy, el destino compite con gigantes turísticos, no solo por su belleza natural, sino por la capacidad empresarial que lo respalda.

Un destino con futuro

El reto ahora es mantener un equilibrio entre crecimiento y sostenibilidad. La clave para las Barrancas será seguir atrayendo inversión que respete el entorno y dé valor a la cultura indígena, al mismo tiempo que proyecta al destino como un ícono del turismo de aventura y lujo en México.