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México entre contrastes: menos pobres, más extradiciones y un gigante industrial que se va

Por Martín Zermeño

¿REDUCCIÓN DE LA POBREZA EN MÉXICO?

De las acciones que deben de reconocerse al gobierno de AMLO, es el incremento gradual que sufrió el salario mínimo, que en un sexenio aumentó en un 110% (de 2018 a 2024), según información oficial de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos.

Pero ahora, los datos que el INEGI acaba de hacer públicos, en materia de reducción de la pobreza en el sexenio de López Obrador, es un “gancho al hígado” para la oposición en México, ya que parece que “primero los pobres” si fue una realidad, los números son fríos.

De 2018 a 2024, 13.4 millones de personas salieron de una condición de pobreza, de acuerdo con las cifras que publicó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.

Al inicio del sexenio del expresidente Andrés Manuel López Obrador, en 2018, había 51.9 millones de personas en pobreza, mientras que, al cierre de su administración, en 2024, esa cifra pasó a 38.5 millones, explicó.

Más de 13 millones de personas salieron de la pobreza; es decir, de 41.9 por ciento a 29.6 por ciento, pero que 30 por ciento de la población en México vive en pobreza, debe de alertar a los gobiernos de los niveles.

En materia de pobreza extrema, al corte de 2024, se tienen siete millones de personas en esta condición, es decir, el 5.3 por ciento de la población.

Los programas del Bienestar, insignia de la 4T y el incremento del salario mínimo, parece que están rindiendo frutos.

Las cifras comparativas publicadas por el mismo INEGI, señala que, en 2012, Felipe Calderón cerró su sexenio con 53.3 millones de personas en esta condición, es decir, el 45.5% y durante la administración de Enrique Peña Nieto pasó de 53.3 millones a 51.9 millones de personas en pobreza.

Sin duda, otro de los grandes temas, es la salud, en donde la administración de AMLO, quedo a deber, a pesar de sus intensas campañas de propaganda, en donde afirmaba que estaríamos mejor que Dinamarca, la realidad es que en 2018, antes de que López Obrador llegara a Palacio Nacional, en México 20.1 millones de personas padecían esa carencia. Para 2024 la cifra se elevó a 44.5 millones, lo que representa un incremento de 122%. Para dimensionarlo, este número supera incluso los 30 millones de votos que lo llevaron a la Presidencia.

Estas cifras, medidas en términos porcentuales, muestran que 34.2% de la población en México no tuvo acceso a servicios de salud en 2024, frente al 16.2% registrado en 2018; es decir, la proporción de personas en esta condición prácticamente se duplicó en seis años.

En el estudio que presentó ayer miércoles el INEGI se subrayó que la medición del acceso a los servicios de salud es un componente clave para evaluar la pobreza multidimensional, pues no se trata sólo de un indicador estadístico, sino de un parámetro que permite dimensionar el cumplimiento de un derecho fundamental.

En fin, seguimos teniendo gobernantes que prefieren direccionar los presupuestos federales a los programas de alta rentabilidad electoral.

SIGUE EL MAXI PROCESO, EN MENOS DE SEIS MESES, 55 MAFIOSOS YA ESTAN EN ESTADOS UNIDOS

Sólo comparado con el Maxi proceso en donde el gobierno italiano doblego a la Cosa Nostra, el gobierno del Presidente Trump avanza en sus intenciones de acabar con los carteles mexicanos y todo su complejo entramado de socios en donde aparecen empresarios, políticos y artistas.

En dos entregas express, el gobierno mexicano puso a disposición en menos de 6 meses a 55 lideres de grupos de narcotraficantes que tienen su base en México y operan en los 5 continentes.

En 2025, México ha concretado dos traslados masivos de reclusos hacia Estados Unidos, sumando alrededor de 55 personas ligadas al narcotráfico. La operación, realizada en coordinación con el Departamento de Justicia estadounidense, forma parte de una estrategia para frenar las operaciones ilícitas dirigidas desde prisión y reforzar la cooperación bilateral en materia de seguridad.

Entre los entregados destacan figuras de alto perfil como Rafael Caro Quintero, histórico capo; los hermanos Miguel Ángel y Omar Treviño Morales; Abigael González Valencia, alias “El Cuini”; y Servando Gómez Martínez, “La Tuta”, junto con operadores clave de diversas organizaciones criminales.

De acuerdo con la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), todos representaban un riesgo directo para la estabilidad y el orden públicos, además de conservar influencia fuera de los penales.

Estas acciones tuvieron un impacto directo en la estructura de varios cárteles, debilitando sus mandos operativos y estratégicos. Con la salida de figuras clave, las organizaciones criminales enfrentan reacomodos internos, disputas por el control de territorios y la necesidad de replantear sus redes de operación tanto en México como en el extranjero.

En febrero, el Gobierno de México realizó la primera entrega masiva del año, enviando a Estados Unidos a 29 personas consideradas de alta peligrosidad por sus vínculos con el narcotráfico. La lista estuvo encabezada por Rafael Caro Quintero, alias “Don Rafa”, figura histórica del Cártel de Guadalajara, junto a él fueron extraditados Miguel Ángel Treviño Morales, “El Z-40”, y su hermano Óscar Omar, “El Z-42”, exdirigentes de Los Zetas; así como Vicente Carrillo Fuentes, “El Viceroy”, del Cártel de Juárez.

Entre los enviados también figuraron operadores clave del Cártel de Sinaloa, como José Ángel Canobbio Inzunza, “El Güerito”; Andrew Clark, “El Dictador”, señalado por colaborar tanto con Sinaloa como con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG); y José Bibiano Cabrera Cabrera, “El Durango”, vinculado a la facción Los Cazadores ligada a Los Chapitos.

Otros nombres relevantes fueron Jesús Alberto Galaviz Vega, “Z-13”; Luis Gerardo Méndez Estevane, “El Tío”, ligado a Barrio Azteca y La Empresa; Miguel Ángel Rodríguez Díaz, “Alfa Metro”; y José Rodolfo Villarreal Hernández, “El Gato”, relacionado con el Cártel de los Beltrán Leyva.

En la segunda entrega masiva estuvieron Enrique Arballo Talamantes, “Junior”, de Gente Nueva; Benito Barrios Maldonado, “Comandante”, ambos ligados al Cártel de Sinaloa; Servando Gómez Martínez, “La Tuta”, líder de Los Caballeros Templarios; y Abigael González Valencia, “El Cuini”, figura de alto rango en el CJNG y Los Cuinis.

También fueron trasladados Juan Carlos Sánchez Gaytán, “El Gordo” o “Mostachón”, de Los Zetas; Pablo Edwin Huerta Nuno, “El Flaquito”, con historial en La Familia Michoacana; y Daniel Pérez Rojas, “Cachetes”, vinculado al Cártel del Golfo y a Los Zetas.

Otros nombres destacados incluyeron a Jesús Guzmán Castro, “Chuy” o “Narizón”, del Cártel de los Arellano Félix; Roberto Omar López, “Shrek”, de los Beltrán Leyva; y Abdul Karim Conteh, acusado de tráfico de personas sin afiliación directa a un cártel.

En ambos traslados, la mayoría de los extraditados pertenecían a estructuras del Cártel de Sinaloa, CJNG, Los Zetas, Los Caballeros Templarios y el Cártel del Golfo, además de operadores con vínculos menos claros o funciones especializadas dentro de estas redes criminales.

El único ángulo que el gobierno mexicano pudo salvar en este par de operaciones, es que los criminales enviados a los Estados Unidos ya no seguirán operando desde las prisiones mexicanas actividades ilícitas.

GENERAL ELECTRIC ABANDONA MÉXICO

La incertidumbre que sigue permeando el ambiente económico internacional, sigue haciendo estragos, apenas hace unos días, General Electric Appliances anunció que se va de México, una de las marcas lideres globales.

Por el momento, la constante prórroga de aranceles estadounidense y el comportamiento de las crecientes exportaciones de manufactura, parecen consolidar el mensaje de una fortaleza estratégica de México como un centro de producción de largo plazo.

Hay que reconocer que los gobiernos mexicanos, independientemente del color, han sido incapaces de generar una política industrial productiva y próspera. 

Durante años, GE mantuvo una sociedad con la mexicana Mabe para resolver su producción de electrodomésticos en México. 

En 2016 la empresa china Haier Smart Home Co, con oficinas centrales en Qingdao, China, adquirió GE.

GE Appliances buscó un mensaje poderoso con su anuncio del “retiro” de sus plantas de México y China, para acelerar el crecimiento de sus fábricas estadounidenses, con una inversión de 3 mil millones de dólares, para expandir sus operaciones en Estados Unidos en Kentucky, Georgia, Alabama, Tennessee y Carolina del Sur.

De este lado de la frontera, la realidad de una economía que no termina de encontrar su propia personalidad dibuja a la gente un espejismo de prosperidad: si trabajas en una fábrica puedes escalar en la sociedad. Lo que en efecto sucede, aunque con salarios que aún no reflejan en México el valor de contar con gente que en verdad sabe de manufactura y por alguna razón, la disfruta.

Los desafíos están a la vista, sobre todo en la fronteriza Ciudad Juárez.