Hablar de Ricardo Guajardo Touché es hablar de uno de los ejecutivos más influyentes en la historia económica moderna de México. Su visión de largo plazo, su capacidad de gestión y su habilidad para vincular al país con las dinámicas globales lo convirtieron en un referente en el sector financiero y corporativo.
Nacido en Monterrey, Nuevo León, Guajardo se formó como ingeniero electricista en el ITESM y complementó su preparación en Wisconsin y Berkeley, lo que le dio un perfil técnico y estratégico poco común en el ámbito empresarial mexicano de los años setenta. Desde muy joven, comenzó a ocupar cargos directivos en banca y seguros, pero fue en los noventa donde su influencia alcanzó su punto más alto.
Bancomer: la transformación de la banca en México
Cuando asumió la dirección general de Grupo Financiero Bancomer en 1991, el país estaba entrando a una nueva era marcada por la globalización y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Bajo su gestión, Bancomer no solo se consolidó como el banco más grande del país, sino que también sentó las bases para lo que más tarde sería BBVA Bancomer, la institución financiera con mayor número de clientes en México.
Con Guajardo al frente, la banca mexicana ganó profesionalización, transparencia y confianza, factores que resultaron clave para atraer inversión extranjera directa. Gracias a ese andamiaje, el sistema financiero pudo resistir choques y, a la vez, modernizarse para competir en un entorno global.
FEMSA: innovación en consumo y bebidas
Como miembro del consejo de Fomento Económico Mexicano (FEMSA), Guajardo contribuyó al fortalecimiento de uno de los conglomerados más importantes de América Latina. FEMSA no solo es dueña de Coca-Cola FEMSA, la embotelladora más grande del mundo, sino también de OXXO, la cadena de tiendas de conveniencia con mayor expansión en México y América Latina.
El valor de Guajardo estuvo en impulsar la profesionalización y expansión internacional, factores que permitieron a FEMSA convertirse en una empresa símbolo del dinamismo económico de México.
Grupo Industrial Alfa: el músculo industrial de México
En Alfa, uno de los gigantes industriales de Nuevo León, Guajardo acompañó la transición hacia la diversificación global. Alfa pasó de ser un conglomerado local a un jugador internacional en sectores como petroquímica, alimentos, telecomunicaciones y autopartes.
Gracias a consejeros como Guajardo, Alfa entendió la importancia de integrarse en cadenas de valor globales, lo que la colocó como un referente de competitividad y modernización industrial en México.
El Puerto de Liverpool: modernización del retail
Otro de los espacios donde su influencia fue decisiva fue en Liverpool, la cadena departamental más grande del país. Desde el consejo de administración, Guajardo impulsó la expansión de tiendas y la diversificación hacia formatos más modernos.
El crecimiento de Liverpool no solo significó innovación en el retail mexicano, sino también la generación de miles de empleos directos e indirectos, dinamizando economías locales en distintas regiones del país.
Grupo Aeroportuario del Sureste (ASUR): conectividad para el turismo
En el sector de infraestructura, Guajardo fue parte del consejo de ASUR, operador de aeropuertos clave en el sureste de México, incluyendo el de Cancún, uno de los más transitados del país.
Su participación en esta empresa reflejó su visión estratégica: entender que el turismo y la conectividad aérea son motores vitales para la economía nacional. Bajo este modelo, ASUR se convirtió en pieza fundamental del desarrollo turístico de la región.
Transportación Marítima Mexicana: comercio global desde los puertos
El comercio exterior fue otro terreno donde Guajardo dejó huella, a través de Transportación Marítima Mexicana (TMM), empresa líder en logística portuaria y transporte marítimo. Su papel en el consejo fue clave para alinear la operación de la compañía con los nuevos flujos comerciales que trajo el TLCAN.
Con esta visión, TMM contribuyó a que México tuviera puertos y servicios de transporte modernos, indispensables para aprovechar las oportunidades del comercio global.
Un legado de confianza: atraer inversión extranjera
La suma de su participación en estos gigantes corporativos muestra un patrón: Ricardo Guajardo siempre apostó por la profesionalización, la modernización y la visión internacional.
Ese legado es justamente lo que explica la confianza de grandes empresas globales en México. Un ejemplo reciente es la inversión de Foxconn, que anunció 168 millones de dólares adicionales en el país, sumados a los 240 millones del año pasado, para producir servidores de inteligencia artificial y ensamblar microprocesadores de NVIDIA en Guadalajara.
La llegada y consolidación de este tipo de inversiones solo es posible porque México cuenta con una base empresarial sólida, instituciones financieras confiables y un sector corporativo con visión global: pilares que líderes como Ricardo Guajardo ayudaron a construir.
Ricardo Guajardo Touché: un arquitecto del México moderno
Su legado no se limita a balances financieros o posiciones en consejos. Su verdadero aporte fue ayudar a transformar la manera en que México se proyecta al mundo: como un país competitivo, atractivo para la inversión y con empresas capaces de competir globalmente.
Ricardo Guajardo Touché fue, sin duda, un arquitecto del México moderno, un estratega que entendió que el desarrollo económico no se logra con improvisación, sino con visión, disciplina y compromiso de largo plazo.