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IMCO traza la radiografía de la capital y la colaboración regional

Más que estar en el top, Chihuahua debe usar su potencial para innovar, mejorar infraestructura y formar al capital humano del mañana.

Valeria Moy, la directora general del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), vino a Chihuahua con un mensaje claro y contundente: la deuda, la innovación, la educación y la colaboración regional no son solo variables estadísticas, son herramientas estratégicas que definirán el rumbo económico del estado en la próxima década.

“La deuda, usada de forma inteligente, no es una carga sino un motor para el desarrollo, para construir infraestructura y detonar planes de crecimiento sostenible”, afirmó Moy, subrayando que Chihuahua ha logrado estructurar su deuda con costos más bajos que muchos estados, una señal inequívoca de buen manejo financiero. Sin embargo, enfatizó que esta ventaja debe aprovecharse para proyectos con alto impacto económico y social.

En su diagnóstico, Moy destacó otro punto crucial: la capacidad de los estados para generar sus propios ingresos es una bendición que pocos poseen, y Chihuahua es uno de esos casos privilegiados. Este recurso interno otorga independencia y margen para invertir en sectores estratégicos, siempre con la mirada puesta en la innovación y el desarrollo.

Y es que para la directora de IMCO, la innovación no es un lujo ni una opción secundaria, es “el motor para atraer manufactura de alto valor agregado y garantizar la competitividad futura”.

A pesar de que Chihuahua muestra buena diversificación económica, todavía queda un amplio margen para crecer en generación de patentes y desarrollo tecnológico. Moy fue enfática:

“Innovar no sucede por sí solo; se construye con políticas públicas claras, educación técnica y la vinculación efectiva con la industria”

En este sentido, Valeria Moy hizo una invitación directa a pensar más allá del estado y mirar la región como un todo integrado, especialmente bajo el paraguas del Plan México. “No hay solución mágica, ni un sólo plan que resuelva todo. Pero el Plan México puede ser la brújula que impulse la colaboración entre estados, la planeación coordinada y la optimización de infraestructura”, explicó, destacando la importancia de pensar en términos regionales para superar retos compartidos.

Además, la modernización de la frontera con Texas, la logística eficiente y la seguridad en las carreteras son piezas que Moy consideró “fundamentales para que Chihuahua sea un nodo estratégico en cadenas globales de valor”.

El tema ambiental tampoco quedó fuera. Para Moy, “la sostenibilidad no es un obstáculo, sino una ventaja competitiva”. Hizo énfasis en la necesidad de gestionar el agua de forma eficiente y transitar hacia un uso más inteligente y limpio de la energía, con la urgencia que marca el contexto global y la demanda creciente de la industria.

La directora de IMCO puso sobre la mesa uno de los retos más importantes para Chihuahua: el capital humano. No basta con tener una educación universitaria sólida; “la economía del futuro demanda microcredenciales, habilidades digitales, formación técnica y capacitación continua”, aseguró.

El desafío está en hacer atractivas estas opciones para que la fuerza laboral se adapte y prospere en un mundo cada vez más tecnológico.

Chihuahua está en una posición privilegiada, pero el éxito dependerá de cómo se gestionen esos activos. Como dijo Valeria Moy, “el futuro no es un regalo, es una construcción; y esa construcción se hace con visión, innovación y colaboración”.

Chihuahua ha dado un paso adelante en el Índice de Competitividad Estatal, posicionándose ahora en el octavo lugar a nivel nacional. Este avance refleja mejoras concretas en áreas clave como la gobernanza, el sistema político y la percepción de seguridad, aspectos que han fortalecido la capacidad del estado para atraer y retener talento e inversión. Más allá de los números, este progreso es fruto de un esfuerzo coordinado entre gobierno, empresarios y sociedad civil, que han trabajado juntos para impulsar un desarrollo sostenible y competitivo.

Desde su llegada al gobierno, la mandataria Maru Campos ha apostado por un modelo de planificación basado en la Plataforma de Inteligencia Competitiva, una herramienta que ha permitido diseñar políticas públicas con base en evidencia sólida y actualizada.

Este enfoque ha sido fundamental para enfrentar los retos actuales, especialmente en materia económica, donde el Estado ha logrado reducir significativamente el gasto en deuda sin subir impuestos, al tiempo que incrementa la recaudación. La visión es clara: mantener el liderazgo en competitividad no es solo una meta, sino una responsabilidad que exige fomentar la innovación, la educación de calidad y la generación de valor social.

Para la directora general del IMCO, Valeria Moy, los avances de Chihuahua no son casualidad, sino el resultado de un trabajo serio y bien fundamentado. La competitividad, destacó, no se limita a atraer inversiones, sino que implica saber generar talento y mantenerlo en el territorio.

Esta medición, construida con datos públicos confiables, se convierte en una herramienta estratégica para identificar áreas de oportunidad y orientar esfuerzos donde más se necesitan, consolidando así un camino de progreso real y sostenido para Chihuahua.