El agua es uno de los temas más urgentes en la agenda global, y Chihuahua no es la excepción. Alan Jesús Falomir Sáenz, actual director ejecutivo de la Junta Municipal de Agua y Saneamiento (JMAS), ha encabezado una estrategia que busca no solo garantizar la cobertura del servicio, sino también impulsar una cultura de sustentabilidad en la ciudad.
Desde su llegada al cargo en 2021, Falomir ha tenido claro el reto: modernizar una infraestructura que llevaba años sin inversión y acercar agua potable y drenaje a zonas que nunca habían contado con estos servicios. A la fecha, Chihuahua se ubica entre las ciudades con mayor cobertura en el país, alcanzando casi el 99% en agua potable y 97.5% en alcantarillado.
“Estamos hablando de más de 8,000 kilómetros de redes operadas, equivalentes a ir de aquí a Argentina. Rehabilitar, modernizar y ampliar esa infraestructura ha sido una prioridad”, señala Falomir. La administración estatal, bajo el enfoque humanista de la gobernadora Maru Campos, ha invertido cinco veces más que el gobierno anterior en modernización hídrica.
Innovación y conciencia ambiental
Más allá de la cobertura, la JMAS impulsa proyectos de vanguardia para asegurar la sustentabilidad a largo plazo. Entre ellos, convenios de intercambio con ejidos para aprovechar agua residual tratada, que regresa al sistema como agua potable. “En este sentido Chihuahua es punta de lanza a nivel nacional”, asegura el director.
El organismo también lanzó el programa Aguardianes, una iniciativa ciudadana y empresarial que promueve el cuidado del agua donde a través de una app, la ciudadanía puede generar reportes e informar de acciones para el cuidado del vital líquido y con ello ir sumando puntos o “aguapoints” para canjearlos por premios, descuentos y promociones con más de 70 empresas que se han sumado a esta causa.
La cultura del agua como futuro
Falomir es claro en su mensaje: el futuro de la ciudad depende del agua. Los veranos extremos de 2023 y 2024 dejaron una lección contundente sobre los efectos del cambio climático y la urgencia de un uso responsable. “El agua que desperdiciamos es agua que no le llega a otro chihuahuense”, enfatiza.
La visión es integral: perforación de nuevos pozos, proyectos de reutilización, inversión en infraestructura y, sobre todo, la creación de conciencia social. “Debemos ver el agua no sólo en un sentido monetario, sino desde la empatía y la corresponsabilidad”, afirma Falomir.
Un organismo cercano a la gente
Bajo su dirección, la Junta Municipal ha buscado transformar su relación con la ciudadanía. Más allá de la infraestructura, la prioridad ha sido construir confianza y ofrecer soluciones de manera accesible, sin imposiciones. “Somos un organismo con empatía, que escucha y trabaja con la gente”, destaca.
El reto del agua en Chihuahua no termina, pero los avances marcan una ruta clara: infraestructura moderna, innovación en proyectos de reutilización y una ciudadanía cada vez más consciente de que la sustentabilidad no es un discurso, sino la clave para garantizar el futuro de la ciudad.

















