La racha se rompe: las remesas empiezan a flaquear
Después de más de siete años con incrementos consecutivos, el flujo de remesas a México comenzó a mostrar señales claras de desaceleración. Durante julio de 2024, el país recibió 5,200 millones de dólares, lo que representa una caída del 16% respecto al mismo mes del año pasado. Esta es una de las contracciones más severas en los últimos 12 años, encendiendo alertas sobre lo que esto significa para millones de familias mexicanas.
Y no sólo se trata del monto. La remesa promedio ha venido cayendo desde inicios del año, mientras que el número de transacciones disminuyó un 14% en junio, su peor caída desde 2009. En términos simples: hay menos envíos y con menos dinero.
¿Por qué importan tanto las remesas?
Las remesas no son sólo transferencias; para muchas familias representan una fuente de sustento esencial. De acuerdo con datos recientes, el dinero enviado desde el extranjero equivale a alrededor del 10% del ingreso promedio trimestral por hogar en México, es decir, unos 7,600 pesos.
En los hogares más pobres, este porcentaje puede representar hasta un tercio de sus ingresos totales, lo que convierte a las remesas en una red de apoyo crítica, especialmente en zonas rurales o con alta migración hacia Estados Unidos.
¿Qué estados de EE. UU. están enviando menos dinero?
El desplome tiene su origen, principalmente, en tres estados clave de EE.UU. que históricamente han sido grandes emisores de remesas:
California: -10%
Colorado: -30%
Minnesota: -14%

Cabe destacar que California representa por sí sola una tercera parte de las remesas que llegan a México, con 20 mil millones de dólares enviados en lo que va del 2024, más del doble que Texas, el segundo estado en el ranking.
De los cinco estados que más dinero envían, solo Illinois ha reportado incrementos en el primer semestre del año.
¿Y qué pasa con Chihuahua?
En el caso de Chihuahua, el impacto es doble: no solo es uno de los estados con una alta recepción de remesas, especialmente en municipios como Juárez, Delicias y Parral, sino que también alberga a una gran comunidad binacional que depende de estos recursos para complementar sus ingresos.
Con la contracción en remesas desde California —uno de los principales lugares de origen de envíos hacia Chihuahua—, la economía de muchas familias en el estado podría verse presionada. Esta situación también afecta de forma indirecta a sectores como el comercio local, vivienda y educación, donde las remesas suelen utilizarse para consumo o inversión básica.
¿Qué sigue?
Aunque la caída en remesas aún no marca una crisis, sí representa una señal de advertencia. La dependencia de este flujo económico por parte de millones de familias mexicanas y chihuahuenses vuelve urgente diversificar los ingresos familiares, mejorar el acceso a empleos formales y fortalecer las políticas de inclusión financiera.
En momentos en que el dólar pierde fuerza frente al peso, y el panorama laboral en Estados Unidos cambia, el reto será sostener la economía de los hogares más vulnerables sin perder de vista la importancia de los migrantes y su esfuerzo del otro lado de la frontera.