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¿Cuáles son las principales preocupaciones financieras?

Las preocupaciones financieras no distinguen género, pero sí afectan de forma distinta. Aunque tanto hombres como mujeres adultas en México comparten inquietudes similares —como los gastos inesperados, la alimentación y las deudas—, las mujeres reportan un mayor impacto emocional y físico derivado de estas situaciones, según los últimos resultados de la Encuesta Nacional sobre Salud Financiera (Ensafi) del Inegi.

Deudas, gastos y angustia: las cifras detrás del estrés

De acuerdo con los datos, las principales preocupaciones financieras se repiten en ambos géneros, pero en proporciones diferentes:

  • El 36.4 % de las mujeres se preocupan por gastos inesperados, frente al 31 % de los hombres.
  • Los pagos de alimentación afectan al 21.9 % de las mujeres y al 20 % de los hombres.
  • En cuanto a los gastos escolares, el 21 % de las mujeres los señalaron como prioridad, frente al 15 % de los hombres.

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Las deudas también figuran entre los principales factores de angustia, ya sea con bancos, amigos o familiares, mientras que una menor proporción (3 % de mujeres y 1 % de hombres) mencionó la falta de ingresos o empleo como su principal preocupación.

Aquí la gráfica con los datos completos:

Estrés financiero: una carga desigual

Si bien las preocupaciones son compartidas, las mujeres enfrentan un mayor desgaste emocional y físico por su situación financiera. El 42.2 % de ellas reportó altos niveles de estrés, mientras que en los hombres la cifra fue del 30.7 %.

Además, casi la mitad de las mujeres mencionó sentir ansiedad por cuestiones económicas, frente al 36.6 % de los hombres. También señalaron con más frecuencia episodios de tristeza, frustración e irritabilidad, lo que sugiere una urgencia por atender el bienestar financiero y emocional con perspectiva de género.

Un llamado a la salud financiera con enfoque humano

Este panorama subraya la necesidad de fortalecer la educación financiera en todos los sectores, pero especialmente entre las mujeres, quienes enfrentan mayores retos estructurales y emocionales al momento de gestionar sus recursos.

Impulsar programas de salud financiera, acceso a servicios formales de ahorro y estrategias de autocuidado emocional podría marcar la diferencia para miles de mujeres mexicanas que cargan, día a día, con el peso invisible del estrés económico.