Conversación con el Ing. Roberto Bernández Piñón, quien ha sido una figura clave en la formación de empresas más éticas y sostenibles gracias a su papel como coach del programa ProIntegridad de USAID. La plática giró en torno a un tema que cada vez cobra más relevancia en el mundo empresarial: la integridad como pilar del gobierno corporativo, y cómo los indicadores adecuados pueden marcar la diferencia entre una empresa que sobrevive y una que trasciende.
1. La integridad como límite que fortalece
Para el ingeniero Bernández, la integridad no es una imposición externa, sino un límite autoimpuesto por la propia empresa para hacer negocios de manera ética. Este concepto se enlaza directamente con la sustentabilidad y la gobernanza, formando un triángulo virtuoso.
“La ética vende”, señala el experto, dejando claro que los valores también generan rentabilidad cuando se practican con coherencia.
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2. ProIntegridad: un programa que sembró cultura empresarial
Durante su etapa como coach del programa ProIntegridad, auspiciado por USAID, el Ing. Bernández trabajó con más de 40 empresas en Chihuahua de distintos sectores: automotriz, aeroespacial, servicios…
“Muchas no tenían ni código de ética”
Ingeniero Roberto Bernández Piñón, Coach del programa ProIntegridad de USAID.
El programa ayudó a estas compañías a definir valores, gestionar riesgos específicos y establecer controles claros. Aunque la iniciativa desapareció tras cambios políticos en EE.UU., dejó una semilla de integridad empresarial que sigue creciendo en el estado.
3. Indicadores que hacen la diferencia
Hablar de gobierno corporativo sin hablar de indicadores clave es quedarse a medias. El ingeniero enfatiza que los KPIs deben ir más allá de lo estético y servir realmente para tomar decisiones.
Los indicadores sugeridos incluyen:
Cumplimiento ambiental.
Evaluación de proveedores.
Nivel de certificaciones en la cadena de suministro.
“Un indicador no es para tomar la foto, es para ajustar los tornillos de la empresa”
4. Cumplimiento normativo y ética: una autorregulación necesaria
Uno de los puntos más contundentes de la entrevista fue la necesidad de que las empresas asuman el cumplimiento regulatorio como parte de su ética interna, y no solo como una obligación legal.
Evitar prácticas como sobornos o corrupción no solo mejora la imagen empresarial, también optimiza recursos y procesos.
“El gobierno no puede auditarnos a todos, por eso la autorregulación ética es indispensable”, recalca Bernández.
Chihuahua se está posicionando como referente nacional en transparencia y ética empresarial, y esto no es casualidad. Gracias a iniciativas como ProIntegridad y al compromiso de expertos como el Ing. Roberto Bernández Piñón, cada vez más empresas entienden que la integridad es rentable, estratégica y necesaria.
El mensaje es claro: hacer negocios con ética no es una desventaja competitiva, es una ventaja duradera. Y el futuro empresarial de Chihuahua depende de seguir apostando por estos principios, con indicadores que iluminen el camino.