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Lo que podemos aprender de modelos urbanos sostenibles del mundo

En pleno siglo XXI, las ciudades no se miden solo por su tamaño o crecimiento económico, sino por su capacidad de respirar, de ofrecer calidad de vida sin sacrificar al planeta. En el mundo, existen urbes que han demostrado que la sustentabilidad no es una moda ni un discurso, sino una forma tangible de transformar comunidades.
Copenhague, Medellín y Vancouver son tres ejemplos que pueden servir de guía para estados como Chihuahua, donde el desarrollo urbano e industrial avanza a gran velocidad, pero aún enfrenta retos ambientales importantes.

Copenhague: la capital del ciclismo y la energía limpia

En Dinamarca, la ciudad de Copenhague logró lo que parecía imposible: convertirse en una capital neutra en carbono. Más del 40% de sus habitantes se trasladan en bicicleta a diario, y los edificios públicos operan con energía renovable.
El modelo no solo redujo emisiones, sino que generó una nueva economía local basada en innovación y bienestar ciudadano. La clave fue la planificación a largo plazo y la colaboración entre gobierno, empresas y ciudadanos.

Medellín: movilidad verde e inclusión social

En Latinoamérica, Medellín pasó de ser símbolo de violencia a ejemplo mundial de urbanismo sostenible. Con teleféricos eléctricos, escaleras mecánicas en zonas marginadas y parques ecológicos interconectados, la ciudad colombiana demostró que la sustentabilidad también puede ser una herramienta de justicia social.
El enfoque fue simple pero poderoso: acercar el desarrollo a donde antes no llegaba, reduciendo contaminación y desigualdad al mismo tiempo.

Vancouver: edificios que devuelven más de lo que consumen

En Canadá, Vancouver aspira a ser la ciudad más verde del mundo para 2030. Ya existen desarrollos inmobiliarios donde los edificios producen más energía de la que consumen gracias a paneles solares, sistemas de agua pluvial y materiales reciclados.
Además, las empresas reciben incentivos fiscales por reducir su huella ambiental, lo que convierte la sustentabilidad en una decisión rentable.

¿Y Chihuahua?

El reto local es grande, pero las oportunidades también. Chihuahua cuenta con un clima ideal para aprovechar energía solar, espacios amplios para movilidad eléctrica y una creciente conciencia ciudadana.
Proyectos piloto de techos solares, reciclaje de aguas grises o movilidad compartida podrían escalar si se integran al plan urbano estatal.

La sustentabilidad urbana no es exclusiva de las grandes metrópolis. Es, más bien, una visión de futuro que empieza en la calle, la colonia y la comunidad. Si Copenhague lo logró con frío, Medellín con montañas y Vancouver con lluvia, Chihuahua puede hacerlo con sol, creatividad y voluntad política.

“Una ciudad sustentable no solo se construye con cemento, sino con conciencia colectiva.”