Una oportunidad histórica para la región
El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) puso sobre la mesa un tema que podría cambiar el rumbo económico de México, Estados Unidos y Canadá: la energía. Según el organismo, América del Norte tiene todo para convertirse en la región más competitiva del mundo en materia energética, siempre y cuando la cooperación trilateral trascienda la simple producción industrial.
Energía de transición: el papel del gas natural
El IMCO destacó que el gas natural ha sido el gran aliado de México en las últimas dos décadas. Entre 2002 y 2022, permitió aumentar el consumo eléctrico sin disparar las emisiones de CO2, convirtiéndose en una pieza clave dentro de la transición energética. La ventaja es que su infraestructura no sólo mantiene bajo control la huella de carbono, sino que puede adaptarse para incorporar tecnologías como el hidrógeno y otras energías renovables.
Nearshoring y geopolítica: el momento es ahora
El fenómeno del nearshoring, sumado a la crisis energética en Europa y a la desaceleración productiva de China, coloca a América del Norte en una posición estratégica. La región combina factores únicos:
Un volumen industrial en crecimiento
Tratados comerciales sólidos
Una amplia extensión territorial
Una cercanía cultural y logística que pocas partes del mundo pueden presumir.
En pocas palabras, el terreno está listo para atraer inversión y talento.
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Las propuestas del IMCO para avanzar
El organismo no solo planteó el diagnóstico, también sugirió acciones concretas para lograr el objetivo. Entre ellas:
- Crear un grupo de trabajo trilateral de alto nivel que involucre tanto al sector público como al privado.
- Establecer protocolos trinacionales para blindar la infraestructura energética ante amenazas físicas, cibernéticas y climáticas.
- Expandir el mandato del NADBank, con el fin de financiar proyectos energéticos más allá de la franja fronteriza.
- Diseñar una hoja de ruta regional con proyectos prioritarios, reuniones periódicas y esquemas de financiamiento flexibles.
¿Y qué con Chihuahua?
Aquí es donde la conversación toma un giro interesante. Chihuahua, por su ubicación estratégica y su creciente papel en sectores industriales y de exportación, se convierte en un jugador clave dentro de este panorama energético. El estado no solo está conectado con los mercados de Estados Unidos, sino que también tiene el potencial de impulsar proyectos de energías limpias y logística avanzada. Para Chihuahua, participar en esta transformación significa atraer inversión, generar empleos especializados y consolidarse como un polo energético que conecta al país con la competitividad global.

















