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¿Por qué se organizaron las protestas contra la gentrificación en Ciudad de México?

Ciudad de México vive un momento de alta tensión social. La creciente presencia de trabajadores remotos extranjeros —principalmente estadounidenses— ha provocado un alza sostenida en los precios de renta, servicios y productos en zonas céntricas de la capital como Roma y Condesa. El resultado: manifestaciones, vandalismo y un debate nacional sobre el equilibrio entre apertura internacional y justicia urbana.

El viernes pasado, decenas de personas se manifestaron en contra de la gentrificación, denunciando que la ciudad está siendo desplazada por un modelo de desarrollo que excluye a quienes han vivido toda su vida en esos barrios. Algunos de los reclamos, sin filtros, fueron duros: “Gringo, go home” y “La gentrificación es colonización”.

Los disturbios incluyeron daños a negocios y espacios frecuentados por nómadas digitales. La presidenta Claudia Sheinbaum condenó los actos violentos, pero también reconoció que la especulación inmobiliaria —impulsada en parte por plataformas como Airbnb— está generando un problema estructural en la capital.

“No puede ser el encarecimiento de la ciudad. Ya hay mucha especulación inmobiliaria derivada de plataformas digitales”, advirtió Sheinbaum, al mismo tiempo que defendió la apertura del país a visitantes y trabajadores globales.

Entre la integración y el desplazamiento

La protesta también dejó ver una fractura social: mientras algunos culpan directamente a los extranjeros por el alza de precios, otros señalan como verdaderos responsables a los desarrolladores inmobiliarios y a la falta de regulación. Luis Sosa, creativo residente de la Condesa desde 2006, lamentó el tono xenófobo de algunas pancartas y pidió mirar más allá:

“La clase política debe intervenir. No todo puede dejarse a las fuerzas del mercado”.

Este fenómeno no es nuevo. Desde principios de siglo, el precio de la vivienda en la CDMX se ha cuadruplicado, mientras que los ingresos de las familias han decrecido. Se estima que más de 23 mil familias de bajos recursos son desplazadas cada año por el encarecimiento habitacional.

¿Cómo avanzar?

Frente a la inminente llegada de millones de visitantes por la Copa Mundial 2026, autoridades locales han comenzado a plantear regulaciones, subsidios para vivienda asequible y límites al crecimiento desmedido de la oferta en renta de corto plazo. Aún así, la solución sigue pendiente.

La actual jefa de gobierno, Clara Brugada, fue clara en su postura:

“Rechazamos este fenómeno que excluye a la población de sus barrios, colonias y comunidades”.

Una visión de ciudad equilibrada

Ciudad de México es una de las metrópolis más vibrantes y abiertas del continente. Su atractivo como destino global no debería estar reñido con el derecho de sus habitantes a una vida digna y asequible. El reto está en encontrar un modelo urbano donde el desarrollo económico y la justicia social coexistan.

En vez de polarizar el debate, este momento puede ser una oportunidad: para rediseñar políticas públicas más incluyentes, generar oportunidades de inversión con impacto positivo y fomentar una cultura de respeto mutuo entre quienes llegan y quienes han estado aquí toda la vida.