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Sudar está de moda (y no sólo en el gimnasio): el boom de los saunas llega a México

En Estados Unidos ya es un fenómeno. Lo que antes era una rareza escandinava ahora es el nuevo club social: los saunas están llenando el hueco entre el gimnasio, el bar y la terapia. Pero la pregunta es: ¿podría México —y Chihuahua— sumarse a esta ola de bienestar que está redefiniendo cómo socializamos?

De Finlandia a Brooklyn… ¿y pronto a El Campestre?

La firma Technavio estima que el mercado de saunas en EE. UU. crecerá más de 150 millones de dólares entre 2025 y 2029. El secreto detrás de este auge no está sólo en los beneficios físicos, sino en algo mucho más poderoso: la búsqueda de comunidad y equilibrio mental.

Lugares como Othership en Nueva York se han vuelto el punto de encuentro para creativos, empresarios y emprendedores que prefieren cerrar ideas con vapor y respiraciones profundas, no con whisky ni ruido de antro. Es networking sin resaca, y todo indica que el modelo podría encontrar eco en México.

El wellness como nuevo “estatus”

En ciudades como Monterrey, Guadalajara y CDMX ya están apareciendo “bath houses” modernas, estudios de cold plunge y cabinas de infrarrojo que combinan diseño minimalista, música curada y experiencias sensoriales.

En Chihuahua, el terreno está fértil: tenemos una comunidad fitness en crecimiento, clínicas de longevidad, spas con visión holística y un público cada vez más dispuesto a invertir en experiencias que suman salud y conexión. Imaginen una versión norteña del sauna social: un espacio para relajarse, platicar, meditar y —por qué no— generar ideas con propósito.

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Lo que dice la ciencia (y por qué vale la pena intentarlo)

La Cleveland Clinic y otras instituciones de salud coinciden: sudar con intención puede traer beneficios reales. Entre ellos:
• Menos inflamación y mejor recuperación muscular.
• Mejor circulación y salud cardiovascular.
• Sueño más profundo y reducción del estrés.
• Claridad mental y una sensación de bienestar general.

Además, estudios recientes sugieren que los saunas frecuentes podrían reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas. En otras palabras: sudar también es una forma de cuidar el cerebro.

Sudar sí, deshidratarse no

Eso sí: como todo ritual de bienestar, requiere sentido común. Nada de mezclarlo con alcohol ni excederse en el tiempo dentro del calor. El secreto está en la constancia y en acompañarlo de buena hidratación y respiración consciente.

Lo que Chihuahua puede aprender

Más allá de la moda, los saunas representan algo más profundo: una transformación cultural. En un mundo donde casi todo pasa en pantallas, los espacios para desconectarse y reconectar —consigo mismo y con otros— se vuelven oro puro.

Imagina el impacto si en Chihuahua comenzamos a impulsar espacios de bienestar comunitario, donde se mezclen la salud, la conversación y la conexión humana. Un sauna moderno en la Sierra Tarahumara, una casa wellness urbana en el centro, o incluso en los gimnasios locales con rituales de respiración, hielo y vapor.

No se trata sólo de verse bien, sino de sentirse vivo. Y esa tendencia, más que una moda, puede ser una nueva forma de construir comunidad.

El calor del desierto ya lo tenemos. Sólo falta encender la conversación.

¿Estamos listos para transformar el sudor en una nueva forma de conexión social?